El universo es una inmensa perversidad hecha de ausencia.
Uno no está casi en ningún lado.
Sin embargo, en el medio de las infinitas desolaciones hay una buena noticia : el amor
Alejandro Dolina
Amar sanamente es lo verdaderamente complicado.
Lo fácil sería amar con locura —siempre y cuando esa locura sea algo “sano”, y entendida como un comportamiento que no debe durar para toda la vida. La locura dentro del amor debe ser medida, dosificada, para no generar incomodidad.
Lo fácil sería amar incondicionalmente.
Darte vía libre para que me hagas lo que quieras.
Porque en esta relación las condiciones no tienen lugar, y lo único que importa es el goce que te genera tratarme sin preguntarme antes por mis límites, o sin notar —o peor, notando— que algo no me gusta, y aún así seguir haciéndolo…
Porque yo te amo así.
Para aquel que ha sufrido mucho, amar sin esperar ser salvado es casi un acto heroico.
Porque ahí, uno no está amando de verdad: está esperando que esa persona venga con todas las respuestas a las preguntas que nos hicimos tantas veces en soledad.
Esperamos que argumente, con su presencia, que se puede vivir mejor con la cabeza enferma y un corazón deseando amar.
Es difícil amar con una gran tristeza adentro.
Sin embargo, el amor es tan fuerte que, aun cuando sobran los argumentos para rendirse, nos da esa pizca justa de curiosidad:
¿será que esa sensación es tan buena como dicen?
¿valdrá la pena luchar por eso?
¿Lo más loco? Que sí.
Que si uno verdaderamente ama sanamente, sin desear que el otro sea solo una respuesta a nuestras tristezas, entonces siempre va a valer la pena luchar,
aunque muchos nos digan que vamos a sufrir.
El gesto más grande de amor que alguien puede hacer por otro, es darle tiempo.
Tiempo para que acomode sus tristezas, sus deseos, sus felicidades.
Para que, cuando por fin se tomen de la mano y caminen juntos bajo un atardecer anaranjado, ambos puedan entender que en esa caminata hay dos almas que ya no le temen a los imprevistos de la vida.
Porque aprendieron a esperar.
Porque no buscaban completarse, sino compartirse.
Y ahora, caminan hacia el mañana con ansias, no con miedo.
Te das cuenta de que amás sanamente cuando dejás de usar tus problemas para sostener la atención de esa persona.
Te das cuenta de que amás sanamente cuando entendés que tus problemas no son lo más importante en la relación, ni tampoco los de la otra persona.
Lo importante es aprender a diferenciar qué realmente es un problema… cuando la tenés a tu lado.
Te das cuenta de que amás sanamente cuando ya no la mirás con esos ojos que la veían como la salvación de todos tus traumas.
Ahora la mirás desde la neutralidad, esa que no se va a los extremos gracias a una regulación emocional que, con el tiempo y el sentido común, supiste construir.
Ahora la ves como lo que realmente es: Una persona que merece conocer tus penas, pero a la que ya no le contás buscando que te salve. Le contás verdades, sin adornos ni intenciones ocultas. Porque entendiste que la verdadera salvación está en uno mismo.
Y sí, hablar ayuda. Pero cansa contar los mismos problemas una y otra vez, a distintas personas, para recibir siempre las mismas respuestas.
Sin embargo, ella tiene algo en los ojos… algo que hace que le cuentes una y otra vez tus cosas.
No porque esperes una solución mágica, sino porque su manera de escuchar tiene el poder de sacarte de la cabeza esa idea de que el mundo es solo un trago amargo.
Porque ella tiene algo que hace que veas la vida con la mirada de un niño que aún no conoce el dolor.
Porque ella tiene algo que hace que sientas que la vida, incluso con media alma atada al pasado y la otra mitad perdida en un futuro que no llega, todavía puede ser hermosa…
si aprendés a habitar el presente.
Ella tiene algo que yo jamás tuve:
esa esperanza intacta de que algún día todo puede llegar a ser diferente.
Pero yo también tengo algo que ella no tiene:
una paciencia perfecta.
Una paciencia que, por casualidad —o quizás por destino—,
es exactamente la justa para hacerle entender
que toda su belleza merece ser reconocida
a lo largo de toda mi existencia.
Por eso, mi paciencia no se agota.
No caduca.
Solo terminará el día en que ella ya no esté en este mundo terrenal.
Porque mientras exista,
mi forma de amarla será eterna en lo cotidiano:
en la espera, en el silencio, en el mirar sin exigir,
en esa constancia serena que no necesita aplausos,
sólo su existencia.
“ Que te quede en claro que no te necesito para nada, pero te quiero para todo “
JORGE LUIS BORGES
Te vas a cruzar con tantos ojos hermosos durante toda tu vida, que todos van a transmitirte sensaciones diferentes. Sin embargo, entre todos esos ojos que van a aparecer en tu camino, siempre hay algunos ojitos que se destacan, que sobresalen de lo normal, haciéndonos actuar como anormales en el momento en que sus ojos se cruzan con los nuestros.
Y en ese cruce, por más ego que tengas, por más autosuficiente que creas que sos, vas a sentirte totalmente vulnerable ante tanta belleza.
Una belleza que no tiene explicación, pero sí tiene lo justo para que entiendas que la vida merece ser vivida con ella.
Tu corazón se va a partir en dos más de una vez, pero por favor, nunca te cierres al amor.
Porque si estoy acá, es porque entendí lo que es amar con madurez y respeto.
Espero, de corazón, que todo haya quedado claro. Que se entienda el valor del amor, y que ese valor que le damos tenga un buen argumento detrás, uno que realmente lo justifique. Y que ese argumento sea: amar sanamente.
Podría profundizar mucho más sobre cómo alcanzar esa madurez emocional, cómo darnos cuenta si lo que sentimos es un amor sano. Pero hay cientos de libros que pueden ayudarte en ese camino. Este escrito no pretende darte todas las respuestas, sino ser una puerta de entrada. Una invitación al análisis, a la introspección.
Usalo para entenderte. Porque cuando te entendés a vos mismo, cuando aprendés a mirar hacia adentro sin miedo, vas a descubrir lo valioso que es amar sin esperar nada a cambio.
Pero acá va una pista de cómo amar sanamente : Para amar sanamente, uno no tiene que olvidarse de ese dolor que tanto lo alejó del amor. Con la justificación que estamos mejor solos. Porque no existe peor mentira que decir eso, cuando somos consciente que podemos compartir el mismo cielo con aquella persona que genera una sensación hermosa adentro nuestro.
“ Amar sanamente es tan complejo. Comprende para amar, ama para comprender y entenderás que, aunque sea complejo, dan ganas de entenderlo, porque preferimos que sea así, antes que simplemente recibir un “hasta luego” que no es más que una pérdida de tiempo lo que estamos sintiendo “
“ El amor es la única emoción que le quita sentido a la muerte,
y la muerte es la única que le da al amor el valor que merece.
Porque sin muerte, no habría urgencia de amar.
Y sin amor, ¿para qué morir? “
26 / 05 / 2025 00:59 A.M
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