El tiempo, rallado en polvo,
cubre los caminos de la vida.
Seremos afortunados, si encontramos a alguien,
que tape los agujeros del nuestro corazón.
Que nos saque de la morada del miedo
a la luz del rubio día.
Y que nos llene de tarjetas de amor,
cuando el mundo se rompa
en mil pedazos.
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