Mi silencio aún tiene tu nombre

La luz se fue sin avisar

mis letras quedaron en blanco,

y sentí el suspiro de un recuerdo

que susurró despacio su retorno.

Caí en otra de esas noches,

en donde las ruinas del alma

vuelven a ser palpables,

entre yemas frías siento su peso,

desearía borrar las cicatrices,

me falta el fuego que cura

pero tengo el que arde en la garganta

brindo con mi sombra

y cada sorbo

es un verso que no sé si te borra

o te dibuja nuevamente.

El vaso me tiembla en la mano,

y en su reflejo aún veo tu sonrisa.

El eco de tu voz rompe el silencio,

y aunque trato de olvidarte,

vuelves en cada sorbo,

con sabor a ausencia y sal de lágrimas.

Evito caminar por las calles

donde un día disfrute de tu mano.

Aunque, a decir verdad, a veces lo hago.

Ni siquiera sé si escribo para olvidarte

o si pienso para no pensarte.

Trato de no imaginarte cuando beso o río,

pero en vano son los intentos,

ahora miento y finjo

que el amor no lo aprendí de tus besos.

A veces ni siquiera sé si hago el bien o el mal,

si soy honesto conmigo

o solo me cuento lo que quiero creer.

Reprimo lo que siento,

y fácil lo oculto si miento.

Tu chat sigue abierto,

el silencio amordaza el pálpito de hablar,

quiero preguntarte cómo estás,

saber si aún recuerdas lo que fuimos.

Y no sé qué demonios hago,

hablando de ti y sintiéndome así,

si un día me autoconvencí

de que no eras para mí

Traté de intentarlo,

busqué mil caminos, di todo de mí.

Pero el disfraz solo engaña la primera vez,

y al final entendí…que tu paz dependía de mí,

Mis pasos marcaban el ritmo,

los tuyos eran consecuencia

Me hundí en el peso del deber,

y tú, en la ausencia de tu esencia.

Imaginarte con otro,

con alguien que te busca solo por la noche,

que roza tu piel sin saber tu nombre,

me reduce hasta ser cenizas.

Pero más me quema

pensar que lo deseas,

que no lo haces por despecho

sino por placer,

que no huyes de mi recuerdo,

sino corres hacia otro querer.

Y, sin embargo,

en nuestra historia siguen naciendo “peros”,

como si el final se negara a llegar,

como si algo aún susurrara

tras la puerta que nunca supimos cerrar.