Mis amigos contaban la historia de que, si uno se miraba al espejo en el momento en que el reloj marcaba la medianoche, vería reflejado al mismísimo diablo. Lo que jamás imaginé es que el diablo estaría detrás mío.
Mis amigos contaban la historia de que, si uno se miraba al espejo en el momento en que el reloj marcaba la medianoche, vería reflejado al mismísimo diablo. Lo que jamás imaginé es que el diablo estaría detrás mío.
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