Querido amigo.

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Querido amigo, te extraño tanto. No sabes cuánto. Pasan los días, pasan las noches. A veces me acuesto y no duermo, porque te pienso, porque te recuerdo. Ya ha pasado tiempo, lo sé, pero aún tu recuerdo permanece ferviente en mi mente.

Querido amigo, realmente deseo que estés bien, que seas feliz donde quiera que estés, que el semblante alegre que siempre estuvo presente en ti, continúe siendo parte de tu ser. Que la luz que trajiste a mi vida desde el primer momento en que te vi, continúe radiante y refulgente como cuando estabas aquí conmigo.

Querido amigo, creo que jamás concebiré que ya no estés, y dudo que alguna vez la marca de la presencia tan dulce, tierna y, aunque a veces un poco testaruda, pero juguetona de tu vida en la mía vaya a desaparecer. Te añoraré siempre, eternamente. Lo sé. Pero también sé, que sin importar las circunstancias que nos llevaron a un desenlace tan trágico. Estarás en mi siempre presente.

Infinitamente en mi mente danzará, la emoción con la que te movías estando cerca mío, la alegría que te causaba solo con verme atravesar el cuarto para encontrarme contigo, y todos aquellos momentos de calidez, diversión y juegos compartidos a través del tiempo. Quedarán ahí, y se repetirán siempre en mi mente. Los viviré una y otra vez, para no perderte, para sentir que aún estás aquí. Que sigues conmigo a mi lado, siendo mi pequeña estrella llena de júbilo iluminando mis días grises.

Querido amigo, te quise cuando mis ojos se cruzaron con los tuyos y pude sentir el calor de tu cuerpo contra el mío la primera vez que te abracé. Te quiero, porque contigo aprendí a dejar florecer mis emociones y sentir de una manera en que antes me negaba hacerlo. Y te querré, porque un amigo tan querido como tú, queda no solo grabado en la memoria; sino, también, en el corazón.

Desde cual sea el lugar en el que te encuentres, espero sientas lo mismo que yo siento hacia ti al ya no tenerte y sepas cuanto duele y cuanto extraño ya no poder sentirte y mucho menos, verte. Velo por ti desde la lejanía.

Querido amigo, deseo desde lo más profundo de mí que no me hayas olvidado y espero haber sido un amigo tan querido para ti como tú lo fuiste para mí. Hasta perecer, tu memoria y mi cariño seguirá vigente. Vigente hacia ti, vigente hacia mi más querido amigo.

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