Voy a escribirla para sacarme su cara de la cabeza, para entenderla, porque al final no entendí nada y poco a poco, cada vez más de lejos entiendo un poco más.
No diría que es una historia de amor, es más una enorme sugerencia de que no hacer cuando no has logrado identificar que estás y que necesitas salir de una depresión. Hago la advertencia de que esto podría tener mucho o nada de ficción, porque borré fotos, conversaciones, llamadas… toda, la borré toda… y siempre he sido de memoria caprichosa.

Hace un año exactamente, en julio, estaba en CDMX visitando a unos amigos, intentando no sentir el bajón post rush de un viaje a europa y la depresión que tenía desde antes empezaba a hacer catch up conmigo. Curioseando en bumble, la vi. No se exactamente qué fue lo que más me gustó de sus fotos porque tuvo que ser algo aparte de que fuera guapa, porque podía ver que era chica fifa y eso para mi siempre había sido un deal breaker… el punto es que hicimos match.
Después de un tiempo me dijo exactamente que foto mía había hecho deslizara a la derecha. Que complicados estos tiempos de dating apps, dos slides y te destrozan el corazón.

Comenzamos a hablar poco los primeros días, yo seguía con mis amigos y familia, cuando me dijo de vernos ya no tenía tiempo por cosas que iba a hacer en esos días. Si nos hubiéramos conocido así, probablemente nada pasaba, mi instinto me hubiera dicho no y los suyos a ella o probablemente me hubiera descartado por no ser de su burbuja, como sea, eso no paso, desafortunadamente.

Sí, en caso de que no sea evidente todavía, sí, estoy escribiendo desde del enojo. Pero mejor eso que escribirle a ella para reclamarle o extrañarla, que sería peor.

Cuando regrese a Playa, la depresión estaba a full, regrese a una casa sola y casi no estaba teniendo trabajo por esas fechas, tenia una lesión en la rodilla, en fin. Muchas cosas mal; con el tiempo y contexto pude entender que ella tampoco estaba en un buen lugar.
Empezamos a escribirnos mucho por instagram, la conversación por bumble fue breve y en seguida nos compartimos perfiles. Antes de borrar la conversación la leí toda, me di cuanta de que al principio ella era la que escribía, la que me preguntaba cómo iba mi día, la interesada vamos a decir. Yo contestaba cuando me acordaba y realmente no tenía demasiado interés en ella, porque a pesar de que tiene un trabajo de persona importante y una vida estructurada, esas no son la clase de cosas que a mi suelen impresionarme.

No se en qué momento fue que yo empece a interesarme también, he desarrollado la teoría de que es una persona con ciertos rasgos narcisistas y que me aplicó esto del refuerzo intermitente y por eso llegue yo a sentirme como una loca y extremadamente dependiente de su persona. Le doy el beneficio de la duda y escojo pensar que todo esto lo hace sin darse cuenta porque si lo hiciera a propósito sería sin duda la mujer más perversa con la que que he salido… y eso que la vara es alta, altísima.
Aunque también, tengo mi parte de responsabilidad por no darme cuenta de que lo último que yo necesitaba en ese momento era una relación.

Hablamos por dos meses y medio, todos los días, primero por texto y luego por teléfono. Las conversaciones eran largas y profundas, sentí que había un gran interés de las dos por conocer la cabeza y el mundo que estaba del otro lado, no se si yo la acompañé a ella pero ella me acompañó mucho a mi. Y eso no hubiera estado mal, pero la necesitaba tanto, necesitaba tanto cualquier cosa que hiciera que no me volteara a ver a mi que caí rápido.

Muy rápidamente en este espiral de pensamientos que me hicieron pensar que la quería, que me entendía y sólo quería hablar con ella, saber que hacía, mal.

Fui a conocerla en persona en Octubre.

Para esto ella ya me había contado gran parte de quién era y como era su vida, y yo de mi a ella. Nos conocíamos o al menos así se sentía. Los nervios que tenía el día que la iba a ver por primera vez, no se comparan con nada, no sabía que hacer conmigo y el día llegó.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS