La gente nunca va saber el valor de la vida, tal vez ni sepa el valor de su vida misma; la gente ve encenderse y apagarse una vida, pero nunca se ha detenido a mirar cómo se apaga una.
Probablemente si se mirara más con el corazón que con los ojos, sabríamos que hay mil latidos luchando por no apagarse.
Solo vas a aprender amar la vida cuando haz visto la muerte de cerca.
Probablemente si supieran que no le quedarán más días, lo entenderían, tratarían de vivirlo de la manera más feliz posible.
En algun momento todos vamos a morir, tú, yo, tus padres, los míos, nuestros hermanos, no se puede vivir en conflicto con la muerte. Pero…¿Qué tanto sabes de sufrimiento? ¿Qué tanto haz perdido que deseas ganar? ¿Qué tanto haz muerto en vida para desear vivir?.
No vas a entender un carajo si la muerte no te ha abofeteado y se ha reido de tí; te ha golpeado tanto que haz confundido la vida con la muerte, tal vez vivimos en un sueño o peor aún, tal vez la muerte sea el despertar.
Anoche venía en el carro y un señor preguntó:
¿Qué es felicidad?
Me quede pensando. La felicidad va a depender de cada persona, no todos somos felices de la misma manera, no a todos nos hace felíz las mismas cosas; a unos nos da felicidad un abrazo, a otros ver a su madre o a sus hijos, a otros tener mucho dinero etc. A mí… a mí me daba felicidad llegar cada tarde y darle un abrazo. Era luz en mi vida. No habría forma de explicar la forma en que llenaba mi corazón cuando lo veía correr a mis brazos… Para mí, eso era felicidad, eso era sentirme viva.
Desde su partida no siento que he vuelto a ser felíz. Yo moría cada día, cada segundo cuando lo veía postrado en su camita, morí tantas veces que le perdí el miedo a la misma muerte.
Aquel último día me sonrió aún estando inconciente y con sus frias manitos a la mia. Era una despedida.
¿Injusto?, no sé qué es realmente injusto, si no tenerte o si el tenerte y haberte pedido. Miro al cielo e intento recibir respuestas.
He sufrido ya tu ausencia, viviendo a oscuras tus recuerdos.
No he logrado llenar el vacío que dejaste, ni consolar el alma mía.
No ha florecido el jardin ni despertado la rosa roja.
Todo pasa, dicen. Tal vez no quiero que todo pase. Tal vez quiero detenerme en tus recuerdos, en una foto, en una canción. Tal vez en las mañanas, en las estrellas al anochecer o en los sonidos del mar al atardecer.
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