Danza Macabra

Cometí un error muy grande, pero nunca me he arrepentido. Me gusta reflexionar sobre eso cada vez que mis manos terminan ensartadas en las espinas del rosal que riego cada día. Desmalezar también es parte de mi rutina, la maleza es un enemigo natural para las plantas y para mí, en especial la especie Convolvulus arvensis o conocida coloquialmente como “correhuela”. Es fascinante, maquiavélica, competitiva, sádica, trepadora, capaz de estrangular a las demás plantas cercanas a ella para obtener lo que quiere. Una descripción que encaja perfectamente con quien fue mi primer amor. Era una belleza con una personalidad horrible, un suspiro blanco que terminé odiando, pero no pude olvidar jamás.

Además de regar y desmalezar, suelo tratar la tierra, fertilizarla. Como logro obtener suelos tan fértiles, se me ha hecho extremadamente difícil eliminar la Correhuela; corté su cabeza, su tallo, sus raíces y aún así la sigo viendo por todos lados. 

Cometí un error muy grande, así es, me acostumbré a ver crecer a la Correhuela por todos lados, ya no hago el intento de arrancarla, porque mientras más contacto tengo, más rápido se reproduce. Poco a poco se ha apoderado de mi jardín, sin embargo, aún no se acerca al rosal. Mi rosal es muy fuerte y me odia. Me odia porque presto demasiada atención a la Correhuela. Me odia y me deja las manos manchadas de sangre… 

Aunque no puedo asegurar que mis manos sangren por el rosal, 

Quizás sangran de tanto desmalezar.

Quizás sangran de tanto cortar,

De tanto desmembrar, 

Cavar, 

Enterrar, 

A mi querida Correhuela.