Esas son puras patrañas

…¡Y entonces el hombre lobo se comió a los niños!

Se escucharon un par de gritos y algunos recogieron sus piernas como intentando protegerse de la mordida del temido hombre lobo, Jimmy los miraba con fastidio esperando a que Sam terminara su cuento de terror.

-Jajajaja se espantan por cualquier cosa-

Dijo Sam mientras intercalaba miradas con todos sus compañeros de clase esperando que pasara el susto.

Era una buena pijamada pensó Jimmy; jugando en el césped a ser vaqueros, después los videojuegos, una cena llena de dulces y por supuesto para rematar una buena pijamada una larga noche con historias de terror.

-Tus historias no dan miedo caraculo-

Le dijo Jimmy a Sam, si gritaron fue por tu horripilante voz-

Los demás chicos rieron y Sam frunció el ceño

-Si eres tan bueno cuenta una tu-

Dijo Sam enfadado, Jim separó en medio de el círculo formado por sus compañeros y le quitó la lámpara con la que pretendían hacer más tenebrosas las historias.

-Te enseñare como se hace-

Y me senté en medio del círculo.

-Esto que contaré paso en verdad, se los juro; me lo contó mi primo, el tiene un amigo que vivía al lado de la casa donde vivía el niño de la historia-

Comenzó Jim con esa facilidad de los niños para creer que todo lo que dice una persona un poco mayor que ellos es real

-Esta es la historia de un niño que vivia en una gran casa con su madre, su padre, y su perrito color negro-

Los detalles eran muy importantes para que todos se sumieran en la historia de terror que estaba contando, ese truco se lo enseñó su primo.

-Vivían en una de esas casas antiguas con techo de dos aguas y patio grande, en la parte de atrás tenían un traspatio que tenía un columpio amarrado al árbol-

Los niños miraban con expectación a Jim, ya que era el mejor contando historias

-Ese día él estaba jugando en su cuarto cuando escuchó a sus padres peleando como siempre, su mamá era una alcohólica y su padre estaba harto de aguantar sus borracheras

No puede ser posible que en todo el día no te hayas movido de esa mesa, todo el día tomando mujer, ni la comida haz hecho, maldigo el día que me case contigo.

El hijo estaba escondido detrás de la puerta para ese momento, cuando empezaron los gritos bajó y se puso detrás de la puerta para saber en qué acabaría esta pelea

Pero esto se acabo, si no aprendes por las buenas aprenderás por las malas

Dijo el señor mientras abofeteaba a su esposa y la tiraba al suelo, la tomó de los cabellos y la jaloneo un par de veces antes de llevarla arrastrando hasta dejarle frente de la estufa

Quiero que veas bien este lugar, de aqui no saldras mas que para limpiar el resto de la casa y lavar la ropa, el resto del dia te quiero encerrada aquí, y pobre de ti donde llegue y no esté la comida hecha, pobre de ti donde no esté el desayuno hecho antes de que me vaya a trabajar, pobre de ti donde no esté la cena hecha antes de que me vaya a acostar; si me despierto y no esta el desayuno recibirás una golpiza, y no te puedes ir a dormir hasta que yo haya cenado y este la casa recogida.

Salió de la cocina no sin antes depositar una patada en el estómago de su esposa que seguía tirada en el suelo, la mujer lloraba y el niño entró inmediatamente a intentar ayudarla, intentó pararla y limpiarle las lagrimas, pero ella solo lo volteo a ver con odio, con rencor, como si él fuera el culpable de los maltratos del padre

¡No me toques! ¡Tu tienes toda la culpa de todo! ¡Lárgate! Yo no quería tener hijos, te tuve por que tu padre quería tener, pero por tu maldita culpa perdi mi hermoso cuerpo, por tu culpa deje de estar bonita para tu padre, por tu culpa el se busco un amante, por tu maldita culpa el me maltrata tanto, solo quisiera nunca haberte tenido

El niño se le rompió algo por dentro al escuchar esto, miro hacia enfrente con los ojos vacíos y se levantó lentamente, él estaba listo para acabar con el sufrimiento de su madre, subió a la habitación principal y vio a su padre durmiendo en la cama, busco en el armario, último cajón de la derecha, el había visto donde escondía su padre aquel revólver que siempre miró admirado pensando que algun dia podria tomarlo y jugar a que era un vaquero, sacó de debajo de la cama la vieja caja de zapatos donde sabía que guardaban las balas, puso 6 balas en la recámara del arma y se subió a la cama, lo último que vio su padre al despertar fue a su hijo parado en la cama con la cara llena de odio, lo último que escuchó fue el grito de “nunca volverás a dañar a mi mama” mientras su hijo descargaba el arma en su cabeza, en la puerta apareció su madre y dio un grito de terror al ver lo que su hijo había hecho, de una cachetada lo tiró de la cama y abrazó el cadáver de su marido mientras le pedía que no la dejará, el niño solo vio a su madre con odio y salió de la habitación, pasaron unos minutos cuando la madre sintió algo clavarse en su espalda y al voltear vio a su hijo con un cuchillo, el cual clavó más de 50 veces en su cuerpo mientras le gritaba que él nunca había pedido nacer.-

Los niños miraban con un profundo terror a Jim, no podían imaginarse una escena tan tétrica y menos contra sus padres, ellos tambien se habia enojado con sus padres, también habían peleado, pero nunca habrían llegado tan lejos, en ese momento Jim supo que era momento de cerrar la historia con broche de oro.

-Ustedes creerán que con matar a sus padres se dio por satisfecho pero no es así, bajo al traspatio hasta dar con su perro, lo llevo al cuarto de herramientas de su padre y puso la cabeza del pobre animal en una prensa, la cual dio vueltas lentamente mientras el perro lloraba y se intentaba escapar, el solo sonreía maleficamente escuchando esa sinfonía de dolor hasta que la prensa rompió el cráneo del perrito, regreso a su cuarto y se quedó sentado, esperando, sin saber que pasaría con su vida; unos vecinos escucharon los disparos y llamaron a la policía, pero ya era demasiado tarde.-

Sam se paró enfadado

-Esas son puras patrañas-

Eso no pasó nunca y no es una historia de terror, tu simplemente estas loco, ya no quiero seguir aquí, quiero ir con mis padres; Jim lo miró con desdén

-Probablemente, solo se que eres un cobarde-

Se paró de donde estaba sentado contando la historia y encendió la luz, volteo a ver sus peluches y juguetes que estaban acomodados en un círculo en el suelo alrededor de él, vio su oso color azul y le dio una patada que lo sacó volando del círculo.

-Tienes razón son puras patrañas, pero eso no quita que sea una grandiosa historia-

Salió del cuarto y paso por el cuarto de sus padres muertos, llegó hasta la cocina donde hace un momento habían peleado sus padres, sacó un refresco del refrigerador y se sentó en la sala, las sirenas se escuchaban a lo lejos pero cada vez estaban más cerca, sin duda había sido una grandiosa pijamada y sobre todo una grandiosa historia de terror.