Prólogo de los Horrores por Venir

Roger terminó de escribir en su diario por esa noche, la mano le temblaba pero tenía que hacerlo. Se había dedicado durante una semana entera en ese diario, a tal punto que el pellejo de las punta de sus dedos se había descarapelado. Pero lo había logrado. Tres bolígrafos y un bote de corrector blanco después, pero había terminado.

Aprecio su obra. Era una maraña de anotaciones secuenciadas y muchos recortes, dibujos y fotos que él mismo había tomado. Era como el diario de Jonathan Harker en Drácula de Bram Stoker. Lleno de sus pensamientos y miedos. Y ese olor. El diario no olía físicamente, pero la cinestesia de su obra le provocaba un olor repulsivo y pútrido. En sus mejores días, el diario simplemente olía salado.

Fue al lavabo que tenía en el sótano para asearse y miró su rostro desalineado. Una barba sucia se había formado en su cara. Abrió la llave y notó que su manó estaba manchada de tinta. Tenía esa mala costumbre de apoyarse como zurdo. Se lavó las manos y se afeitó.

Le echó un último vistazo a su diario. Se quedó mirándolo fijamente y parecía que el cuaderno expedía un miasma. Se dijo a sí mismo «Ya no es mi problema» y subió las escaleras del sótano. Cerró la puerta y la escondió detrás del estante de madera donde estaba la vajilla fina.

Miró por la ventana. No había nada, sólo la luz roja de la luna de Eldritch. Cerró la ventana y todas las demás. Agarró su taza de café, la sexta del día. El grano de afuera del pueblo era peor, sin duda.

Subió las escaleras hacia el segundo piso, las escaleras del ático estaban abajo. Mañana sacaría las cajas y empacaría para largarse de ahí. Se acercó a la puerta de su hija y la vio dormir.

Fue a su dormitorio y su esposa estaba dormida. Se acostó junto a ella, lo cual hizo que se despertara a medias. Lo miró de reojo.

-Deja de beber café a esta hora. Mañana hay que empacar- dijo su esposa, Mary, con un tono irritado, pero el subtexto era más de preocupación.

-Ya es mi adicción- dijo poniendo la taza en un buró.

-No entiendo porqué hay que mudarnos. Esta casa la construyó tu padre. No creo que encontremos algo mejor en otro lado-

-Tal vez. No hay nada bueno aquí. No quiero a mi hija creciendo en este lugar- Miró a la luz roja entrando de la ventana -Hay cosas mucho peores que esa luz rara en este pueblo-

-Sí tú lo dices- se dio la vuelta para abrazarlo -Por cierto, ¿Qué tanto hacías allá arriba?-

Se desconcertó por un momento -¿De qué hablas?-

-Tanto que te movías arriba. Pensé que estabas haciendo la mudanza tú mismo-

Ahora estaba aterrado. Se quitó las cobijas de encima, salió de su cuarto, subió las escaleras del ático. Y sintió la brisa fría de otoño y vio la luz roja.

Todo empezó a hacer mucho ruido de repente. El viento, sus corazón latiendo en sus oídos, la madera crujió. Se quedó quieto un momento, “¿La madera crujió?”, pensó alarmado. Se dio la vuelta y vio las escaleras del ático cerrarse.

Corrió a abrirlas y el momento en el que dudó fue el mismo momento donde escuchó a su hija y esposa gritar, al igual que escuchó alaridos de algo que no sabía qué eran. Pero sabía porqué habían venido.

Abrió lentamente las escaleras y las bajó con prisa. Escuchó un alarido por detrás y salió por la puerta entrando a donde la luz de la luna roja iluminaba. Corrió por las calles como loco. “Hacía el bote. Puedo escapar en el bote”, pensó con esperanza.

-¡Ayuda!- gritó- ¡Ayuda!- repitió pero la gente de Eldritch sabía que era mejor no acudir cuando se pedía ayuda. Era otro muerto más en primera plana.

Atrás, una de esas cosas gritó de manera antinatural. Esto lo inspiró a correr hasta que sus pulmones se escaparan de su pecho. Le tomó ventaja y llegó al muelle. Por suerte, vivía bastante cerca del lugar. Ahora sólo debía llegar a su bote, que por desgracia se encontraba al final del muelle.

Escuchó al monstruo detrás de él, estaba muy cerca. Una nube cubrió la luna y oscureció el ambiente, permitiendo esconderse en uno de los botes atracados. Desde ahí pudo ver la silueta de la cosa, no era humana y podía escucharla claramente.

Sentía su corazón en su garganta, el aire frío quemaba su garganta y lágrimas discurrían por su mejilla. Pasados unos minutos, se rindió la bestia y se alejó. Roger salió del bote sin hacer ruido y caminó hasta su bote.

Antes de subir, las nubes descubrieron el faro. Otro de las marcas geográficas del lugar. Roger no extrañaría esa cosa. Pero había algo más, algo que lo distrajo. Era una sombra detrás del faro, más grande que este. Era… indescriptible. Roger se quedó pasmado tratando de procesar la escena pero no podía. De nuevo la cinestesia le permitía oler pútrido.

La sombra se movió justo en el momento en que las nubes se movieron, pero bastó con un segundo de ver la cosa junto al faro a la luz roja para volver loco a Roger. Se quedó sin palabras, inmovil, su mente no le permitía formar un pensamiento hasta que escuchó detrás el alarido de el monstruo que lo perseguía.

Fuera de su trance y aceptando su destino, Rogelio sólo pudo lograr decir una sola cosa:

-Odio este lugar…-

Luego gritó incontrolablemente mientras la criatura lo despedazaba.

I

Las letras

“Letras”, pensó “Mientras más veo, más violento”, se acercó el cigarro a la boca como siempre para quedarse cuerdo. El calor del cigarro en su boca y el efecto de la nicotina le ayudaban a concentrarse. A veces había tantas letras y símbolos que no podía ni pensar.

Exhaló una corriente de humo. El humo y las letras se mezclaron en sus ojos. Era algo que disfrutaba ver pasar.

Empezó a escuchar un retumbar en sus oídos, eran vibraciones sordas. Volteó a su lado y vio a un hombre gritando, no fue hasta que lo tocó en el hombro que procesó el evento.

-Comandante, ¡Comandante!- gritó para sacarlo de su trance

-Dios, Sol, ya te escuché-

-Al fin- giró los ojos con irritación -Entra en su trance y se queda viendo a la nada como lelo-

-Suena a que quiere que lo degrade- lo amenazó sin intenciones de hacerlo

-Haha, apague el cigarro y venga a ver. Esta es de las que le gustan-

Howard apagó el cigarro en su zapato y cruzó la cinta de policía, siguiendo a Sol de cerca. Se acercaron a la escena, el equipo de peritos había ya marcado toda la escena y los forenses estaban por llegar.

Se pararon en frente del cadáver. Howard vio a los ojos del cadáver, las palabras se formaron en sus ojos “terror”, no solo el terror de alguien apunto de ser asesinado, sino el terror de alguien que no entendía qué lo estaba atacando. Además… su atacante, generalmente veía algo sobre el atacante, una palabra, ahora, en este momento, veía letras que no entendía. “Eso es nuevo”, pensó

-Y bien. ¿Cuál es el diagnóstico, mi doc?- Sol dijo con la emoción de un niño que le contaban cosas nuevas.

-No lo sé.-

-Eso es nuevo. ¿No es uno de nuestros casos clásicos?-

-No es que no sepa nada. Nuestra víctima quería huir a toda costa de su atacante. Pero no veo la motivación de su atacante. Ni siquiera es pasional- se detuvo a analizar lo que sí podía ver -Es salvajismo…-

-¿Por qué no huyó hacia la calle en vez del muelle? Hubiera llegado a nosotros-

-Probablemente tenía un bote. Sea lo que sea que lo atacó, el tipo sabía que no era lo suficientemente rápido para huir-

-¿Lo que sea que lo atacó?- se rió de su oficial superior -¿Nuestro sospechoso es el chupacabras?-

Howard frunció los labios como diciendo “Todo es posible”.

-¿Aún no identificamos a nuestra víctima, chicos?- le preguntó a los peritos.

-Me temo que no, jefe. Demasiada inflamación y destrucción de tejido-

Qué molesto”. No manifestó su descontento en voz alta para no causar malentendidos. No le gustaba cuando su trabajo se volvía más complicado. Mayoría de las veces parecía que este se resolvía sólo.

Cruzó la cinta de nuevo y caminó hasta la calle donde los medios lo esperaban. En cuanto lo vieron se abalanzaron contra él. Tenía que dar una declaración. -Comisario, comisario. ¿Puede comentar quién es la víctima de este cruento asesinato?-

Iba a abrir la boca para hablar y sólo salió un -Yo…- Se quedó viendo a la calle. Hizo los cálculos rápidamente, las probabilidades volaron en su mente. Volvió a mirar a la cámara, dándose cuenta de la imagen que pintaba quedarse, como Sol lo ponía, mirando como lelo a la nada. -Disculpen un momento. Quédense aquí. Si se mueven, es interferencia con la ley-

Los medios se quedaron pasmados en su lugar, mientras Howard se movía por la calle. Checó cada puerta hasta encontrar la que estaba abierta.

Dentro de la casa, las letras volaron por sus ojos junto con el tono rojo que llenó sus periferia. “Violencia” fue la palabra clave. Y esta palabra se repetía más cerca de las escaleras, por lo que subió al piso de arriba.

Su cabeza parecía apunto de explotar cuando miró dentro del cuarto principal. Luego, su migraña se despejó, siempre pasaba cuando encontraba la respuesta a la palabra que veía. Porque ¿qué más era esto? Nada más que violencia pura. El cuerpo estaba encima de la cama empapado en sangre y parecía como si hubiera pasado por una trituradora. El dolor volvió cuando vio las pisadas del atacante “#$%” , una incógnita. Otra irregularidad.

Su cabeza retumbó una vez más. Dio media vuelta, vio las pisadas de Rogelio. Las palabras se formaron en sus ojos “Huida. No volteo a ver a su familia”. Pasó las escaleras del ático hacia la otra habitación.

Howard no era de los que se impresionaba fácil, pero hasta él se llevó una mano a la boca paras que su suspiro no fuera escuchado. Las letras sólo formaron una palabra en sus ojos “terror” y era lo que los ojos de la niña reflejaban. Terror puro.

Llamó por el radio a su equipo y no tardaron en acordonar el lugar y montar la escena del crimen. El teniente Sol al ver la escena casi vomita. Los peritos y el forense tenían esta mirada de miedo al llevarse los cuerpos.

Howard se quedó viendo al suelo con las pisadas de la víctima. “Qué causaría que alguien saliera corriendo sin voltear a mirar a su familia siendo asesinada?”. El teniente Sol se acercó a su oficial al mando.

-¿Te han dicho que eres demasiado bueno en tu trabajo?- le dijo de manera sarcástica.

-Tú. Muchas veces- lo dijo sin ironía. Casi nadie le daba ese cumplido. -Justo porque nadie más tiene los cojones para decirme que hacer bien mi trabajo en este lugar es horrible-

-Por eso te agrado. Ahora. ¿Qué rayos pasó aquí, Howard?- tenía una cara de incertidumbre en su cara

-No tengo idea. Pero… Rogelio Salton, ¿verdad?- le asintió el teniente -Tenía suficiente miedo que no miró ni de reojo a su familia-

-Eso es…- giro el cuello pero no la mirada con incomodidad -frio…-

En su mente le dio la razón a su teniente. Le dio un vistazo a la casa antes de salir. Tendría que esperar al reporte del peritaje y del forense para resolver este caso. Si eso era posible. En su exploración de la escena, al fondo una vitrina de platos finos desperdigaba letras. Solía pasar cuando una fuente de información era opacada. Era como si su mente le avisara de lo obvio. En este caso: “Esa vitrina esta fuera de lugar”.

Se acercó a la vitrina y la movió de su lugar, causando la confusión de su teniente. Pero a este punto de conocerse, ya se había acostumbrado a este tipo de escenas. Al terminar de moverlo encontró una puerta y unas escaleras detrás de esta.

-Inteligente si me lo preguntas. Nadie movería esta cosa por temor a romper los platos- después lo siguió hacia abajo.

Abajo sólo había un lavabo y un escritorio. Le tomó nada más un momento en avistar el diario. Emanaba glifos y símbolos a su visión. Ningún objeto había hecho esto.Se puso guantes. Al tocarlo, se dio cuenta que era un cuaderno común y corriente. Guardó el cuaderno en una bolsa.

Al salir de la casa pudieron ver un barco de inmigrantes atracando en el muelle. También vieron al grupo de medios rehenes del comisario. Que al fin ondeó su mano para liberarlos y que vinieran a él.

-Y ahora, una declaración

II

Inquietudes

-¿Tenemos un maniatico suelto, Howard?- dijo el presidente municipal. Con un tono de disgusto e incredulidad -¿Eso fue lo mejor que se te ocurrió? En este pueblo, eso es decir mucho o muy poco.

-No quería alarmar a nadie, por lo que también dije que podía haber sido un animal salvaje-

-¿Qué animal, Howard? ¿Un oso marino, tal vez?- el pensamiento le causó diversión a Howard pero el presidente no estaba muy divertido.

-No lo sé. No es algo que haya visto antes. Parecía como si un oso lo hubiera hecho-

El presidente se rasco la cabeza y fue a la ventana grande detrás de su escritorio con vista a los muelles. Observó con un aire de autoridad a su pueblo.

-Es Eldritch, Howard. Este tipo de ocurrencias es normal. Gente descuartizada es el pan de cada día para ti- Se volteó y su expresión se calmó -Ya se había tardado, si me lo preguntas-

En eso tenía razón. Los asesinatos no eran raros en el pueblo, mucho menos los cruentos y grotescos. Pero Howard pensó en este más que en cualquier otro, muchas incógnitas.

-Este hombre, animal o cosa mató a dos personas con sus propias manos con una fuerza de un depredador tres veces más pesado. Y para acabar tuvo suficiente energía para perseguir a este reportero, alcanzarlo y matarlo de igual manera.

El presidente apretó los labios y subió las cejas de la impresión. Incluso él tenía que ver lo impresionante que era el acto.

-Bien, tal vez no era tan fácil. Pero sigue dentro de parámetros del pueblo- admitió al final

Suspiró y se sentó en su silla. Se sirvió un poco de café. Aunque parecía que hubiera querido servirse un poco de whiskey que había al lado de la cafetera. Howard lo miró detenidamente mientras bebía. El presidente era una de las únicas personas que no podía leer o predecir. Se parecía un poco al cuaderno que encontró. Aunque tenía seguro que nunca tenía malicia como propósito.

-Sólo… manten el orden- Uno de los barcos de transporte sonó su claxon mientras se alejaba -Con nuestros nuevos 200 trabajadores extra, hay mucha posibilidad de que haya algo de… inquietudes-

Como si convocados por la frase, se escuchó por debajo del ayuntamiento municipal una turba enardecida con letreros de “Fuera Inmigrantes”.

– Es irónico, Howard. Emigrar es estereotipo mexicano y mi pueblo resulta ser el más xenofóbico-

-Nunca hemos sido el pueblo más hospitalario-

Howard bajó las escaleras, se colocó su sombrero de policía y salió a confrontar a la turba enardecida. Entre ellos se encontraban gente que él conocía. En un pueblo con menos de 10 mil personas, era fácil conocer a todos. Estaban el dueño del restaurante en el muelle, Arturo Pier y su esposa, el jefe del sindicato con algunos de los miembros y varios trabajadores.

-¡A ver, a ver, gente!- gritó para que le hicieran caso y por respeto se callaron -¿Por qué tanto caos?

-Comandante. debe detener esto- dijo una trabajadora

-¿Y por qué debería hacer eso, Isadora?- el comandante se sabía todos los nombres

-Nos quitarán nuestro trabajo- dijo otro trabajador

-Gonzalo, ¿de qué hablas? La cafetalera va a expandirse. ¿Quieres cubrir una hectárea tú sólo?

-No, pero- –

-Pero nada. Señores y señoras, el aumento de empleados es un subproducto conveniente de la llegada de los inmigrantes. Uno a propósito-

-Comandante, ¿qué pasará si traen sus problemas hasta aquí?-

-Nancy, esta gente no tiene la culpa de que un terremoto de 8.5 haya pegado en su país. Esta gente no perdió todo para venir a causar problemas aquí- Se quitó el sombrero para airear su cabeza. Lo sacudió un poco y vio la preocupación en sus caras -En caso de que llegara a pasar algo, yo mismo me encargo- dijo para calmarlos.

-¡Contaminaran nuestra cultura, comandante!- dijo el jefe del sindicato.

-Carlos, llevas 45 años más de vida que toda esta gente. Uno diría que estarías más abierto a estas experiencias. ¿Y de qué hablas? ¿Qué contaminaran? ¿Se la arreglaran para prohibir la carne de langosta en las papas? ¿Crees que el café a todas horas se vuelva Haram de repente?-

Carlos se sonrojó un poco después de escuchar esto. Todo esto parecía muy inmaduro ahora. Pero era el miedo a lo que no conocían y esta gente de una parte del planeta que no tenía mucho en común con esta parte. Aunque Eldritch era muy aberrante en México ya de por sí.

-Es gente asustada. Más que ustedes. Gente que ha perdido todo. Sean amables con ellos. Sean compasivos. Además- se volvió a poner su sombrero y caminó a su auto entre toda la multitud. -Todos y cada uno de estas personas fue evaluada. Todos hablan español, inglés y francés. Y todos tienen ganas de trabajar-

III

Mundano

Hakim tenía su primer día de escuela a nada más una semana después de haber llegado. Su casa era nueva, en varios sentidos, nueva para él y nueva de recién hecha. Había sido parte de un proyecto de vivienda para inmigrantes. A cambio de trabajar en las cafetaleras, sus compatriotas recibían vivienda, una que pagarían a perpetuidad. Igual era buena caridad.

Hakim y su mamá serían de los primeros en pagar su casa, viendo que su mamá era una de las pocas que conservaría el empleo que tenía antes del terremoto: doctora.

Mientras, el tenía que desempeñar el papel del hijo estrella. Causar pocos problemas, sacar buenas calificaciones, mezclarse con el entorno. No era mucho problema. Hakim ya lo hacía antes en su país.

Su mamá lo había dejado en la entrada de la preparatoria. Hasta ahora, todo bien. Luego un grupo de estudiantes considerablemente más rubios que el resto dijo “Holas, amigos, soy Apu. Muchos gustos”. Hakim pensó que se habían tardado, aunque había sido ligeramente más original de lo que esperaba. Hakim sólo sonrió.

La primera clase era de matemáticas, para Hakim no era gran problema. No era el mejor en matemáticas, pero no era malo.

-¿Alguien puede resolver este problema?- la maestra preguntó al salón con un problema de algebra -¿Qué le falta a la solución de este problema? ¿Alguien? ¿Qué tal nuestro estudiante nuevo?

Hakim movió los ojos a todas partes confuso después de escuchar su nombre. Vio que todos lo miraban esperando una respuesta. Me pregunto si puedo fingir que no hablo español y librarme, pensó.

-No creo que tengan matemáticas de donde viene, maestra- dijo un zopenco al frente de la maestra.

Hakim se levantó rápidamente y caminó entre los demás compañeros hacia el pizarrón. El que lo había insultado era el mismo tipo que imitó a Apu de Los Simpson. Ahora sólo por eso, te dejaré como estúpido, lo amenazó en su mente.

Resolvió la ecuación en el pizarrón y puso lo que le faltaba a la solución del problema. -Ahí está el método y el despeje- puso el gis abajo -Y el álgebra es un invento árabe, genio- sus compañeros se rieron del bravucón y el se sentó.

-Gracias, Hakim. No era necesario ese último comentario- dijo la maestra corrigiendo su comportamiento -Pero hablas muy bien español-

Al terminar la clase, el tipo de prejuicios confusos lo miró con ojos enfurecidos. Una chica lo pasó de lado en la puerta del salón y le puso pulgares arriba. Se sintió un poco bien.

La clase de historia fue más interesante, la historia de México era rica, muchas cosas pasando antes de Cristo que ni podían imaginarse. Aunque habían algunas cosas que no entendía.

-Yo no lo entiendo. ¿Qué pasó en el lapso de tiempo entre la Conquista de la Ciudad de México y la Independencia?- preguntó Hakim a la maestra.

-El virreinato- dijo la maestra como si fuera muy obvio.

-¿Y por qué nos saltamos esa parte?- preguntó genuinamente. Hasta llamó la atención de la chica que le dio pulgares arriba.

-Porque el programa escolar no nos permite discutir las minucias morales del virreinato- dijo con sarcasmo la maestra, pero Hakim entendió la respuesta. -Bueno, chicos, en esta época entre el fin del virreinato y la independencia surgen muchos mitos y leyendas. Quiero que me traigan un mito o leyenda que sepan. No importa si es sobre hace más tiempo. Para la semana que viene-

Todos salieron del salón y seguía educación física. Todos se pusieron en el uniforme deportivo y por un momento todo volvió a la normalidad cuando vio a las chicas. El no disfrutaba mucho del deporte pero encontró que no le causaba tanto cansancio como antes. Había corrido y cargado mucho hasta hace poco. Todos los días, yendo de edificio en edificio, cargando escombro. Encontrando los cuerpos-

Sonó un silbato

-Se acabo, chicos. Vayan a cambiarse. Va a haber una conferencia en el gimnasio- esto lo devolvió a la normalidad.

Miró a la chica pelirroja. Guardando el recuerdo de normalidad, sólo por si acaso. ¿Por qué pelirrojas? Nunca he visto una en mi vida, se ponderó. Ni siquiera había considerado si eran su tipo o si verdaderamente era bonita y no era la ilusión de la rareza. La ilusión de la rareza lo volteó a ver, notando su atrevimiento. Ups, dijo atrapado infraganti en su mente. Movió su boca formando la palabra “Perdón”. Ella le puso pulgares arriba. Y se retiraron a cambiarse.

Empezó la conferencia y era el comandante de policía. El comandante tocó el micrófono para probarlo-

-Chicos y chicas, buenos días- comenzó, los miró a todos de manera incómoda y exhaló en frustración. Hakim tampoco desearía tener que estar en su lugar -Migración- dijo seguido de otra gran pausa, como si estuviera ordenando sus pensamientos -Es un acto tan humano como el amor o la guerra. Déjenme contarles de la migración a lo largo de la historia. Cuando los judios fueron desterrados a Babilonia, fueron tratados como basura, tanto que en Revelaciones se volvieron equivalente del pécado- los estudiantes susurraron no entiendo el punto -Cuando los vikingos emigraron a Inglaterra, digamos que la situación no resultó tan amigable y el primer rey de Inglaterra oficial fue vikingo- aún no parecía que comprendieran -Y no creo tener que contarles lo que pasa en Estados Unidos, no sólo con nosotros, sino también con muchos otros pueblos- hubo otra gran pausa. Ahora que estaban relacionados directamente, parecían comprender el mensaje. Todo mundo tenía un pariente mojado. -Lo cuál me lleva a una emoción no tan común pero igual de humana: compasión. Los estudiantes que empezaron hoy no tienen la culpa de estar aquí y son gente buena. La crueldad es otra emoción muy humana, que según entiendo practican mucho entre ustedes en esta edad confusa. Créanme que se arrepentirán de ello -esto sonaba como advertencia -Y si les hacen daño a estos pobres chicos, yo me encargaré de que se arrepientan el resto de su vida con la carpeta que les haré. Algunos de ustedes ya tienen 18 años -esa si era una amenaza explícita. Hakim se sorprendió con lo directo de la amenaza y hasta admiró al comandante. -Gracias- concluyó el comandante.

Después terminaron las clases y Hakim volvió a su casa.

Su mamá lo estaba esperando en casa. Le puso un platillo local típico de cenar. Hakim la miró confuso.

-Lo lamento- le dijo en árabe -Pero es lo que hay-

-No me quejo. Pero el choque cultural- probó una cucharadas del platillo y la volteó a ver con ojos brillosos -Esto es increíble-

-Chilaquiles le llaman-

Su mamá le puso una taza de café al lado, olía muy bien. Hacía tiempo que no tomaba buen café, sólo el soluble que sabía a rayos con etiqueta roja. Pero no café de grano hecho y derecho. Le dio un sorbo al café y el sabor bailó incontrolablemente en su boca.

-Este es el mejor café que he probado- admitió a su mamá que se veía feliz de verlo así.

-Lo mismo dije- se sentó en frente de él con sus propios chilaquiles -¿Hiciste amigos hoy?

-No- dio otro bocado -Pero hice un enemigo. Un tipo racista-

-Eso también está bien-

-Aunque una chica linda me dio pulgares arriba. Todo muy mundano hoy, la verdad- él mismo levantó los pulgares imitando a la chica. -¿Mañana empiezas?

-Oh, sí. Veremos si puedo ser psiquiatra otra vez- miró hacia afuera con la luz roja de la luna entrando a la cocina- Nunca me podré acostumbrar a eso.

Y siguieron comiendo en paz

IV

Evidencia

El Comandante estaba sentado en su silla. No había mucho que hacer. Muchos días eran así. Largos periodos de nada pasando entre cortados por días donde la gente hacía de las suyas, pero Eldritch era su propio tipo de pueblo con sus reglas.

Era el hecho de que no se haya resuelto rápidamente el caso lo que lo tenía preocupado. No es que siempre tardara menos de una semana en resolver los casos, pero siempre la respuesta se encontraba a la vista. Aunque nadie más pudiera verlo, él sí podía. Pero esta vez, no había nada. Sólo preguntas.

Alguien tocó a su puerta, era su suboficial, el teniente Sol

-¿Te interrumpí?- preguntó con tono ligero

-Ojalá. Día lento. Ese asesinato me tiene en cuenta-

-Ah, entonces traigo buenas noticias, comandante- le tiró en frente unas carpetas -Lo s reportes del caso y…- sacó el cuaderno que habían encontrado en el sótano -¡Tarán!

-Buenas noticias, en efecto- Abrió la carpeta y se tocó la barbilla -Trae café-

Empezaron a leer los documentos. Y era de lo más inusual. Cuando terminó de analizar los reportes, se los pasó a Sol, siempre tenía otro punto de vista útil. El agarró el cuaderno, de nuevo expedía esa sensación de incognito y al abrirlo, su mente estaba en blanco. Sin palabras. Sobre todo porque el libro en cuestión no tenía palabras sino glifos.

-¿Qué es esto?- ojeó el cuaderno y todo estaba escrito en esos glifos -¿A poco te tardaste una hora viendo estos garabatos?

-Busque todo tipo de escritura que existe. Diría que está en chino pero no son los caracteres. No es japonés, ni vietnamita, ni árabe, ni ninguna lengua indígena de aquí o sudamérica. No es ni sumerio, y esa cosa era puras cuencas en barro. Nada se le parece. San google no tiene nada- como había pensado muchas veces antes, Sol tenía buenos puntos de vista.

-Los reportes están igual de raros. Ambos cuerpos los de Rogelio y su familia fueron magullados por algo que no figura en ningún registro animal. Lo cual nos trae de vuelta a que una persona lo hizo. Lo que es igual de difícil de imaginar-

-Tal vez era cocainómano- leyó los reportes pero volvió a mirar al cuaderno -Si es un lenguaje inventado, entonces el tipo debe tener su propio cifrado.

-Muy cierto-

El comandante pasó por todas las páginas, una por una, sin éxito. Ninguna de las páginas había sido escrita en letras normales, o al menos en otro idioma. Empezó a revisar el cuaderno de arriba para abajo. En la cubierta, sobre todo la cubierta se le hizo rara, pasta dura, para un diario. Y parecía que él mismo lo había hecho.

-Era reportero, ¿no?- le preguntó a Sol

-Sí, de los de las efemérides o yo qué sé-

Entonces tenía acceso a alguien que le hiciera el empastado a lo barato. ¿Por qué tanto esfuerzo si es sólo un cuaderno de trabajo?, se preguntó. Incluso si fuera un diario, la cantidad de información sería enorme. Era un libro de tamaño decente. No una biblia, pero si parecía un libro de Brandon Sanderson. Entonces lo vio, una pequeña línea en la parte de atrás, en la pasta había una solapa diminuta, con unas pinzas que tenía en su escritorio para las uñas sacó tres hojas de grosor increíblemente delgado.

-El acceso a diferente tipos de hojas es útil-

Los trozos de papel estaban cortados perfectamente en rectángulos. Se preguntó cómo se supone que entraría de nuevo al diario sin romperse. Pero la respuesta era fácil: No se supone que se guardaran de nuevo, como si el lector del cuaderno fuera el receptor destinado. Pero… la persona más probable en recibir este cuaderno… soy yo. ¿Qué tramabas, Rogelio?

-Le dije que habría un cifrado- dijo Sol poniendo los reportes abajo. -Otra cosa rara, el reporte no menciona nada de evidencia dejada por los atacantes. Nada de saliva residual, o sangre debajo de las uñas, ni huellas, nada. No dejaron nada. Y en un ataque tan brutal- se pasó las manos por el cabello -Este maldito estaba cubierto de plástico o ¿qué pedo? No atacas a alguien así y no dejas nada-

-Ve y descansa un poco. Mientras jugaré al sudoku sumerio- apuntando al cuaderno

Puso toda la concentración posible en el cuaderno. Apuntando en otras hojas lo que había encontrado. Se dio cuenta que el cuaderno estaba dividido en tres partes. Tres tipos de cifrado. Tres lenguajes para tres partes. La primera era la más fácil de traspasar, revelando que la primera parte del cuaderno era una diario. La segunda parte era distinta, abarcaba menos de un tercio y empezaba como un cuento. Y la tercera parte era como leer a Hegel y lo que sea que quisiera decir de la esencia. Sol volvió a entrar a la oficina.

-Bueno, ya me voy- dijo Sol despidiéndose con la mano

-¿Tan temprano?-

-Jefe, son las 11 de la noche-

-Ah- a veces se podía perder horas en algo -Ven quiero que veas algo- gesticuló con su mano un “ven para acá” y Sol obedeció por curiosidad y chisme. -Nuestro amigo Rogelio inventó tres lenguajes distintos y dividió su cuaderno en tres secciones.

-¿Tardaste sólo 3 horas en descifrarlo?- lo miró con cejas sorprendidas

-No, quisiera. Uno es más fácil que los demás. Y descubrí que a Rogelio Hopper lo pusieron a hacer un reportaje de la ciudad y su historia por el 300 aniversario del pueblo. Y todo bien, no se enfoca mucho en los últimos años. Pero llegando a los 60’s llegamos al incidente de Bocadentro, ¿lo recuerdas?

-Eh, más o menos. ¿Fue cuando raptaron a un montón de gente sin razón alguna o fue cuando se perdieron un montón de personas en el mar?

-La primera. La segunda fue en el 200 aniversario del pueblo. Una tormenta y mala planeación.

-¿Y eso qué tiene que ver con nuestro amigo el Roger?-

-Significa que fue a Bocadentro y tal vez alguien de ahí lo persiguió y mató. Yo que sé- lo miró con ojos pispiretos -¿Pero sabes quién podría averiguar qué pasó?-

-Chinga tu madre- contestó sabiendo la respuesta -¡Bien!, iré mañana. Pero si me matan, no te dejaré ninguno de mis comics de colección- y se fue de la oficina.

V

El Psiquiátrico

Haqqi llegó puntual al hospital, siete de la mañana sin falta, cuando llegó al ala de psiquiatría, que no era un ala, más bien era un torre aparte del hospital, aislada, con rejas en el techo por razones obvias.

Ella misma había sentido como si fuera un acto de serendipia cuando encontró que había una vacante para adscrito de Psiquiatría en el pueblo. Le había agradecido a Allah por la oportunidad todos los días desde ese día, incluso había vuelto a portar el hijab como gesto de agradecimiento. Hakim había perdido la fe, pero ella lo veía diferente.

Entró a la torre como si fuera su primer día de residencia, pero se sorprendió por lo que vió. Toda la torre estaba puesta como un panópticon, con la oficina de médicos en el centro, sólo que no estaba elevada, pero aún así tenía vista a los pacientes. Aunque la torre se extendía unos pisos más hacia arriba. Y lo más inusual, todos los pacientes estaban confinados en una celda con vidrio templado. Era como el Silencio de los Inocentes.

Su hijo le había dicho alguna vez como advertencia: “No hay que ir.¿Sabes a dónde quieres ir? Lo busqué en internet. Ese lugar tiene la mayor cantidad de asesinatos en ese país para la población que tiene”. Y tenía razón, además este pueblo tiene la mayor tasa de incidencia de esquizofrenia paranoide de todo el mundo. Muchas teorías habían: genética (puesto que el pueblo fue fundado por ingleses, probablemente habían genes particulares en esa población; Segunda teoría: incesto; Tercera teoría, y la más improbable: la luz roja de la luna.

La luna, desconcertante, sí, pero no más que un fenómeno astrológico aún no explicado.

Haqqi puso sus cosas en su escritorio y se puso su bata. Los residentes, 5 de ellos, empezaron a llegar después. -Doctores, buenos días. Salam aleikum. Mi nombre es Haqqi Ruya, como ya sabrán, seré la nueva adscrita de esta ala de Psiquiatría. Espero poder conocerlos y llevarme bien con ustedes. Me iré adaptando a este pueblo con su ayuda”

Los residentes se quedaron viéndola de manera hostil, sin razón alguna. Haqqi no esperaba esta bienvenida. Entonces cambió su expresión a la que usó durante meses en su país después del desastre. La mirada los desconcertó y terminó por romper el hielo. Sus expresiones se suavizaron, pero no la de ella. -Podrían decirme sus nombres- dijo con un tono seco.

-Antonio-

-Diana-

-Mariana-

-José Luis-

-Isabel-

Contestaron todos. Haqqi les dio sus pendientes del día. Dos de ellos, debían estar en servicio de consulta psiquiátrica, la cual era bastante. Y el resto atendía los laboratorios de los pacientes en la torre. -Yo iré hoy a consulta. Antonio irá conmigo. Cuando vuelva, quiero una actitud muy distinta a la que me ha mostrado. O las cosas no serán muy placenteras para ninguno-

Salió de la torre al área de consulta de especialidad en el hospital. El hospital en cuestión era bastante grande para un pueblo de poco más de 10 mil habitantes. Parece ser que la familia del presidente municipal era muy generosa.

-Una disculpa, Dra- dijo Antonio mientras caminaban -El Dr Rodriguez era muy querido. Nos tomó por sorpresa cuando murió. Aunque la maldición es dificl de romper-

-¿Maldición?-

-Los adscritos de psiquiatría suelen morir poco después de los 30 años de ternura-

-Espero poder compararme con él- le dijo a Antonio con sinceridad.

Llegaron a consulta externa. El área tenía dos consultorios para psiquiatría y compartía el piso con cardiología y neurología, cosa que le pareció gracioso a Haqqi. Entró a su consultorio, sacó una canasta de útiles de su mochila y un termo con café. Estas cosas no las había traído por elección propia, sino por recomendación.

Le tocaron la puerta y entraron sin permiso. Haqqi pensó en alzar la voz hasta que vio que era su jefe, el Dr Thomas. Se preguntó sin toda la gente con autoridad en esta ciudad tenían apellido inglés. Algunas cosas no cambían, no importa a dónde vayas, pensó

-Disculpe la intrusión- dijo el doctor

-No hay cuidado. Este es su hospital, no debería ni tocar- lo dijo con un poco de humor.

-Ja. No está de más. Sobre todo si está en consulta- se sentó en la silla en frente al escritorio -Veo que trajo sus cachivaches-

Haqqi no entendió -¿Disculpe? No entendí-

-Cachibaches. Chucherias. Baratijas. Objetos variados. Misceláneo- ella asintió entendiendo -Son mexicanismos. Habrá que aprenderlos. Tenemos muchos- le sonrió -Esperaba que estuviera dando pase de visita-

-Los residentes me recibieron menos que cálidamente. Preferí ahorrarles la incomodidad. Al parecer mi predecesor era muy querido- se sentó y empezó a servirse café

-Sí. El Dr. Rodríguez era vigoroso y animado. 30 años trabajé con él. 33 para ser exactos. 1 más que con el que le antecedió.

Haqqi se confundió. Más de 30 años con cada uno, pensó. Y bebió café. -Eso es… mucho tiempo-

-Soy más viejo de lo que aparento- movió el dedo en un gesto para que se acercara para hablarle -el secreto son los frutos rojos. Jajaja- continuó riéndose y se levantó de la silla. Abrió la puerta y antes de cerrarla -Ah, cuando esté de guardia, llámeme para cualquier cosa, la primera guardia es la peor-

Y se fue con esa enigmática oferta de ayuda.

VI

Registros de Locura

El Comandante había descifrado apenas una página y esa página le había dicho lo que necesitaba para mandar a Sol a Bocadentro. Había pasado el día descifrando más páginas. Eran una crónica muy detallada. Y por detallada, quería decir redundante. A este tipo le gustaba poner detalles que no tenían mucha relevancia. Aunque le dio algo justificación, creía que lo iban a matar. Se tiende a sentir emociones más intensas y recordar con más detalle mientras más estrés se siente.

Empezó a traspasar las notas más importantes a una hoja de papel. A veces se perdía un poco, o perdía el hilo. Puede que haya sido el miedo. O más probable, puede que haya sido a propósito para dificultar la traducción. “Pero si era para mí, idiota. No me compliques las cosas, caray”, dijo en voz alta

Sonó su teléfono con la tonada de Here Comes the Sun de los Beatles, la canción que le puso al contacto de Sol. Contestó. -Ya llegué- dijo el otro lado. -Voy a ir al periódico local, Preguntar si nuestro amigo, el Roger, pasó por ahí. Y hospedarme en algún lugar de este cuchitril. Huele a pescado aquí, Felipe-

-Es un pueblo pesquero, Sol, se supone que huela así-

-Pues a la verga con el pescado- hubo un silencio momentáneo -Veo un puesto de tostadas. Te aviso lo que veo-

-Suerte-

Colgó. Volvió al cuaderno con sus apuntes y los leyó en orden esta vez.

Este es, probablemente, el último testimonio que daré de lo que he vivido…

Todo esto se debe al trabajo que me ordenaron hacer, era el 300 aniversario del pueblo. Fundado por ingleses que en vez de unirse a las colonias, prefirieron estar bajo gobierno del virreinato. Solía pensar que era porque nuestros ancestros eran probablemente católicos ocultándose, vaya la ironía. Ahora pienso que es algo más turbio…

En fin, me ordenaron hacer este reportaje sobre la historia de nuestro pueblo. Empecé de adelante hacia atrás. Con el presente, y las migraciones de la gente de habla árabe que llegarán por designación del alcalde a Eldritch. Atrás, con la expansión de la cafetalera, con toda la tala de árboles que eso conllevó. Esto último, fue obra del padre de nuestro alcalde. El patrón de nepotismo era obvio desde este punto. Pero era imposible de evitar, viendo que la familia del alcalde ha sido dueña de este terreno desde la fundación del pueblo. Esto será importante después…

…Fue cuando empecé a investigar sobre los años 60 que las cosas se pusieron sospechosas. Con el gran golpe del 66. Donde unos Boqueños decidieron secuestrar a algunas personas, dos docenas de sus casa por la noche y llevarlos. El anterior comandante, quien por cierto, no tenía apellido inglés de milagro, decidió montar un rescate. Según nuestro periódico, la policía de Bocadentro apoyó al grupo, lo que encontré en nuestros registros de la biblioteca pública cuentan una historia diferente…

-Y porque no poner lo que encontraste aquí- pero Felipe conocía la respuesta -Con que migajas de pan, eh, Rogelio- aceptó el reto de seguir las migajas.

Este misterio tendría dos partes, la crónica y la historia, al parecer. -¿Cuál es la parte que te mató?- continuó leyendo

No encontrando información clara o francamente falsa en la biblioteca, me decidí a ir a Bocadentro y explorar su biblioteca. Tal vez ellos tenían una versión distinta de las cosas.

…Antes de irme, el periódico publicó un caso de persona desparecida. Si estaba relacionado o no, lo desconozco por ahora. Es México, por lo que no es muy raro, ni siquiera en Eldritch que las personas desaparezcan…

Dejo de leer por hoy la parte del diario y se enfocó en la parte del medio. Esto le llevo 3 horas de descifrar. Pero valieron la pena.

Son tan viejos como la vida marina. Fueron los primeros en pisar la tierra y los primeros en decidir no dejarla…

Tienen un sentido de la familia muy profundo, como muchas de las comunidades marginadas de nuestro país. Sólo se reproducen entre sí o entre los que comparten lenguaje y cultura. Por lo tanto, existen muy pocas lugares para reproducción. Aún así, la variabilidad genética abunda.

Pueden ser tan razonables como violentos, debido a su extrema territorialidad. Ataques a la comunidad serán encontrados con retribución rápida o desproporcionada.

No paran de crecer…

Su mente es tan grande como su cuerpo…

Eran tres páginas, pero decían muy poco. Su descripción era como un cuento. Tal vez hablaba de los Boqueños, tenían un dialecto que los lingüistas decían era una rama del Huasteco, aunque otros decían que era muy distinto a este. Por otro lado, también eran feos. No era cuestión de estética, era un hecho, los Boqueños eran feos desde cualquier estándar. Así era el dicho veracruzano: “Tan loco como un Eldricano, tan feo como Boqueño”. Dos pueblos con MUY mala genética.

La tercera parte logró descifrar 5 páginas pero igual decía muy poco. Era como si se necesitara más glifos para entender más del contenido. Mientras más complejo, más glifos. Aunque el contenido era poco, se sentía como leer todo un libro. Pero el mensaje era claro:

El Fuego es destrucción

Aquel que convoca al fuego es más civilizado que otro

Aquel que convoca al fuego es destrucción

Aquel que comprende la destrucción es creador

Se sintió muy cansado, de repente. Miró hacia afuera y estaba rojo de nuevo. Le dio la cabeza de manera inconmensurable. Se llevó las manos a las sienes y luego a las orejas. Un tinnitus ensordecedor invadió su aurícula y su visión se volvió de túnel. Era insoportable.

Se dio cuenta que estaba gritando al poco tiempo. Otros oficiales entraron a su oficina tratando de mantenerlo agarrado. “Se está eldrichando, ¡agárrenlo!” dijo algún oficial. Entre 3 oficiales lo sostuvieron. Y tardó casi 10 minutos en calmarse.

Cuando pudo volver a ver y escuchar, dijo: -Estoy bien. Estoy bien. Era migraña en thunderclap- dijo un término médico que nadie entendió.

-Nos lo suponíamos cuando no empezó a matar a todos. Hubiera sido buen encabezado-

-Ya lo creo. Gracias a todos. Alguien traigame una aspirina, por favor- alguien obedeció y sintió mejora minutos después.

Pudo atribuir esto a una migraña rara. Pero el sabía, estaba seguro que era el cuaderno. Pues cuando lo volvió a ver, otra vez le dio ese dolor. No era normal. Pero él jamás lo fue.

VII

El Pescador de Sumer

Pasó una semana de clases. Y volvió el semblante de normalidad para Hakim, o más bien de monotonía. No quería pensar que levantar escombros y gente era mejor que esto. Sólo que se había olvidado lo monótono que podía ser.

Hasta ahora, Geografía era su peor materia. Sólo por el hecho de que no era lugareño. Aunque era sorprendente cómo se sabían los 32 estados. Ya sabiendo lo que le enseñaron, México era grande, tan grande como todo el oeste de Europa. Y debían aprenderse todas las cordilleras volcánicas, por alguna razón.

Ahora seguía su clase favorita, Historia. La historia del país era muy interesante. México no había tenido un momento de paz desde su fundación. Pero cada dato le parecía interesante, lagunas históricas de lado.

La clase empezó y los alumnos empezaron a presentar diversas leyendas o historias. Ninguna se repetía. Parece ser que la gran cantidad de esquizofrenia provocaba tantas visiones. Como la del tío de una compañera que jura que vio hace unos años una parvada de murciélagos volar y que había uno enorme entre ellos que volvió a una cueva cerca. del risco.

-Bueno, chicos, ¿qué averiguamos con estas historias?- preguntó a todo el salón que se quedó mudo-

-Que el risco es un recurso narrativo muy frecuente- dijo la compañera pelirroja.

-Exacto- y todos se sorprendieron que el sarcasmo fuera una respuesta correcta -Hakim, tu historia es la que quiero oír más. Porque probablemente tengan un recurso narrativo diferente-

-Cómo hacer casas de lodo por Hakim Nahasapeemapetilon- dijo el bravucón de siempre. Nicolás se llamaba y continuaba con el chiste de Apu.

-Gracias, maestra. Y Nicolás, tu gente seguía en casas de loda cuando la mía ya había construido Bagdad, la ciudad más grande del mundo hace mil años- se paró en frente de la clase -¿Y Apu? ¿De nuevo? Más creatividad, por Allah- todos se rieron de Nicolás -Bueno, este es mi relato. Según mi mamá, tiene 5 mil años y se ha pasado por mi familia de boca en boca.

En la antigua Mesopotamia. Apenas algo más que chozas de barro y pescadores en mi pueblo. La historia comienza con una tormenta. Un pescador, lo suficientemente joven como para no escuchar sus mayores, lo suficientemente mayor como para cometer sus propios

errores.

El pescador va a la deriva con las olas durante un día bajo las nubes. Tiene sed, pero no hay agua para beber. Una noche, el agua brilla de forma extraña,

pequeños seres flotan, agitando sus colas en el agua. Creo que la historia

significa bebés rana de estos; no conozco la palabra en español..

Por la mañana, ve una isla. Es llevado a la costa y empieza a oler

un olor pútrido. El barco llega a la playa. Se baja del barco para buscar algo

para comer o al menos algo para beber.

Deambula por la playa, y a medida que lo hace el hedor se hace más fuerte.

El hedor es insoportable. Y él es testigo de su origen. Una playa de muerte. La arena está llena de cadáveres de peces, grandes y pequeños. Moluscos. Invertebrados. Y cetáceos. Era una imagen no muy diferente del diluvio cuando el agua hirvió y hasta los animales murieron.

Recorre kilómetros y kilómetros de la playa con innumerables peces muertos. Incluso deja de preocuparse por el olor. Camina y descansa y escoge el más fresco de los cadáveres para comer. Observa algunos delfines retozando por la playa. Las formas de los animales le tranquilizan. Esto nunca lo había entendido. El día pasa y él camina por la playa hasta que encuentra un… no recuerdo la palabra. Ya saben, como esas piedras de Odisea del Espacio. ¡Monolitos! El monolito no tiene ninguna escritura que él conozca. Ni formas que él entienda.

Zumba ligeramente. El agua vibra a su alrededor. No lo entiende. El mira fijamente la piedra durante mucho tiempo, hasta que llega la noche. Las olas chocan y oye cosas, murmullos que no deberían ser posibles. Se esconde detrás de unas rocas. Él mira por encima, pero como es de noche cree ver formas humanas. Cree que se ha salvado; casi sale. Entonces las olas salpican con fuerza y a la sombra del monolito se ve una gran figura, de pie sobre dos extremidades. La figura abraza el monolito. Entonces el ser de forma semi humana hace algo. Él no mira. Las olas vuelven a salpicar con fuerza y cuando mira hacia atrás, la arena de la playa brilla. Aprovecha la oportunidad y huye por donde ha venido. Las formas le persiguen.

Se esconde dentro del cadáver de un leviatán, corre a su barco durante

horas. Corre el riesgo de caer al mar y morir. Oye las formas chapotear hacia

él, pero la corriente lo lleva lejos a salvo. Anda a la deriva durante días y lo encuentran en la arena de su pueblo.

Nadie le cree. Se limita a sí mismo y a su descendencia. Sin embargo, olvida lo que

lo que vio, descartándolo como divagaciones de un hombre sediento. Sólo lo recuerda porque sus hijos se lo cuentan a él y estos a los suyos.

Todos se quedan en silencio. La chica pelirroja le aplaudió y los demás le siguieron la corriente. Hakim se sonrojó un poco. Hasta se confundió un poco, Esta historia nos la repiten cada Eid al-Fitr, que hasta cansa, pensó.

-Como ven, chicos. Recursos narrativos por la cultura. Hakim es del Medio Oriente y su historia dice ambientarse en Mesopotamia. Por lo que veo, a tus ancestros no les caía bien Dagon-

-¿Dagon?- conocía el nombre. Lo mencionan sus abuelos. Pero nunca le había dicho mucha importancia.

-Era el dios de la pesca y la abundancia-

-Qué interesante-

Se acaba la clase y Nicolás le lanza una mirada de “Morirás mañana”. Hakim lo ignoró. Tenía problemas más grandes. La chica pelirroja lo paró en sus pasos.

-Hola, soy Alex-

-La chica de los thumbs up, sí- dijo levantando los pulgares.

-Así es. Me encantó esta historia. Y quisiera saber si quieres venir con mis amigos a mi casa de la playa para contar historias así de tétricas. Sería hoy en la noche-

Una oportunidad de conseguir amigos. Esto callará a su mamá, pensó. -Sí, sin problema. Ahí estaré- y ella se alejó, pero esta vez no la miró con otras intenciones.

Luego le dio un momento de claridad -¿Esto es lo que los mexicanos llaman “ligar”- se preguntó sin saber la respuesta.

De vuelta en casa, con la comida cubierta con una toalla de papel estaba la nota “Hoy me toca guardia, te dejo la cena. Llámame si algo sale mal”.

Sacó su celular y vio que Alex le había mandado la ubicación de la casa en la playa. Momento, casa en la playa. Quiere decir que no es su casa principal. Está forrada de dinero.

Mandó un mensaje de texto a su mamá: “Mañana estaré en casa de una amiga a unas calles. Te veo mañana”.

Horas después comió su cena y se dirigió a la casa de Alex.

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