Un llamado inesperado

Hoy en la tarde tocaron mi puerta para mi sorpresa. Dejo de tomar mi té para calentar el día frío de invierno que siento desde que me levanté, y me paro para abrir la puerta. Sin reconocerla al inicio, miro a una forma que se pasea entre la luz y la sombra. No entiendo que esta pasando ¿quizás estoy soñando? No lo creo porque jamas he sido de sueños tan vívidos. Me comienzo a inquietar hasta que siento que me toman del brazo y me dicen:- ¡calma! No tengas miedo, daño no te haré, tu me conoces muy bien, desde que naciste hasta el día en que la puerta te toqué, no tienes nada que temer.

Sin entender aún nada de lo que estaba pasando, cada vez mas confundida y a punto de perder los estribos con la sospecha de algún brote psicótico, le pregunto ¿entonces dime quien eres?¿o que eres?

-Soy la vida ¿tan desconectadas estamos que no lograr reconocerme aun cuando nos miramos? Invítame a pasar, necesito sentarme para prepararme para el mensaje que te tengo que contar

Yo sin poder creerlo aún, me parece todo surrealista. Y sin saber porque, abro la puerta, la invito a pasar, le ofrezco asiento y ella me comienza a hablar.

-¡Ya era hora! y tomándome las manos me repite ¡Ya es hora! Ya es hora de que abras los ojos y mires con atención todo lo que esta tu alrededor y también lo que habita en tu interior. Ya es hora de que confíes en ti, en las experiencias que te trajeron hasta aquí. Ya es hora que te reconozcas en todas tus heridas y que te des cuenta cuanto ellas iluminan tu día a día ¡Honrate!, reconoce lo que has transitado y vivido, siéntete orgullosa de ti y enaltece cada sonrisa y lagrima que de tu cuerpo ha salido. Coloca una flor en tu camino por cada muerte que en ti ha ocurrido y para que recuerdes como has renacido, prende una vela por esas fracciones tuyas que ya vuelan y que encuentren libertad sin ninguna espera. ¡Mira todo tu camino recorrido, con caídas y tropiezos, pero que valiente has sido! Haz encontrado tierra fértil donde parecía que solo el desierto parecía arraigarse, incluso aprendiste del cactus que sobrevive a ese ambiente con magia y paciencia frente a toda inclemencia. Supiste hacer música con el grito de desesperanza y el llanto desgarrador, para acompañar al alma en todo este proceso de recuperación; y es que eres magia ¿te puedes reconocer? ¿Puedes acaso ver los milagros que eres capaz de hacer? Y es verdad que te quedan muchos viajes mas, muchas muertes aun por velar y duelar, pero que nunca se te olvide el poder que habita en ti, que eres capaz de atravesar caminos de piedras y espinas hasta llegar a un bosque mágico lleno de flores prístinas.

Y es que ahora me toca darte las gracias (dijo la vida), gracias por decidir romperte, desarmarte, perderte y renovarte, te limpiaste de miedos y dolores y así pudiste abrazarte, gracias por darle espacio al silencio, que es el compañero que te tiene mas conversaciones en el tintero, es una música tan genuina y blanca ¿te has dado cuenta que también acompaña al alba?. Es que es necesario sentir la oscuridad para poder volver a apreciar la luz, es necesario volver a ser semilla para que se pueda germinar en flor ¡y mírate ahora! en cuanta luz has florecido, que increíble sentirte tan llena de amor.

Al escuchar todo esto, me fue inevitable emocionarme y de lagrimas empaparme ¿como lo había sabido?¿como supo que entre tinieblas me había sentido?

-Ahora es hora de que me vaya, ha sido un placer vernos a la cara, sentirte cerca, sentir tu calma, que lo he te dije recién jamas se te vaya.

Y así, se paró, sentí que un abrazo se posaba por mi espalda a modo de consolarme. Seguí emocionada, ya agradecida por tan inesperada y potente visita, escuche cerrar la puerta y volví a agarrar mi taza de té pero ya no por el frío, sino para acompañarme en el disfrute de esta sorpresa que es la vida.

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