Laberinto doble

Laberinto doble

Sofia Pardo

05/09/2023

#bocadillo

     Earthm era un pueblo escondido entre imponentes montañas con majestuosa vegetación y multitud de cuevas en su interior, las cuales se encontraban llenas de acertijos y trampas que podían hacerte perder muy fácilmente; aunque eso no impedía que los lugareños entraran todo el tiempo y además, realizaran competencias famosas por todo el país de Éden. Estos acertijos eran construidos por curiosas criaturas que parecían hadas de gran tamaño con múltiples ojos y brazos, pero sin alas debido al lugar donde vivían. Estos fizzles, nombre que les dieron en Erthm, disfrutaban de confundir a las personas con sus acertijos y juegos sucios, y aunque no buscaban lastimarlos era mejor no molestarlas porque podrían enterrarte sus afilados dientecillos.

     Es así como comienza la historia, con un grupo de cuatro chicos, Yurik, Alísa, Peter y Lorie quienes se habían reunido muy temprano en una colina cercana a una de las formaciones rocosas llamada Laberinto doble, para participar en el Festival anual de exploración. Una de las competencias tradicionales para entrar a las cuevas, que se entrelazaban en una combinación cambiante y confusa. Esta era la primera vez de Lorie, quien animada por sus amigos había accedido a participar, aunque no estaba muy entusiasmada.

     —Chicos…, ¿están seguros de esto?, no quiero perderme…, ¡he oído que alguien duró atrapado una semana entera antes de que los rescatistas lo encontraran!, ¿y si me pasa? —dijo ella en un ataque de nervios, pues seguía sin estar convencida del todo.

     —¡Claro que estarás bien Lorie!, nos tienes a nosotros ¿recuerdas? —respondió Alísa intentando tranquilizarla—. Además eso es exagerado, los rescatistas nunca duran más de un día en encontrar a alguien, ¿cierto Yurik? —dijo dándole un codazo al muchacho.

     —Ajá —respondió él de mala gana.

     —Tranquila Lorie —habló Peter con voz calmada—. Hemos ido a las cuevas muchas veces, no te preocupes, y como dijo Ali, estás con nosotros, así que ánimo, que no va a pasar nada malo.

     —…. Bueno, tienes razón —afirmó la chica con una sonrisa tímida. Al final Peter siempre lograba calmarla.

     —¡Atención a todos los participantes, la competencia comenzará dentro de diez minutos. Recuerden que se acepta un mínimo de tres personas por grupo. Además, se les dará un botón de pánico el cual los llevará a una caverna segura hasta que los rescatistas los encuentren, pero el realizarlo será motivo de descalificación inmediata! —Esta era la voz de uno de los encargados de la competencia quien hablaba por medio de un potente parlante.

     —Ey chicos, ya va a comenzar —alertó Alísa.

     —Sí, ¡y mira cuanta gente hay! —afirmó Peter mirando al gentío.

     Los cuatro se dirigieron a una larga mesa donde como dijo el hombre del parlante, les asignaron los números y se les entregó un pequeño botón rojo a cada uno (cubierto para evitar accidentes). Hecho esto se dirigieron a la entrada de la cueva, donde se evidenciaba el por qué de su nombre. La gran caverna se dividía en dos segmentos, uno iba derecho y el otro descendía, asemejándose a un agujero negro por lo oscuro que era.

     —¡¡Hay!!, espero que no nos toque por ahí, se ve muy tenebroso —gimoteó Lorie.

     —Tranquila Lorie… —Intentó calmarla Peter.

     —Si, tranquila. —Lo interrumpió Alísa—. Pues tenemos… —dijo metiendo sus manos en la mochila— ¡Ta-da!, ¡linternas!

     Alísa las sacó, recibiendo una tímida sonrisa de Lorie y las repartió a sus amigos quienes las colocaron en sus cabezas al tiempo que asignaban su túnel, y afortunadamente para la tímida chica, no era el tenebroso agujero.

     —¡Hay que entrar! —Los apuró Peter— ¿Tienen todo?

     —Obvio. —Alísa guiñó un ojo.

     —Bueno, andando entonces.

     Los cuatro avanzaron y se adentraron en la cueva, apreciando las figuras en la roca, junto a otros grupos. Iban de a parejas ya que de otro modo chocarían contra las paredes. Alísa estaba junto a Yurik, quien no había dicho mucho hasta entonces y atrás se encontraban Peter y Lorie, que movía la cabeza de un lado a otro observando los patrones construidos por los fizzles representando múltiples formas de laberintos, lenguas antiguas y otras figuras extrañas que ella no terminaba de entender y que nadie había logrado descifrar del todo.

     No habían avanzado mucho cuando se presentó la primera bifurcación de seis túneles, que coincidían exactamente con el número de equipos.

     —¿Y ahora que hacemos?, todos los túneles son iguales —preguntó Lorie nerviosa.

     —Es obvio, el que tiene el número del equipo, el cuatro —respondió Yurik con tono molesto.

     —Ah… —murmuró ella, haciéndose más pequeña de lo que ya era, siendo la menor del grupo con quince años, cuando Yurik y Alísa tenían dieciséis y Peter diecisiete.

     Siguieron avanzando entonces por el túnel indicado, mientras que los demás participantes se dividían por el resto de bifurcaciones. Sus pasos resonaban por toda la caverna; era mejor no correr o podrían caer o perderse. Lo que había más adelante del último rayo de luz de las linternas era impredecible.

     De pronto chocaron entre si, los de adelante se habían detenido abruptamente sin dar tiempo al resto de frenar.

     —¡Hay! ¿Qué pasó? —se quejó Peter, sujetándose la frente.

     —¡Llegamos a la primera prueba! —exclamó Alísa entusiasmada frente al muro que se alzaba imponente ante ella— Hay que resolverla para poder pasar.

     —¿Y c-como hacemos eso? —tartamudeó la más joven temiendo que Yurik la volviera a regañar por su ignorancia.

     Aunque hasta el momento todo había sido fascinante; sobre todo las inscripciones en las rocas, que no podía esperar a analizar, no se sentía cómoda en aquel lugar. El hecho de estar encerrada bajo toneladas de roca la hacían sentir inquieta.

     A modo de respuesta Alísa tocó un símbolo que se asemejaba a una tuerca gigante. Esta alumbró y se reveló una frase que brillaba con un tono rojo fosforescente.

     «Tres cuevas en la montaña, en dos el aire va a entrar y la tercera el vidrio empaña.»

     «¡Un acertijo!» adivinó Lorie.

     —Bien…. —meditó Alísa—. Es… ¡Ya sé! —dijo mientras chasqueaba los dedos—, ¡nariz y boca!

     Acertó; el muro se abrió de tal forma que parecía una boca gigante.

     «¡Wow!» Se sorprendió Lorie, que rápido había adivinado, ¡ni siquiera había dudado!

     —Muy bien —la felicitó Peter.

     Siguieron por la puerta que daba entrada a un pasillo un poco más ancho que el anterior. Los minutos pasaron y luego las horas. Cada vez los acertijos eran más constantes y más difíciles; en una ocasión se perdieron por los túneles, pero afortunadamente lograron regresar. Incluso Lorie les ayudó con varias pruebas que de otro modo a los demás les habría costado resolver. Así decía una de ellas:

     «Cuatro nueves son capaces de dar 100 como resultado. ¿Cómo?»

     —Noventa y nueve más nueve dividido nueve —respondió ella rápidamente. Era muy buena para las matemáticas.

     Cada uno descifró varias y con las más complicadas se necesitaron las cuatro mentes para hallar la respuesta. No era sencillo pero se las arreglaron. Llegaron a más encrucijadas donde el enigma les indicaba el camino correcto y en una de ellas se encontraron con una habitación poco espaciosa donde la adivinanza era esta vez de un azul pálido.

     ¡PUM!

     En un abrir y cerrar de ojos el lugar donde habían entrado se cerró y los dejó atrapados. Los tres mas expertos sospecharon lo que pasaría y eso hizo que tuvieran aún más pánico, pues tal como lo predijeron las paredes comenzaron a cerrarse.

     Lorie lanzo un chillido.

     —¡¿No se… ah, supone… ah, que esas criaturas… ah, no querían hacernos daño? —preguntó hiperventilando.

     —Calma Lorie, respira y no te preocupes; Su intención no es lastimarnos sino que activemos el botón de pánico y abandonemos la competencia. Quieren hacernos perder. Rápido, ¿cuál es el acertijo? —dijo Peter resueltamente intentando resolver la situación.

     Por muy estresante que fuera no podía permitirse titubear ni dejarse dominar por el miedo o perderían, y eso jamás podía pasar, no después de todo lo que se habían esforzado. Él era el líder, tenía que mostrarse sereno y firme.

     Alzó la mirada para ver el acertijo, y así lo hicieron los demás.

     «Soy la roca más constante, de todo mal medicina, no hay trabajo que me espante, ni dureza que quebrante mi firmeza diamantina.»

     —¡PACIENCIA! —gritó Yurik, pero las paredes siguieron moviéndose.

     —¡No pasa nada! —gimoteó Alísa.

     —Esperen, ¡creo que quiere decir que hay que tener paciencia! —advirtió Peter.

     —¡¿Qué?!, ¡¿esperar a que nos aplasten?! —increpó Yurik.

     —Estoy de acuerdo con él, no quiero terminar como tortilla —aceptó Alísa apoyándolo.

     Lorie opinaba lo mismo pero estaba demasiado asustada como para hablar.

     —Confíen en mí, tengan calma —insistió el mayor.

     Las paredes chirriaban estruendosamente mientras se acercaban.

     —¿Y-y si solo presionamos el botón? … ¿O-o tal vez no era l-la respuesta? —farfulló Lorie.

     —¡Claro que no! Es la respuesta, lo sé. Y no podemos presionar el botón, ¡Jamás! —gruñó Yurik mirándolos como si estuviera listo para pelear con quien dijera lo contrario.

      —¡Basta, tranquilícense todos, no usaremos el botón, solo hay que esperar! —insistió Peter para mantener el orden lanzando una dura mirada a Yurik, quien solo volteó la cabeza enfadado.

     El resto calló, confiaban mucho en él así que resistieron el impulso de pelear y la desesperación que les embargaba a la espera de que algo pasara, cada vez más nerviosos por la cercanía de las rocas que amenazaba con volverlos “tortilla”.

     Dos metros…, un metro…., medio metro….

     Sintieron como las rocas los empujaban con la suficiente presión para hacerlos polvo y …. se encendió un símbolo idéntico al del primer acertijo y Alísa, quien estaba de primeras, se apresuró a presionarlo. Todos pasaron corriendo cuando se abrió en dos, justo a tiempo para ver como se cerraban los muros tras ellos.

     —Eso estuvo cerca —dijeron los chicos casi unísono, mientas las chicas suspiraban aliviadas.

     Lorie miró a Peter en agradecimiento, aunque no era necesario, pues todos expresaban su gratitud silenciosa pero fuerte hacia él. No había permitido que el miedo los paralizara, los había mantenido unidos en una situación en la que probablemente muchos se desesperarían.

     No es fácil mantener la calma cuando estas en un peligro de muerte y mucho menos lo es el calmar a un grupo entero. Por eso él era su líder y lo respetaban.

     Siguieron avanzando; no podían perder tiempo ya que solo ganarían si llegaban de primeras, situación que avisaba una alarma especial capaz de resonar por toda la caverna.

     En su recorrido encontraron todo tipo de lugares, unos parecían ruinas tan grandes como una casa y otros, túneles tan estrechos que les tocó avanzar a rastras manchando sus ropas de barro. En algunos momentos incluso tuvieron que escalar y casi cayeron, pero gracias a la cuerda que los sostenía solo se llevaron unos cuantos rasguños.

     Menos mal que Lorie estaba acostumbrada a hacer bastante ejercicio, como todo niño de Earthm, o habría caído rendida hacía mucho.

     Llevaban casi cinco acertijos más cuando el último los llevó a un sitio con una fosa poco profunda sobre la cual flotaban palabras como vapor:

     «En rincones y entre ramas mis redes voy construyendo, para que moscas incautas, en ellas vayan cayendo.»

     Yurik captó el acertijo.

     «Que fácil» pensó «, estas hadillas de las cuevas se están quedando sin ideas.»

     —Nuestra respuesta es…

     —¡Aaaaaaaah! —Lorie gritó de terror antes de que él pudiera terminar y cayó hacia atrás al ver un cúmulo de arañas que salían del agujero.

     Pequeñas arañas negras, con patas peludas y dientes muy grandes. Cientos… cientos de ellas.

     —¡Lorie! —La regañó Yurik furioso— ¡¿Puedes callarte?! ¡Estas todo el tiempo gritando y preguntando cosas estúpidas, vas a hacernos perder!

     —L-lo siento… —intentó disculparse ella con los ojos aguados apagando el tono de su voz mientras las arañas cruzaban a su alrededor sin tocarla; los demás estaban acostumbrados a estas criaturas debido a su experiencia en las cuevas, y habían enfrentado trampas similares.

     Peter se colocó junto a ella para calmarla y la ayudó a levantarse. Él y Alísa estaban a punto de regañar a Yurik; no podían permitir que la tratara de ese modo por muy molesto que estuviera, pero fueron interrumpidos.

     —¡INCORRECTO! —rugieron miles de voces chillonas que se reían, con un sonido tan irritante que tuvieron que taparse los oídos.

     Y de pronto, ¡CRACK!, el agujero se extendió y Lorie cayó junto a Peter mientras sus gritos se iban apagando poco a poco entre más descendían.

     Se cerró como una mandíbula antes de que los dos chicos restantes pudieran hacer algo.

     —¡No, no, no! —Alísa cayó de rodillas en el lugar donde habían desaparecido sus amigos hacía tan solo un segundo y le dio puñetazos furiosa.

     —¡Genial!, ¿Y ahora que hacemos? —replicó Yurik.

     —¡Cierra la boca Yurik! ¡Ya dijiste suficiente! —Le espetó Alísa y lo empujó con una mirada furiosa.

     —¿Y ahora a ti que te pasa? —reclamó él intentando recuperar el equilibrio.

     —¿Qué que me pasa? ¡Has sido muy grosero con Lorie!, eso me pasa ¡Te pasaste de la raya!

     —¿Sí?, ¡pues es la verdad, ella ni siquiera quería venir, y con razón! ¡Ustedes la obligaron, y ahora por su culpa la perdimos a ella y a Peter! Si antes ya era difícil ¡ahora no hay ninguna posibilidad de terminar la competencia!

     —¡Claro que no la obligamos! —gritó ella más enojada, pero se detuvo—….. ay…. —dijo de repente cubriendo sus ojos con una mano y respiró intentando calmarse. Peleando nada resolverían —. Ya se que quieres ganar Yuri, yo también lo quiero, pero no era necesario que la trataras así, también es tu amiga. Queríamos integrarla al grupo, sabes que se sentía sola cada vez que nos íbamos a explorar las cuevas.

     —Lo sé…, no es que quisiera hacerla sentir mal, ¿pero no podía ser en otra ocasión? ¿Por qué justo en la competencia? —aceptó más tranquilo.

     —Yuri, no solo la invitamos por eso, si fuera así lo habríamos hecho en otro momento como tu dices; lo hicimos porque ella es muy inteligente, lo que podía habernos ayudado, pero sobre todo fue porque ella también lo necesita. Por mucho que se esfuerce estudiando esta es su mejor opción. Lo sabes. Además, ella se ofreció en primer lugar.

     Yurik, se la quedó mirando pensativo, con una mezcla de arrepentimiento y culpabilidad en el rostro; aunque no era muy marcada, pero Alísa sabia leer sus expresiones.

      —…. Puede que tengas razón —reflexionó—, y… Ahora que lo dices, tiene sentido. ….Yo lo siento Ali, es-es solo que me dejé llevar… Sabes que esto es importante para mi y el hecho de perder de nuevo me enfurece, sobre todo conmigo mismo. No he sido capaz de ganar en los últimos dos años… —terminó mientras se deslizaba hacia abajo por la pared rocosa cubriendo su cara con las manos.

     Yurik estaba siendo sincero y Alísa lo sabía, por muy malo que pareciera, en el fondo le importaban los demás, le importaba Lorie, pero el poder perder aquella competencia, que era muy importante, lo aterrorizaba. Sobre todo porque ya había fallado muchas veces. Ese campeonato, en el cuál tantos jóvenes participaban no era adrede, el estado estudiaba los resultados y con ello solo los mejores tendrían la oportunidad de tener una buena carrera. No era ningún juego de niños ya que para salir se necesitaban muchas capacidades.

     —Lo sé —siguió la chica—. Pero eso no cambia el hecho de que la lastimaste. Cuando los encontremos te vas a disculpar, o yo misma te obligaré.

     Puso las manos en la cintura, como retándolo a negarse.

     —Bien…. —respondió él a regañadientes.

     Ella asintió satisfecha.

     —Genial, todo solucionado. Ahora, ¿qué estamos esperando?, tenemos que continuar.

     —¿Qué? ¿Pero cómo? —exclamó Yurik mirándola asombrado y desconcertado a la vez—.  Aunque logremos salir sabes que si no llegamos completos no cuenta.

     —Lo sé, pero confío en ellos dos, se las arreglarán, y nosotros también. Si no lo hacen los extermino yo misma —sonrió amenazante—. Vamos, todavía tenemos tiempo —dijo mirando su reloj mientras avanzaba—, no ha sonado la alarma.

     —Pero…

     —¿Qué? No me digas que pensabas rendirte, señor “no soportaría perder de nuevo” —se burló ella.

     Él sonrió.

     —Tienes razón —aceptó al fin.

     —¡Genial, andando! —dijo Alísa y se fue trotando. 

     —¡Ey espérame!

     Intentaron avanzar pero era más complicado estando los dos solos, mayormente porque sus personalidades chocaban entre si de vez en cuando, pues Peter era quien siempre lograba calmarlos. Esto afectó su rendimiento; sobre todo en un acertijo en el que tenían diferentes respuestas.

     «Crezco a pesar de no estar vivo. No tengo pulmones, pero para vivir necesito el aire. El agua, aunque no tenga boca, me mata. ¿Qué soy?»

     —Es un animal —decía Alísa.

     —Claro que no, es un elemento —defendía Yurik.

     Sus miradas estaban enfrentadas y casi podían verse chispas saltando entre ellos. Duraron tanto rato discutiendo que se les acabó el tiempo y las voces volvieron a chillar. Esta vez el suelo se ladeó y resbalaron a un precipicio. Afortunadamente Yurik logró sostenerse y sujetar a Alísa de la mano. A duras penas consiguieron subir de nuevo, pero el suelo era tan áspero que se hicieron varias heridas. Esto les hizo detenerse para limpiar y vendar sus cortes y también comer un poco. No duraron más de diez minutos.

     —Hay que continuar —dijo Yurik—, entre más nos demoremos menos posibilidad tenemos de llegar primero. Además estoy seguro que ya casi salimos, deben faltar máximo dos pruebas… No puedo creerlo, creí que no lo lograríamos.

     —Si…. —respondió Alísa ensimismada en sus pensamientos.

     «Recemos para que ellos lleguen a la misma salida…»

     —¿Qué pasa? —preguntó Yurik al notarlo—, ¿no que no estabas preocupada por ellos?

     —¡Claro que estoy preocupada! ¿Y si llegamos a diferentes lugares y ellos piensan que nos rendimos, o al revés?

     —Ellos saben que no nos rendiríamos y ellos tampoco lo harán. —Le aseguró Yurik intentando calmarla, aunque no era muy bueno en ello.

     —Si, bueno, es verdad —aceptó ella.

     —Bien.

     Como dijo Yurik, hubo un acertijo más y finalmente llegaron a la salida, el lugar mas grande de todos los que habían visto, pero bastante irregular, con grandes rocas esparcidas por todo el lugar ligeramente alumbrado por los pocos rayos de sol que se colaban por la que parecía ser la única salida, totalmente bloqueada. Y ahí estaban también los otros dos.

     —¡Peter! ¡Lorie! —gritó Alísa muy contenta mientras corría a abrazarlos —¿Cómo lograron encontrar la salida?

     Peter la recibió con una sonrisa.

     —¡Todo fue gracias a Lorie! —respondió, contento de estar juntos de nuevo.

     —¿Enserio? —exclamó Yurik; no sonaba molesto, sino sorprendido.

     —Eh… Bueno… —dijo la aludida, sonrojada—. No fue nada….

     —¿Cómo que no fue nada? —exclamó Peter—¡Descubriste algo increíble!

     Los demás miraron a Lorie, expectantes. Querían saber que había ocurrido.

     Bueno…. —siguió ella aún mas roja, mientras le lanzaba pequeñas miradas a Peter. ¿había ocurrido algo entre ellos dos mientras estaban perdidos?… —, es que me di cuenta de que los laberintos y formas de las paredes son un mapa y solo lo seguí… No fue gran cosa. —Miró al suelo con una sonrisa incomoda; no estaba acostumbrada a que la alabaran de esa forma.

     Volvió a alzarla, esperando no ver ninguna reacción de sus amigos, pero encontró algo muy diferente. Se percató de que por un segundo, de forma casi imperceptible, Yurik había mostrado algo mas allá de su constante expresión malhumorada, algo que parecía orgullo y admiración. ¿Admiración? ¿Por ella? Quizás se equivocaba… Mientras que Alísa murmuró algo como “nunca dude de ti”, con una gran sonrisa.

     —Hiciste más que eso —insistió Peter tomándola suavemente de los hombros—. Lorie, me salvaste, si no hubiera sido por ti no habría logrado salir. Gracias.

     Lorie se había quedado muda observando los ojos cafés del chico que también la miraban, brillantes.

     «Lo sabía» pensó Alísa con una sonrisa pícara.

     —E-e d-de nada —murmuró Lorie, más roja que un tomate y apartó la mirada—. M-miren, una pista más —dijo más alto señalando al lugar que había visto (y cambiando de tema ingeniosamente). Todos voltearon.

     «Tres dioses A, B y C se llaman Verdad, Falso y Aleatorio (no necesariamente en ese orden). Verdad siempre dice la verdad, Falso siempre miente y la respuesta de Aleatorio puede ser verdadera o falsa. ¿Sabrías decir quién es A, B y C, haciendo sólo tres preguntas cuya respuesta sea sí o no? Espera, hay más: los dioses contestarán en su idioma. Sus palabras para sí y no son ‘da’ y ‘ja’, pero no sabes qué significa cada una.»

     —¡¡¡¿QUÉ?!!! —gritó Peter totalmente pálido y con los ojos desorbitados poniendo una mano en su cabeza con expresión de absoluta desesperación. Esta vez la situación había sobrepasado su al parecer infinita calma —¡¡¡E-es el acertijo más difícil del mundo!!!, n-no se supone que esto pase. ¡N-no podremos, no podremos resolverlo!

     Las risas coreaban mas irritantes que nunca de cada rincón de la cueva.

     —Jamás saldremos de aquí a tiempo —gruñó Yurik con una expresión iracunda, resignado, pateando el suelo—. Tanto esfuerzo para nada. ¡Malditos insectos, lo pagaran!

     Se dirigió hacia una de las paredes dispuesto a encontrar a un fizzle, pero Alísa lo agarró del brazo.

     —¡Esperen! —dijo en un intento de calmar a los chicos y a ella misma. Lorie se encontraba con los ojos cerrados, como si pensara. Casi podían verse los engranajes de su cerebro funcionando— Tiene que haber algo que podamos hacer, al menos deberíamos intentarlo.

     —¡¿Qué no lo entiendes?, es imposible!… —Le dijo Yurik queriéndola hacer entrar en razón.

     —¡Aceptamos el reto! —gritó ella, sin hacerle caso. No se iba a rendir.

     De pronto el suelo comenzó a temblar y todos miraron con horror cómo frente a la piedra que bloqueaba la salida se formaban tres criaturas enormes. Parecían montículos de tierra que un niño pequeño hubiera amasado en un intento de crear algo que terminó como una criatura semi-humanoide más parecida a un trol grotesco.

     Todos estaban paralizados de miedo con aquella visión, y podrían haberse quedado así para siempre, pero Alísa, en una oleada de valor dio un paso al frente y dijo:

     —Hay que hacer algo, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

     Con ese simple acto de coraje el resto despertó también, incluso Peter, que tras inhalar profundamente había recuperado la compostura. Se avergonzaba de haber perdido la calma de esa manera, pero la confianza hacia él no flaquearía, porque de eso se trataba un equipo, no solo él podía inspirar, no solo el podía guiar. En un momento de duda, su equipo, y sus amigos, iban a apoyarlo como hacía él con ellos.

     Lorie volvió a cerrar fuertemente los ojos.

     —Ellos deben ser los dioses —dijo—, hay que preguntarles para saber la respuesta.

     Los demás asintieron y los cuatro se pusieron mentes a la obra.

     En los momentos siguientes, y viendo que las criaturas no se movían, empezaron a analizar el acertijo. Al cabo de lo que parecieron horas (pero solo había pasado poco mas de la mitad de una) llegaron a una sola respuesta. El ogro del centro era Verdad. Eso fue una victoria, considerando la dificultad de la prueba, y aún tenían una pregunta. Pero ya no podían más, les dolía la cabeza, estaban cansados y los golpes y cortes que habían recibido los estaban debilitando. Si fallaban tendrían que apretar el temido botón y perderían la competencia.

     —¿Er-? —Comenzó Peter, pero Lorie lo interrumpió haciendo un alto con la mano y mirándolo a los ojos.

     —Espera, ya se que hacer —dijo con confianza y con una sonrisa atrevida que no le había visto nunca.

     —¿Qué vas a hacer? —La cuestionó Yurik entrecerrando los ojos.

     —Déjala —La defendió Peter—. Confío en ella, y tu también deberías.

     —…. Bien, más vale que no lo arruines… —dijo, pero se detuvo al ver la mirada amenazante de Alísa.

     Lorie tomó aire; se había sonrojado un poco, y le preguntó a Verdad con voz firme:

     —¿Vas a responder esta pregunta con la pregunta que significa no en tu lenguaje?

     Los demás abrieron mucho los ojos, no por la pregunta sino porque en el momento en que la dijo aquella masa lodosa comenzó a agrandarse y a rugir, junto con los otros monstruos.

     ¡GRAAAAA!

     Cuando de pronto, ¡KABUM! Explotó, llenando a los jóvenes de barro, y luego lo hicieron también los otros monstruos. La explosión de las criaturas fue suficiente para empujar la roca y liberar el camino. Los chicos quedaron aturdidos, sin comprender lo que había sucedido. Pero entonces un gran enjambre de fizzles enojados se les acercaron gritando y generando un ruido ensordecedor.

     Miraron hacia atrás, viendo cómo las criaturas se acercaban a una velocidad de vértigo con sus dientes listos para el ataque.

     —¡Corran! —gritó Peter.

     Todos echaron a correr con todas sus fuerzas para salir del la cueva, hacia el pasto y la calidez del sol que aún alumbraba en el cielo.

     En cuanto salieron, sintiendo el viento y el calor tan apetecido del sol, acompañado por la vista del bosque imponente frente a ellos, sonó la alarma, avisando que habían ganado, y las hadas, aturdidas, regresaron a la seguridad de la cueva.

     Yurik Cayó de rodillas, agotado, mientras que Alísa se tumbó en el pasto respirando sonoramente. Ambos sonreían y también lo hacían Lorie y Peter quienes agachados se sujetaban las rodillas y trataban de recuperar el aliento. Se miraban entre ambos con ojos brillantes.

     No hubo tiempo de hablar, una multitud les rodeó ovacionándolos. Por fin habían salido, casi diez horas después. ¡Y habían ganado!

     Horas después, cuando el sol se ocultaba perezosamente en el cielo, los tres amigos se encontraban en su lugar favorito; un gran y viejo sauce, celebrando. Alísa se sentó en una raíz mirando a Yurik, se acercó a él y le susurró amenazante:

     —Si no lo haces desearás no haber salido…

     Al oírla él solo se paró y se acercó a Lorie. Ella lo miró a los ojos al verlo acercarse, un poco nerviosa.

     —L-lorie, yo, lo siento —dijo él casi susurrando sin poder mirarla a los ojos.

     —¿Qué? —preguntó la chica al no poder oírlo.

     — Que me perdones…

     —Nadie te escuchó Yurik —canturreó Peter divertido.

     —Q-que me perdones, ¿sí?, y-yo lo siento mucho, no debí tratarte mal, estuviste asombrosa; y-yo solo dudé de ti y te subestimé, ¡pero gracias a ti logramos ganar la competencia y… y te debo mucho! …—Confesó cerrando los ojos, con los puños apretados a ambos lados del cuerpo para luego irse casi corriendo rojo de vergüenza, dejando a Lorie muy sorprendida.

     —Te odio. —Le dijo a Alísa al pasar a su lado.

     Ella solo se rio y lo siguió, bromeando, haciendo que Yurik le gritara que se fuera, pero no lo hizo.

     Lorie se quedó mirando cómo se alejaba sin poder creer lo que había dicho. Lo agradecía, pero también se sentía desconcertada, pues Yurik casi nunca se disculpaba. Sonrió.

     —Lorie… quería darte las gracias yo también —habló Peter acercándose a ella poco después—.        Sabes lo mucho que era esta competencia para nosotros y aunque tu no la necesitabas del todo decidiste ayudarnos.

     Ella se sonrojó.

     —P-Peter, ya te dije que no tienes que hacerlo, no fue nada, seguro ganaban sin mi ayuda. D-de hecho, les hice perder mucho tiempo y… —intentó negar moviendo la cabeza.

     Pero Peter la tomó del mentón con ambas manos posando sus pulgares suavemente en sus mejillas y levantó su rostro lentamente, sobresaltándola y cortándole el habla. Sus miradas se cruzaron y se quedaron ahí, fijas en uno y otro.

     —Lorie, no te menosprecies; estuviste increíble, eres una persona increíble, muy inteligente y amable, eso me gusta de ti. Si lo olvidas te lo recordaré mil veces —dijo dulcemente—. Déjame agradecerte correctamente.

     Entonces la besó.

     Lorie abrió mucho los ojos, sorprendida, pero luego los cerró para entregarse a ese beso que acariciaba sus labios, y sentir esas suaves manos rozando su piel, esas manos que no se había dado cuenta que deseaba tanto.

     Al ganar la competencia los cuatro tuvieron mejores oportunidades en sus escuelas. El gobierno les había dado en recompensa, además de otras cosas, una beca para la carrera que quisieran estudiar. Y no es de sorprender ya que según se supo después, a cada grupo le había tocado ese mismo acertijo. Los fizzles habían jugado su peor travesura; no querían dejar que nadie ganara. Y el hecho de que ellos fueran los primeros y casi los únicos en poder resolverlo, siendo mas astutos que las pequeñas criaturas, los hacía merecedores de un buen reconocimiento.

     Aunque ya habían logrado su objetivo no dejaron de seguir explorando las cuevas, siendo un pasatiempo para todos en Erthm al que se integró Lorie, ya que al final terminó disfrutándolo. Además, por su descubrimiento, que compartió a quienes estudiaban las cuevas debido a su gran importancia, se les hizo más fácil e incluso podían acceder a pequeños espacios solo para ellos; aunque una que otra vez los molestaban las hadillas. Y fue en una de aquellas cuevas donde Peter le pidió ser su novia. Lorie aceptó de inmediato, tan feliz que olvidando su timidez se lanzó a sus brazos. La verdad era que siempre le había gustado, pero jamás se había atrevido a decirle; incluso después de aquel beso pensaba que él no la correspondería, pero ahora que lo había hecho, se sentía mas feliz que nunca.

     “Casi que no“, pensaba Alísa, que ahora veía con otros ojos a Yurik, quien después de alcanzar la tan esperada beca se portó mas amigable, sobre todo con ella. Se había liberado de una gran carga al ganar la competencia, que al parecer era una de las causas de su frio comportamiento. Tal vez algo ocurriría entre ellos si en algún momento se atrevían a reconocer sus sentimientos. Eran muy testarudos y orgullosos. Pero del amor al odio hay un paso, o eso es lo que dicen.

     Mientras tanto la vida seguía, mas chicos intentaban entrar a las cuevas cada año, y salían a explorar el mundo, como quizá también lo hagan nuestro grupo de amigos, pues aquellos confusos laberintos no eran los únicos misterios que había en Éden, un lugar lleno de vida y magia. 

     Historia original por: Sara Sofía Pardo.

     REFERENCIAS DE LOS ACERTIJOS:

  • Acertijos. (2020). Adivinanza de la araña. https://acertijosmx.com/adivinanza-de-la-arana/
  • Adivinanzas para niños. (S.F). Soy la roca más constante (…). https://www.adivinanzasparaninos.es/soy-la-roca-mas-constante/
  • Sánchez, B. C. (2021). Adivinanzas difíciles para adultos con respuestas. https://www.mundodeportivo.com/uncomo/ocio/articulo/adivinanzas-dificiles-para-adultos-con-respuestas-51161.html
  • Villegas, L. (2019). Este es el acertijo más difícil del mundo: ¿puedes resolverlo? https://www.bioguia.com/entretenimiento/acertijo-dificil-mundo_40840416.html
  • Pocoyó. (S.F). Adivinanzas y acertijos muy difíciles con respuestas para niños. https://www.pocoyo.com/adivinanzas/muy-dificiles

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