Nos completamos de promesas
De lo que pudiéramos haber sido,
Sabiendo que el ocaso llegaría mucho antes de nacer.
Eran las cortas palabras y las pequeñas muestras de cariño,
Me hicieron una creyente.
A qué le temes, me preguntaste
Y mis dilatados ojos solo pedían que te quedaras.
Te supliqué sin palabras que me quisieras
Estabas allí, tu mente estaba allí.
Eran mis ojos, fieles a mi alma, traicionando mi cabeza.
Era yo, siendo yo, deseando ser alguien más.
Pude ver el final antes del comienzo
Y al sol, mientras dejaba de penetrar mi piel
Incluso ahora, en una luz tenue
Que permanece a pesar del frío
Ausente como un padre que corre por su libertad
Melancolía en esos ojos cansados.
Esperar no era una decisión,
Esperarte era querer atrapar el último rayo de luz del día
Y creer que al llegar la soledad de la noche, yo ya no sería la misma.
Mis ojos no fueran más que un espejo en tí,
La soledad y la oscuridad
Los pensamientos, ¿lo sabías?
Sabías que yo me quedaría a pesar de todos mis peros,
Sabías que yo me quedaría aquí, aún con miedo.
Sabías sobre aquello que con temor a decirlo, estaba allí.
¿Habría sido mejor si nos hubiésemos quedado con la pregunta de cómo hubiese sido todo?
¿Habría sido mejor si yo solo te recordaba por tu ternura y timidez?
¿Habría sido mejor dejar todo como estaba?
¿He arruinado el recuerdo de nosotros?
Suficiente y escaso pero real como para permanecer
En la elegancia dentro de tu mente.
El tiempo lo destruye todo, escuché.
Amaba la idea de que este sentimiento sea anacrónico.
En mi imaginación, vuelves por mí
Con tu tonta excusa de cumplir tus promesas.
Estás allí, llamándome en mi puerta,
Para recordarme lo inevitable,
Que me derrumbo ante tí.
Como poco a poco las voces se callaron
Y mi cuerpo cedía ante
La cotidianidad de esos ojos marrones,
tú, mi amigo, los transformas en poesía.
No necesitás las palabras, sabías definirte con tu presencia
Aunque eso te juegue en contra.
Y quisiera tanto que el tiempo pase, pero la verdad es que me siento paralizada.
¿Te harás el tatuaje que me contaste?
¿Te subscribirás al club del whisky?
¿Serás feliz algún día?
¿Acaso solés sonreír como lo hacías conmigo?
Te quedaste lo suficiente para recordarme a la vieja yo.
Viendo el azul con optimismo.
Y quien soy aún me atemoriza.
Supongo que buena para las despedidas,
Insuficiente para permanecer.
Los recuerdos de mí serán efímeros.
La chica de los libros, solías decir.
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