Un día maravilloso de diciembre, salimos a pasear en el carro, sabíamos que el camino era largo, pero, igual decidimos emprender el viaje. Todo era maravilloso, tanta ilusión, tanta alegría y mi compañero en el viaje siempre atento por tener la mejor música, mantenerme hidratada y siempre una buena conversación, mientras yo manejaba.
Al cabo de un tiempo, el clima fue cambiando y el camino empezó a ponerse difícil, mi copiloto se durmió, ya no había música, ni bebidas ni conversaciones. Pensé que pronto él despertaría y tambien fue empática porque pensé necesitaba descansar, por lo que lo dejé dormir, al cabo de un tiempo de seguir manejando y mi compañero dormido, intenté despertarle, pero no respondía, me preocupé.
El camino se hacia mas difícil y no sabía que pasaba con mi copiloto, necesitaba ayuda para poder tomar una decisión, si era necesario cambiar de ruta.
Seguía insistiendo en despertar a mi copiloto, pero este estaba profundamente dormido y no parecía sería fácil despertarle. El clima y el camino cada vez peor, había niebla por lo que no podía ver que había adelante, empecé a sentir que chocaríamos y moriríamos, tuve miedo, pero seguía sola, aún con él en el auto.
Tomé la decisión de detener el carro y ahí me di cuenta de que los frenos no funcionaban, y las señales de peligro alrededor eran cada vez mayor, era muy claro, ¡moriríamos! Una vez más intente fervientemente, despertar a mi compañero, creo que no me tomaba en serio.
Al cabo de un rato, decidí que lo mejor era saltar del auto, por lo que abrí la puerta del copiloto y le empujé fuera del vehículo, aún recuerdo su rostro despertando por los aires preguntándose por que me hace esto, pero yo ya no tenía fuerzas, había luchado tanto por despertarle y advertirle, hubiera deseado que despertara a tiempo para que me ayudara a tomar otra decisión o al menos planear su salto. Al empujarlo salió herido, pero al menos sigue vivo.
Acto seguido, salte yo del carro con mucho miedo, pero salté, en un intento desesperado de no morir en un eventual choque, por que al menos así teníamos esperanza. Sali herida, pero, al menos sigo viva.
Es la agonía de dos seres que se quieren, pero no pueden seguir avanzando juntos. El traumatismo no fue solo fisico, sino emocional, reproches, ataques frontales y sentencias en tribunales.
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