DOLOR AJENO

La casa parece vacía,

Y la historia parece terminar

Pero llega un punto del mundo dónde presumen su regreso.

El fuego hoy no quema ni el más minúsculo hueso de la hoja.

El agua parece no empaparme.

Me quedo descalza pisando la arena, mientras el viento choca conmigo.

El mar, salado hasta para la vista, me empuja

y su frío recorre mi cuerpo.

Cómo si alguien me persiguiera, corro en contra-viento.

Y mis ojos se entrecierran con fuerza, mi saco parece querer desprenderse de mí.

Y mis pies, con granos de arena abrazandolos, se despegan del piso como si estuvieran tomando carrera para iniciar vuelo.

Pero por desgracia permanezco en la tierra.

Me detengo a mirar.

Pareciera que el mundo está vacío, soy solo yo y este mar

Y ese viento, y este cielo gris, y esta arena casi blanca, pero no es tan perfecta.

Mis penas parecen desplegarse con un grito desgarrador que recorre toda mi columna

vertebral para salir volando de mi boca, así como si escupiera violentamente.

Ese grito… Fue solo una mueca.

Toda mi desesperación se agudizó cuando, de lo que parecía un grito aterrador y

desahogador…no salió absolutamente ni un sonido.

Fue solo una mueca, de dolor.

Dolor ajeno.

Porque ese hombre no era yo, y ese paisaje no era el mío.

.

.

.

lume.