Caen sobre mi cabeza, gota tras gota sin parar; juntas parecen crear una melodía en la oscuridad, una que promete un futuro soleado, el comienzo de un nuevo día; que todo esto es temporal. Pero lo temporal también dura, el asunto es que nadie sabe cuánto durará.

Las noches no son infinitas, pero a veces a la luz del día le cuesta llegar; todo está en saber esperar y confiar en que pronto la luna cederá su lugar a ese destello dorado que todo de luz llenará.

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