Historias de Monica Volumen I

Historias de Monica Volumen I

Mateo Schulz

08/01/2022

Índice

Capítulo I: El espíritu de living (Completo)

Capítulo II: Animales de ciudad (En proceso)

Capítulo III: Profesora Susana (En proceso)

Capítulo IV: El ataque de las zanahorias mutantes asesinas (Compelto)

Capítulo V: El fotógrafo del diablo (En proceso)

Capítulo VI: Mi cena con Monica (En proceso)

Capítulo VII: Fiebre Lituana (Completo)

Capítulo VIII: La muñeca maldita (Completo)

Monica Capítulo 1: El Espíritu de Living-

Es de noche, Monica está en su pieza, se encuentra muy entretenida leyendo un viejo libro de historias de ultratumba. Tapada por la sabana de su cama y con una linternita, de pronto, escucha un ruido, se levanta de la cama y mira desde la entrada de su pieza para averiguar de que se trata

-Creo que viene del living. Dijo mientras caminaba.

Una vez allí, en el oscuro y deshabitado living, divisa algo raro, parece que se trata de una mancha oscura atrás de la cortina de la ventana y tiene la forma de una persona. De esta sale un brazo que empieza a golpear la ventana de forma ruidosa.

-No puede ser, es un espíritu, una entidad. Se dijo Monica para si.

Entonces, sin mucha prisa, sintiendo como si una corriente de aire en su cuello cortaba el silencio de la noche, Monica preparó su percepción oscura para enfrentar lo desconocido una vez más. Miraba con mucho cuidado a la silueta negra que estaba quita, parecía preparada para atacar, repentinamente detiene su percepción porque sintió otra presencia, se trataba de su mamá

-Monica, deja de hacer ruido y acóstate que se te hará tarde. Dice la madre a su hija.

-Mamá. Hay espíritus, espíritus de living que invadieron la casa y hacen ruido.

-Bueno. Pero seguro que ellos también se van a dormir temprano. No te hace bien jugar a esta hora.

Su mamá se va a dormir mientras que Monica vuelve a su habitación y se sienta en su cama con las manos apoyadas sobre sus mejillas para reflexionar.

– Este espíritu es muy tonto. Creen que pueden molestar a una simple familia y no saben con quien se están metiendo, pero primero tengo que descansar. Voy a planear las cosas mañana. Dijo con algo de brío.

Al día siguiente, en el colegio y en el primer recreo. El aula del fondo a la derecha de la planta baja estaba vacía, salvo por Monica que estaba en su banco pensando en cómo solucionar el problema del espíritu.

-No puedo dejarlo mucho tiempo en la casa, los espíritus de living son muy traviesos y poco a poco empezarán a hacer más ruidos en la casa. Salvo los jueves, que es su día preferido de la semana y descansa.

-Supongo que sería fácil atacar al espíritu de no ser por mis papás. Nada bueno puede pasar si se llegaran a descubrir mis poderes y, los podría exponer a los peligros que habitan en la oscuridad.

Se quedo en silencio unos minutos pensando en una estrategia para confrontar a los espíritus sin que sus papás estén en casa.

– ¿Qué puedo hacer? ¡Ya se!

Mas tarde, esa misma noche, en la cena. Monica puso en marcha su estrategia.

-¿Papá, cuando fue la última vez que vos y mamá salieron juntos? Pregunta Monica

-Como hace unos tres meses. ¿Qué pasa? ¿A vos no te gusta quedarte sola en casa? Responde su papá

-Es que ustedes se ven muy felices cuando vuelven.

– ¿Pero si te gusta cocinar para vos? Agrego su mamá

-¡Si! Es muy divertido. El otro día que estuvo nublado, casi perfecciono el arte de freír tripas de cracoviano (Retazos de tortas fritas).

-¿Qué te parece si el viernes a la noche salimos a cenar? Pregunta el padre

-Me encantaría.

Esa misma noche, el espíritu de living volvió a aparecer. Surge de la sombra producida por la puerta, con una forma humanoide, extiende su largo brazo y toca el timbre. La madre de Monica camina irritada hacia la puerta, la abre y ve que no hay nadie.

La noche del miércoles, el espíritu del living apagaba y prendía el televisor a cada hora de la noche. Mientras los padres de Monica se turnaban para apagar el televisor. Ella estaba expectante para el día de mañana.

-Ya nos veremos mañana. Dijo antes de dormir.

La noche del viernes, Monica cenó cerebro revuelto de tatuniano con cuernitos de laurencio y sangre amarilla (Fideos con huevo frito y mostaza) mientras se concentraba para acabar con el espíritu antes de que sus papás llaguen antes de la media noche.

A las 23:15, en el living, Monica confrontó al espíritu del living. Este apareció atravesando el televisor y emitiendo un ruido muy extraño, como una mezcla de sonidos nasales. Su altura era como la de Monica y su aspecto como el de una persona grisácea y transparente.

El ente lanzo su fantasmagórico brazo contra Monica, pero ella lo esquiva con facilidad y sin quedarse con las manos vacías, este prende el radio y agarra una campanita decorativa y la agita con todas sus fuerzas.

Monica hace aparecer su espada y le crecen los colmillos, confía en que no necesita de todo su poder para vencer y sin mucho esfuerzo cercena uno de los dos brazos del ente, no obstante, el espíritu agarra desesperadamente un florero chiquito de vidrio y lo tira el suelo.

-No vas a ganarme y te vas a arrepentir de haber hecho eso. Se quejo Monica.

Encara al ente, lo apuñala 5 veces en el abdomen y termina con un giro que decapita al espíritu de living, haciendo que desaparezca para siempre. Monica detiene su percepción oscura y se pone a ordenar el pequeño desorden del espíritu. Diez minutos después, los padres de Monica llegan a casa y ven a su hija sentada en el sillón grande del living.

-Hola Monica. ¿Te aburriste esperando? Pregunto su papá

-No papá, la pase bien. Estuve jugando y comí un cerebro muy delicioso.

-¿Porque nos esperaste? No habrás hecho algo malo ¿no? Sugirió su mamá.

-Ahora que le noto, falta un florero.

-Uy, perdón. Es que el espíritu del living lo rompió porque tenía miedo de que lo mate. Pero ya no hará ruidos.

-Monica, para algo está el patio y la plaza. Dijo su papá.

-Si, tienes que salir a jugar siempre y cuando no tengas tarea. Otra cosa, es tarde, deberías irte a dormir. Mañana podés seguir jugando a la caza fantasmas. Agrego algo sonriente su mamá.

Entonces, Monica se fue a dormir sabiendo que había cumplido con su deber y sus papás siguen a salvo. Pensó que mañana podría celebrar su victoria con un alfajor y chocolatada.

Monica Capítulo 4: El ataque de las zanahorias mutantes asesinas

-A veces las personas nos sentimos frustradas por la soledad. Pensamos que no podemos solos en la lucha por nuestro destino y este último nos sorprende con alguien que acude a ayudarnos.

Es un sábado al mediodía, Monica está en su pieza jugando con sus muñecos. En esto caso, con el oso Moggynton, el vampiro Von Santiagula de Transteronia del Estero y la princesa con varita de asalto, se trata de una situación de pelea de palabras entre la princesa y el temible vampiro por una caja de alfajores.

-Como la gran princesa que soy, con varita de calibre de cinco y medio; y por pertenecer a la sociedad de señoritas rudas, merezco la caja de alfajores. Soy mucho más fuerte que vos.

-Solo demuestran rudeza de manera tan jactanciosa, porque todos sabemos, ese tipo de mujeres con las que frecuenta solo son una parvada de cobardes desesperadas por aprobación.

-Wow, Von Santigula, ese es un buen ataque. Sea lo que quiera decir jactanciosa, claro. Interrumpió Monica.

-Aunque no me hace falta exponerlas. Simplemente pido los alfajores por mi estatus de catador profesional de alfajores. No nos olvidemos de algo, yo gané el tercer lugar en el concurso de este año con mis alfajores de siete quesos, creo que merezco un favor del respetable Moggynton.

-¡Monica! Grito su mamá.

-Vení a la cocina.

Monica deja sus juguetes y se dirige al lugar donde provenía el llamado de su madre.

-¿Qué sucede mamá?

-Necesito que prepares la ensalada para el almuerzo.

-Pero estaba jugando y después iba a leer el diccionario.

-Así es. Después. Ahora empieza rallando estas dos zanahorias.

Casi rezongando, Monica se paró enfrente de la mesada de la cocina y observo algo aburrida el rallador, el platón y las dos zanahorias. Un simple rectángulo de acero con agujeros filosos, un bol de cerámica y dos tubérculos anaranjados. Examinando con más atención, Monica nota que una de las zanahorias tiene tres arrugas bien marcadas y una pequeña protuberancia en cada costado.

-Es como si tuviera un rostro y dos bracitos. Es muy fea.

De repente, Monica escucha una débil voz un tanto tapada por el ruido del extractor de la cocina.

– No nos detendrán, acabaremos con todos ustedes y los devoraremos.

-Mamá. La zanahoria está viva. Quiere comernos.

-Bueno hija. Qué tal si la rallas para que se calle.

-Eso iba hacer. Ninguna amenaza puede conmigo. Ahora verás.

Usa el rallador con entusiasmo y en cinco minutos acabo con la tarea. Un rato más tarde, a la hora de la siesta, Monica se pone a investigar de donde pudo haber salido ese zanahoria parlante.

-Desconozco un poco el mundo de las hortalizas, pero no cabe duda de que se trató de una zanahoria mutante asesina. ¿Acaso fuiste tu? Monica toma a Von Santiagula y lo agita un poco.

-¡No! Monica, yo no usé mi magia en la concina de tu casa. Lo juro por vampirosidad.

-Ya veo. ¿Quién o qué pudo transformar a esa zanahoria? Será algo complicado averiguarlo. Pero ningún misterio en esta ciudad se me escapa. Con mi percepción oscura enfrentare lo desconocido una vez más.

Monica levanta las manos hacía arriba con mucha alegría.

-¿Podrías soltarme? Me sigues agitando.

Parece que ya tiene planes para el sábado.

Monica cambia su piyama por ropa para salir, camina esta la puerta de entrada junto al living y se detiene un momento para ver a su mamá que estaba sentada en un sillón tomando té.

-Me voy a buscar más zanahorias mutantes asesinas. Vuelvo al atardecer

-Monica, no sería mejor que jugaras a cosas más normales, como con una pelota o con tus compañeras del colegio. Ya estás grande para imaginar tantas cosas.

-Pero mamá, debo investigarlo, puede ser peligroso.

-¿No te explicamos que ser así se puede ser peligroso, como llegar a ser como un presidente? Tienes que enfocarte en la realidad.

Hubo diez segundos de incomodo silencio, con la mirada desafiante de la madre de Monica, mientras que su hija mira con desilusión.

-No vas a encontrar nada paranormal en unas zanahorias. Deberías empezar por el supermercado. Verás que no me equivoco.

-¿Ah si? Pues ya vas a ver.

Monica sale corriendo de la casa determinada a resolver el misterio. Camina siete cuadras para llegar al supermercado más cercano.

-Estoy segura de que en la sección de verduras habrá alguna zanahoria mutante que me de pistas para encontrar a su líder.

Con mucha tranquilidad se dirige a la esquina interior izquierda para revisar la sección de verdulería y mira minuciosamente a las zanahorias, hasta que encuentra una con una espeluznante cara, su rostro estaba marcado por tres profundas arrugas y unas cejas huesudas muy prominentes.

-¿Dónde está tu líder? Monica le pregunta agarrándola con fuerza.

Sin embargo, la zanahoria no contesta, ni siquiera se mueve.

-No sabe, no contesta. Parece que aquí no está la pista. No importa, en un radio no muy amplio hay varias verdulerías.

Sale del supermercado y camina cinco cuadras a la primera verdulería, entra y fija su mirada en el cajón de zanahorias. Tres segundos después, es interrumpida por el dueño.

-Escucha nena. Acá no se acepta mirones, cuando te vi ya detecté tu intención. Tengo un sexto sentido para esto. Odio a los que miran y no compran. Largo. Largo. ¡Largo!

Monica huye del lugar y camina dos cuadras hacia la siguiente verdulería llamada Amigos Tallos Felices. Al entrar detecta un extraño olor ligeramente agrio y a quemado.

-Perdón. ¿No viste el cartel? Estamos cerrados, se rompió el aire acondicionado y no me gusta trabajar sin el. Señaló el dueño.

Monica sale para ver la puerta y, efectivamente, el cartel decía “cerrado”.

-No puede ser. Esta búsqueda está fallando. No debo dejar que mi mamá me gane. Dijo Monica mientras se frustraba más.

Corre otras cuatro cuadras para ir a la tercera verdulería de la zona. Con rapidez entra para ver al que atendía.

-Disculpe. ¿Puedo ver sus zanahorias?

-Está bien. No veo por qué no

Monica vuelve a fijar su mirada en el cajón de zanahorias, usa su percepción oscura para hacerlo más rápido. Lamentablemente, ninguna tiene rasgo alguno de mutante. Sale de la verdulería, da fuertes pasos, patea con ira a la nada como si tuviera a sus pies una pelota cuadrada y se sienta en la vereda con cara de desilusión.

-¿Qué voy a hacer? Esto no es justo. ¿Qué dirá mamá cuando vuelva sin información sobre las zanahorias mutantes? Seguro que me obligará a juntarme con alguna de mis compañeras de curso. Son tan aburridas y no entiendo su forma de divertirse.

-¡Ya se! A pocas cuadras del supermercado hay una verdulería un poco más grande que las anteriores. Es la última de esa zona, después quedan otras más lejos y seguro que mi mamá se enojaría el doble si también me alejo demasiado de la casa.

Decide regresas por sus pasos anteriores y luego de pasar por supermercado camina dos cuadras mas para llegar a la última verdulería de la zona. Monica estaba por entrar hasta que se detiene para ver a un hombre descargando cajones de un camión por una entrada lateral.

-Ese camión es grande, puede que se trate de un centro de distribución importante. Me infiltrare en el depósito con mi visión lejana.

Parada y quieta preparó su percepción oscura para mirar en el depósito desde la distancia. Mas allá de la entrada, se puede ver a un par de hombres apilando cajones de frutas y verduras, rápidamente, fue en busca de las cajas de zanahorias, pero tras un minuto de observación no encuentra nada mutante en ellas.

De pronto es interrumpida por una voz que resuena desde donde estaba parada. El sujeto en cuestión es un hombre robusto de dos metros, está cubierto por una chaqueta gruesa, una bufanda que cubre su rosto y un sombrero. Su voz era tosca, separaba mal las silabas y de forma cortante.

-Niña. Niña. Tu no estar bien. ¿Qué estar haciendo parada? Dijo el hombre

-¿Yo? Estoy aburrida y analizo el panorama. Monica responde algo nerviosa.

Sin decir nada mas, el hombre entra a la verdulería y Monica se queda mirando desde la puerta, aprovechando que es de vidrio.

Ella ve que el hombre extraño está hablando con una mujer que parce ser quien atiende, tras veinte segundos de charla indescifrable, el hombre se acerca aún más al mostrador y toma a la mujer de su camisa y la agita cuatro veces. Al ver esto, Monica retrocede y se oculta en una esquina del edificio esperando a que el hombre salga.

-Este hombre levanta sospechas por su aspecto y su descortesía, no estoy segura si tendrá algo que ver con las zanahorias, pero es lo único que tengo con que agarrarme para no ir a casa con las manos vacías.

El misterioso y agresivo hombre sale del lugar y se va por el camino hacia el supermercado, Monica, que estaba en el lado contrario y espera un momento.

-¿A Dónde irá este sujeto? Creo que tomaré el riesgo de seguirlo, no importa a donde vaya. Debo armar el arbolito de este misterio.

Monica lo sigue con cuidado durante diez cuadras y en el trayecto no encontró nada sospechoso, hasta que lo ve entrar a un pequeño edificio y al acercarse ve que es otra verdulería. Decide entrar para presenciar que hará esta vez el sospechoso que estaba frente a frente con quien atendía la caja registradora.

-¡Menos miedo y estupideces! ¡más recaudación y apoyo! Gritaba el hombre encapuchado al de la caja.

Se va del lugar y Monica se acerca a la victima de los gritos para interrogarlo.

-Dos preguntas. ¿Conoce a ese sujeto? ¿Sabe si suele ser gritón y mal hablado?

-Claro. Es el guardaespaldas de un nuevo verdulero del barrio. Se dedica a ir a las verdulerías para amenazar a sus dueños para que hagamos negocios con su proveedor de mercadería, ósea él mismo. Dicen que tiene su propia huerta en casa, lo que más miedo da es pensar cómo puede producir tanto en ese lugar.

-Muchas gracias por la información. Dice Monica mientras sale del lugar para continuar con el seguimiento.

-Tengo que seguirlo, puede que esta sea la pista que buscaba.

Sigue al sospechoso que camina en línea recta, fue así por seis cuadras hasta que el hombre dobla a la derecha para meterse en una pequeña casa que parece ser una verdulería, Monica corre hasta la entrada y, efectivamente, ve el cartel que indicaba que se trata de una verdulería llamada Los naranjas. Irrumpe en el lugar y ve al hombre sospechoso que estaba por meterse atrás del mostrador, hasta que Monica se acerca con su percepción oscura preparada y arranca el abrigo con dos manotazos que revelan la identidad del misterioso hombre.

Su piel es naranja y parece dura, pero es el resultado de un fuerte bronceado mal hecho, tiene extraños vellos amarillentos por todo el cuerpo y su cabeza es circular con mechones de cabello verde.

-No puede ser. Es una zanahoria mutante humanoide.

-¡Nena loca! ¡No deber arrancar ropa! ¡Vengan, Hermanos y camaradas!

Monica esta alerta y por el grito hace aparecer su cinquedea resplandeciente. La puerta trasera se haber y se puede ver que da a un patio agolpado de zanahorias mutantes, con muchas extremidades y una cara agresiva. En pocos segundos empiezan a llenar el mostrador con su marcha, mientras que Monica las ataca como puede lazando espadazos al aire que producen flechas de energía que impactan en la multitud de zanahorias. No obstante, siguen apareciendo por decenas y se van acercando a la chica, son tantas que luego de veinte segundos, Monica estaba atacando desde afuera de la entrada.

-Esto es imposible, son demasiadas y en un espacio cerrado. Vendré después y con refuerzos. Dice mientras hace desaparecer su espada y sale corriendo de la zona.

Monica termina en un quiosco a tres cuadras de la comisaría principal de la ciudad. Se encuentra comiendo un alfajor y tomando una chocolatada, necesitaba energía para las siguientes horas.

-Dicen que se pueden correr un par de kilómetros con la energía de dos zanahorias, pero en la batalla también se necesita levantar la moral con algo dulce.

Al terminar, se dirige a la comisaría y al entrar toma un poco de aire y grita con fuerza y agudeza

-¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude!

De la nada aparecen tres policías que estaban de paso y se posan en frente de Monica para saber qué le sucedía.

-¿Qué te pasa, nena? ¿Un ladrón se llevó tu juguete favorito? Pregunta uno.

-¿Alguien te pego? Pregunta el segundo

-¿Se te apareció el viejo de la bolsa y quiso llevarte? Pregunta el tercero

-Hay una granja de zanahorias mutantes asesinas que invadirá la ciudad y necesito de todos sus agentes y de su armamento para matarlas.

El primero se va sin decir nada, quedan dos. El segundo se acerca a Monica y se agacha para estar a su altura.

-Decile a tus papás que te hagan ver con un profesional. Dice el segundo y se va por donde vino.

Queda uno. Sin embargo, no tiene intenciones de irse como los demás. Se ríe por siete segundos y al parar, con una sonrisa se acerca a Monica para hablar con ella.

-Que graciosa historia. Me recuerda a una película que miraba con mi hermano cuando tenía tu edad. Veré si puede encontrarte a alguien que te ayude.

-Si, por favor. Suplica Monica

Luego de cinco minutos de espera, él vuelve con otro que refleja preocupación en su cara.

-Ya volví. Él es Massi. La mano derecha del oficial le asigno la tarea de ayudarte en tu misión. Buena suerte. Después de sus palabras el policía se reía a carcajadas mientras se iba del lugar, por su parte, el agente y la niña salen de la comisaria.

-Que bueno. Al fin alguien me cree. Dijo Monica muy alegre

-Mira. Nadie te creyó. Mi superior me mando con vos solo porque es parte de mi broma por ser el más nuevo. Decime a dónde vamos, terminemos con esto.

-Tenemos que apresurarnos, mi mamá se enojara si llego tarde a casa. Pero una cosa antes de salir. Ya que solo somos nosotros dos. ¿Podría usted guardar el secreto de las zanahorias mutantes asesinas? Creo que sería mejor que nadie más se entere de eso.

-Muy bien. Como vos digas, señorita. Acepta con muy poco Brío

Monica y Massi se dirigen a la verdulería para combatir a las zanahorias.

-Lo que pasa es que hay un verdulero que por alguna razón amenaza a otros verduleros para que compren sus productos y que de alguna forma consigue zanahorias mutantes que quieren atacar a los humanos.

-¿En serio? ¿Qué misterio mas loco?

Los dos llegan a la entrada de la verdulería que estaba cerrada.

-¡Policía! Grita Massi mientras golpea la puerta

-Qué maneras son esas. ¿No le ensañaron a dar patadas en la academia?

Monica usa su percepción oscura para dar una fuerte patada a la puerta que rompe el seguro y la abre. Massi no tuvo tiempo para sorprenderse por que al instante ve algo que capta toda su atención, se puede ver a la zanahoria mutante humanoide despertar de sobre salto por el ruido de la patada.

-Wow. Son reales. Dijo Massi asombrado

-¡Nena arranca ropa despertarme! Dijo la zanahoria

-¡Llévanos con tu líder! Grandulón. Dijo Monica

-Roberto no estar acá. Estar en mercado central. Ahora morir devorados y apuñalados y re devorados. ¡Hermanos y camaradas!

De nuevo, por la puerta trasera, empiezan a entrar los numerosos tubérculos anaranjados.

-Son demasiados. Que vamos a hacer dijo Massi mientras realiza un disparo con su pistola

-¡Ya se! Exclamó Monica

Hace aparecer su pistola de monedas embrujadas y cierra la puerta con rapidez. Apunta hacia esta y aprieta el gatillo, siete segundos después, empieza a escucharse un gran estruendo en el interior del edificio. Los portales oscuros despedían monedas malditas a gran velocidad, en total fueron setecientos disparos efectuados y algunos vecinos salieron de sus casas a mirar de que se trataba tal estruendo metálico.

-¿Qué hiciste? Pregunto Massi un tanto alterado

Tras efectuarse los setecientos disparos y el estruendo cesado, Monica abre la puerta para ver el horrible escenario. Decenas de zanahorias trituradas y a la más grande de todas solo le quedaba parte de su rosto.

-Esto me está empezando a preocupar. No sos una niña normal.

-No sea grosero conmigo, además, tenemos que capturar a ese tal Roberto. ¿Qué lugar es el mercado central?

-Es un mini supermercado de frutas y verduras. Seguíme, queda un poco lejos.

Ya en el atardecer, Monica y Massi caminan veinte cuadras hasta el mercado central y al entrar buscan una puerta que los lleve al depósito.

-Ahora me toca a mí, no hables. Buscaremos señales de ese tal Roberto en el interior del lugar.

Massi se dirige a una de las cajas para hablar con un empleado, le explica la situación y le dan permiso para entrar en el depósito.

-Bien, ahora debemos separarnos para cubrir más terreno. Dijo Massi mientras entraban al depósito. Se separan, Monica va por la izquierda y Massi por la derecha, luego de caminar por cinco minutos, Monica encuentra una puerta al final del pasillo y al abrirla se encuentra con una simple habitación con un par de estantes y en el centro había dos hombres sentados junto a una mesa.

-Me vas a comprar mis zanahorias, los de conejito pepito se pueden ir a lavar copas para mí.

Al escuchar eso, Monica se puso manos a la obra. Hace aparecer su cinquedea y apunta a los dos hombres.

-¡Roberto! Tus zanahorias son historia, ahora te toca a vos.

-¿Mis zanahorias son qué? ¿Quién sos nenita? Respondió uno de los hombres que parecía ser Roberto.

– Respondiendo tu insolencia ¡Jamás! ¡Déjame mostrarte algo!

El hombre se saca el abrigo que llevaba puesto para mostrar que tenía a varias zanahorias mutantes asesinas colgando de él, listas para atacar. Estas se desprenden de él y se dividen en atacar a Monica y al otro hombre, en eso aparece Massi y empieza a disparar a las zanahorias cuidadosamente, mientras Monica lanza las flechas de energía con su espada.

-¡No! No acabarán con mi plan de dominar al mundo con mis zanahorias. Roberto saca un machete anaranjado, está hecho de zanahoria. Se acerca al otro hombre y apunta con el filo cerca de su cuello.

-Baje su arma. Dice Massi mientras apunta al verdulero malvado.

Con mucha rapidez, Monica reacciona, agarra una de las zanahorias y las lanza con fuerza a la cara de Roberto, haciendo que quede fuera de combate. Massi se acerca al verdulero, retira la zanahoria para pisarla y poner a Roberto bajo arresto.

-¡Lo conseguimos! Ahora mi mamá se va atener que retractar de lo que dijo. Se alegraba Monica

Unos minutos después, Massi llama a sus compañeros para que se lleven a Roberto por agredir a otros verduleros, pero no cuenta nada sobre las zanahorias, manteniendo su promesa con Moncia.

-Muchas gracias por ayudarme a resolver el misterio. No podía haberlo de no ser por usted.

-No hay de que. Fue muy emocionante. Mañana pasa por la comisaría y te comento que será de la suerte de este sujeto, en un ratito te llevo a tu casa.

Media hora más tarde, Massi lleva a Monica a su casa y sus padres se asustan al ver a su hija saliendo de la patrulla, se saludan amistosamente y el policía se marcha, esto desconcierta a los papás de la chica.

¿Monica, qué estuviste haciendo y por qué ese policía te saludó? ¿Para qué te reté a resolver tu absurdo misterio? De alguna forma siempre te metes en líos. Se lamenta la madre de Monica

-Tranquila mamá. Todo está bien, ese agente y yo resolvimos el misterio de las zanahorias mutantes asesinas.

-No me digas que la policía mando a una de los suyos a jugar con vos. No lo puedo creer, esa gente siempre tiene su momento especial para demostrar que son unos vagos.

-Mejor entremos a cenar. Hija, debes estar cansada de tanto jugar durante la tarde. Agrega el padre

A la mañana siguiente, cerca del mediodía, Monica visita de nuevo la comisaria para encontrarse con Massi.

-¡Buenos días! Dice Monica a Massi que estaba esperando en el mostrador.

-Hola. Te tengo novedades, la policía organizara una cena la semana que viene y tengo permiso para llevar a tres invitados, quisiera invitarte a vos y a tus papás como agradecimiento, resolver el caso del verdulero extorsionador me hizo ganar mucho respeto en la comisaría. ¿Sos hija única?

-¿De verdad? Que bueno. Será un gusto asistir.

-Bien. Justo unos amigos no podían ir y hubiera sido una lástima que esos lugares se desperdiciaran.

-Me voy. Nos vemos la semana que viene. Dice Monica mientras se va dando saltitos con alegría, piensa que al fin hizo un amigo.

Monica Capítulo 7: Fiebre Lituana

Sin duda las cosas se pueden poner muy feas cuando la ficción se ve superada por los hechos de la realidad.

Monica se encuentra en el aula de su colegio, en medio de una clase, donde la profesora habla sobre un evento que tendrá el curso.

-Hoy se celebra el día nacional de la década del khaantaz. La chaqueta sin mangas que es parte del atuendo tradicional de Mongolia. Mientras ella explica, Monica juega con su muñequito de Von Santiagula para distraerse de la aburrida lección.

-Monica, deja esa distracción y presta atención.

-La cultura de Mongolia es importante como la nuestra y las demás, aunque no las entiendan en estos espacios. En fin, hoy veremos un pequeño documental referente a la festividad, no se preocupen, luego seguiremos con nuestra habitual clase de historia del maquillaje de los jueves. Algunos alumnos lanzan quejidos algo decepcionados con el cronograma de la clase.

En el primer recreo, Monica va al kiosco muy contenta, porque quiere comprar un alfajor de serie limitada que trae muñequitos coleccionables. Lamentablemente, al llegar, ella se entera que no había ni uno y tuvo que conformarse con un chicle de figuritas coleccionables Locos sueltos, en el estaba la figurita n°33 del Hombre G, un agente secreto del gobierno. A Monica le llamo un poco la atención, pero estaba muy decepcionada por no conseguir el ansiado alfajor Moggynton y después de contemplar al agente, lo tira a la basura, ya que a ella no le gusta coleccionar figuritas.

Para entretenerse en el recreo, decidió ir hacía donde están las escaleras de la planta baja y ver si no había un profesor vigilando. A unos siete metros de las escaleras se detiene para ver algo impactante, tanto que no le hacía falta el aviso de su percepción oscura. Se trataba de un hombre de traje azul y una maleta negra, perecía que estaba hablando con la profesora que siempre la reta por querer bajar las escaleras.

Lo que hizo Monica fue mirar desde la distancia, no se arriesgó a acercase para no despertar sospechas. Uso con mucho cuidado su percepción oscura para escuchar la conversación desde lejos y justo lo único que logro oír fue un “Para eso venimos. Para encargarnos de esto” del desconocido hombre en traje y este inmediatamente se va del pasillo hacia la salida del colegio.

Monica decidió acercarse dando saltitos. -Hola profe ¿Qué estás haciendo? Es un hermoso día. ¿Está enterada de que el kiosco se quedó sin alfajores?

-Yo te respondo con tu primera pregunta. Más vale que no intentes hacer algo prohibido. Respondió la profesora algo irritada. Lo que Monica buscaba.

-Jjiji, nopi. Tengo que hacer un aburrido trabajo no practico de 18 consignas de la cultura magnolia.

-Bueno. Parece que vas a andar ocupada.

-Ahora sigue historia del maquillaje. Dijo rezongando.

-¡Me voy! Monica se aleja trotando a su aula y exclamo para si misma.

-No podrán ocultarse por mucho tiempo. Averiguaré de que se trata su plan.

Monica llega unos minutos antes de que finalice el recreo, así podía sentarse sola en el aula y pensar con tranquilidad.

-Tendré que usar uno de mis tres permisos para ir al baño y salir a investigar a ese hombre de traje, no creo que sea el de la figurita, puede que esté algo enojada y ya sería una gran casualidad que el portal se abriera y algo de energía oscura se escapara.

-Será un trabajo muy difícil pelear contra adultos, no hay peor criatura. No se compara siquiera con algo que venga del espacio exterior o de una dimensión desconocida por el hombre, son adultos del mundo real que trabajan para una perversa organización de malvados o serán del gobierno.

A mitad de la clase, Monica salió del aula con su permiso para ir al baño y una vez allí, preparó su percepción oscura para enfrentar lo desconocido una vez más. Con su poder, empezó a mirar desde la distancia; a la oficina de dirección y esperando a que se presente el hombre de traje azul. Después de siete minutos, se empezó a preocupar porque ya no tenía tiempo para seguir en el baño, dentro de poco tendría que volver y se le ocurrió mirar las escaleras de la planta baja.

En ese lugar encontró a dos sujetos desconocidos, ambos median más de un metro ochenta, llevaban lentes oscuros y vestían un traje negro. Estaban bajando, era la oportunidad de Monica para atacar y no la iba a desperdiciar. Preparó aún más su percepción, por lo que sus colmillos crecieron y sus ojos cambiaron de forma a unos rombos grises brillantes y fue corriendo para la planta baja.

Salió corriendo del baño, atravesando el pasillo que conecta la dirección al centro del edificio; al patio a la derecha y otro pasillo a la izquierda que ni bien Monica atraviesa, esta salta a la derecha, cayendo a la entrada del subsuelo del colegio.

Al aterrizar, se detuvo a contemplar el tétrico lugar. Allí se encontraban varios objetos paranormales que la profesora que siempre la reta no reconoce como tales. Como el esqueleto del asesino, la leyendaria computadora antigua, una terrorífica pelota cuadrada y también se encuentran muchos objetos escolares abandonados.

Al adentrarse por el sitio, empezó a escuchar ruidos de pasos y unas débiles voces que venían de lo más profundo. Fue corriendo para ver de qué se trataba y tras recorrer unos diesisiete metros hacia a delante y cruzar un pasillo, Monica sentía la alerta de su percepción oscura, se trataba de los dos hombres de hace unos momentos. Inmediatamente, Monica vio unas luces de linternas que se movían detrás de una pared que estaba más adelante.

Fue corriendo para encarar a los hombres de traje negro, corrió cuatro metros, giró a la izquierda y dio un salto.

-Cuidado! Grita una de ellos, apuntado hacia Monica, pudiendo presenciar sus afilados colmillos y el destello de sus brillantes ojos.

El salto tumbó a ambos sujetos con mucha fuerza y, entre sus quejidos, antes de que pudieran preguntarse que pasaba, Monica empezó a pisotear a ambos con coraje. Incansablemente saltaba sobre sus cuerpos cada vez más adoloridos. Tres, cinco, siete, catorce veces pisó. Dejando moretones en el abdomen y la espalda.

Da un salto atrás para observar a los dos hombres fuera de combate, adoloridos y al borde de la inconsciencia.

-Ninguno es el del traje azul. Deben ser agentes especiales de menor rango a cargo de él. Dice Monica

Al instante, Monica toma una de las linternas y apunta para arriba, reflejando el brillo de sus enormes ojos y exclama, ante la atenta mirada de los dos agentes.

– ¡Muy bien! Mas les vale que me digan que vinieron a hacer en el colegio o se las verán con el lado más tenebroso de la oscuridad.

-Agente N, active protocolo de silencio de emergencia.

-Entendido, agente M. La situación es peligrosa pero no hablaremos, resistiremos hasta el final.

Anta la negativa y muy enojada, Monica estaba por preparar la gran sorpresa para sus víctimas. De pronto, siente el aviso de su percepción oscura, que vigilaba la entrada de las escaleras, allí estaba, el hombre de traje azul y este sostenía su maleta y se acomodaba el pelo y la corbata.

Monica detiene su percepción oscura, deja a los dos agentes lastimados y se va corriendo de regreso a las escaleras. Al subir, por fin se encuentra con el hombre de traje azul.

-Que raro. Una nena. N y M deberían haber salido hace unos minutos. Dijo el hombre muy sorprendido

-Ahora si! Dime cuál es su plan, Hombre G gigante.

-Bueno. Parece que las cosas tomaron un giro interesante.

-¿Ah sí? Pregúntele a sus agentes, ellos si que vieron algo interesante. ¿Quién eres? ¿Para quién trabajas?

-¿Yo? Solo soy un simple hombre del gobierno y, además…

-Creo que me contaron de vos. Nenita… Mejor anda a clase que te pueden retar de nuevo.

Sin decir nada más y acomodándose la corbata, se marcha para la salida.

-Tiene razón. Ya pasó mucho tiempo. Espero que la profesora no se enoje mucho.

Sin perder ni un segundo, Monica corre hasta su aula. Aun con el misterio inconcluso.

-Monica, tardaste demasiado. Te lo descontare de tu segundo permiso. Le remarca la profesora.

Monica se sienta y en ves prestar atención a quien sabe lo que la profesora estaba hablando, reflexiona sobre lo ocurrido. ¿Quién es exactamente el hombre del gobierno y qué cosas sabe sobre ella? ¿Qué planea hacer en el colegio? Una gran incertidumbre cubre la mente de la chica.

Cuando de repente, la clase es interrumpida por la preceptora que entra con un fuerte aviso. -¡Haaay, Andrea, es una emergencia! ¡Una crisis! Hay un aula de 5to con muchos chicos que están enfermos. Puede ser fiebre lituana y hay que activar el protocolo de emergencia por un pedido por encima del director.

-¿En serio, Ori? Respondió muy preocupada la profesora Andrea.

-Me temo que si. Pero el director ya se comunicó con el regimiento de sanidad que vendrá a limpiar todo.

Mientas tanto. Monica pensaba.

-¿Fiebre Lituana? Creo que mi papá me habló sobre eso. No me acuerdo mucho, creo que hace unos 14 años, un país raro de Europa tuvo una epidemia de gripe que se propago por todo el mundo durante tres meses. Le llamaron fiebre lituana. Dicen que una alianza de países causo el desastre para apropiarse del territorio porque tenía una influencia negativa para sus planes. Además, mi papá me dijo que la gente se aislaba de los demás para no contagiarse y compraban mucho papel higiénico ¿o eran guantes de jardinero? Puede que esto sea más complejo de lo que parece. ¿Y qué será ese Regimiento de sanidad? Puede que se relacione con el hombre del gobierno. Como en las historias malas ciencia ficción. El ejercito vendrá a “limpiarnos” a todos.

Sentía un ligero cosquilleo en los brazos y que recorría todo su cuerpo. Una mezcla de miedo y determinación por el hecho de tener que enfrentar tal situación. Lo que más le preocupaba en ese momento era como salir del aula y poder usar sus colmillos sin llamar mucho la atención.

A Monica se le ocurre una idea. Con ayuda de su percepción oscura podría intentar fingir síntomas de fiebre y ser llevada a otro lugar del colegio. Con mucho cuidado, usando su poder, elevó su temperatura corporal a poco más de 37° y repentinamente empezó a sentir dolores musculares y sudaba. Además de tener tos y dificultad para hablar

-Profesora Andrea. No me siento bien. Dijo Monica como si estuviera algo débil.

-Ohhh. Esto es grave. Ella también podría estar infectada. ¡Rápido! te llevaré a la cocina y te aislarás hasta que llegue el regimiento de sanidad. Por órdenes del protocolo todos deben quedarse encerrados en las aulas y sin derecho a salir hasta que estemos seguros de que nadie más se infectó. Dijo Oriana, colocándose unos guantes de jardinero que sacó de los bolsillos de sus pantalones.

-¿Y qué pasa con los enfermos? Pregunto un de los chica del curso.

-Pues, serán llevados a una cámara especial en el hospital y tendrán que estar entre 2 semanas a 6 meses para controlar su infección. Esas son las reglas. Dijo muy firme la preceptora mientras tomaba la mano de Monica para llevársela

-Vamos a la cocina, Mona.

-Soy Monica.

Una vez en la cocina, Oriana deja sentada a la chica y trae un termómetro para controlar su temperatura. Efectivamente, el termómetro detecta 37.6°.

-Ahora te quedas acá a esperar a que lleguen a buscarte. Mientras voy a informar al director de la situación. La preceptora Orina se va dejándola sola. Monica detuvo su percepción oscura y ya no se sentía mal.

Con cuidado se asuma por la puerta trasera de la cocina, otra salida por donde la preceptora no pasó y, al ver que el camino estaba libre de gente, salió corriendo hacia la planta baja del colegio, mientras hacía crecer sus colmillos, transformar sus ojos e hizo aparecer su cinquedea. Quería averiguar qué hacían los agentes secretos allí abajo.

Después de cruzar el pasillo, giró a la izquierda y allí estaban las escaleras. De nuevo, Monica de un salto para bajar los 16 escalones y continúa corriendo hasta llegar al lugar donde se había encontrado a los hombres de traje negro por primera vez. Pero no estaban y solo había una linterna tirada en el suelo.

-Algo tuvieron que hacer para infectar una de las aulas. Seguro usaron el sistema de respiraderos o calefacción, puede que adentrándome un poco más encuentre ese sistema. Pensó Monica.

Gira a la izquierda y continua unos 7 siete metros para adelante en un estrecho pasillo hasta que pudo girar a la izquierda de nuevo y vio una luz. Eran los agentes N y M, se habían recuperado un poco del encuentro anterior con Monica y estaban a cuatro metros de ella.

-Parece que no tuvieron suficiente. Díganme que están haciendo en este lugar. Exclamo Monica. Apuntando con su espada a los dos hombres.

Los hombres de traje negro respondieron desenfundando un par de pistolas cada uno.

-M, permiso para abrir fuego.

-Permiso concedido, N. ¡Abra fuego sin discreción!

Rápidamente. Monica clava con suavidad su cinquedea al suelo y de esta brota una barrera de energía oscura de color morado. Los hombres de traje negro abren fuego, disparando a gran velocidad unas 40 balas cada uno, pero todas caen como moscas al impactar con el muro de Monica.

Los dos agentes quedaron sorprendidos al ver su acción fue inútil y lo siguiente los sorprendería aún más. Monica hizo desaparecer el escudo y corrió a encarar a sus atacantes, primero golpeo a N en el pecho con la paleta de su espada con una descomunal fuerza que lo hizo caer un metro atrás y luego, de la misma forma, le dio una bofetada a M. Dejando a ambos inconscientes. Monica tenía la vía libre para seguir buscando la fuente de la infección.

Enciende una especie de brillo en su espada para poder examinar mejor el escenario. Alcanzaba a ver una especie de maquina a pocos metros, era el sistema de aire acondicionado y calefacción. Monica corrió a verlo y examinándolo, nota que tiene otro aparato mas chico acoplado. Lo raro de este es que se diferencia de los otros por no tener etiquetas de empresas o números telefónicos.

-Puede que esta cosa pegada a la calefacción sea la causa de la infección. Dijo Monica

-Debe enviar un gas viciado con el virus de la fiebre lituana. Usare el poder de mi percepción oscura para cambiar el gas y que el virus muera en el aire. Así los chicos se curarán. Eso espero…

Monica apoya sus manos sobre el artefacto y una luz morada empieza a proyectarse desde sus manos. La materia oscura se mezcla con el gas, asesinando al virus, con el paso de los minutos, el nuevo aire llegaría a las aulas infectadas y los alumnos y profesores inhalarían el aire que los curará. Aunque será desconocido el efecto que tendrá la materia oscura sobre ellos.

Diez minutos después, Monica llega a su aula. Tranquila de la situación irá a mejor.

-Monica, ¿Qué haces acá? Tenés que estar aislada. ¿Dónde está la preceptora Oriana?

-Ya no tiene importancia, profesora. Me siento muy bien. Desconozco en donde estará. Me dejó sola y en unos minutos ya estaba recuperada. Monica se dirige a su banco dando saltitos para demostrar su salud y estado de ánimo.

Media hora más tarde. Los preceptores habían revisado a los alumnos infectados de 5to y todos estaban bien. Por lo que vuelven a comunicarse con el regimiento de enseñanza para indicar que todo había sido una falsa alarma. Monica vuelve rápido y triunfante a su casa para contarles a sus papás la aventura de hoy, en la cena.

-Entonces, después de tirar al hombre G del chicle a la basura, lo encontré hablando con la profesora que siempre me reta y en el siguiente modulo me lo cruce en las escaleras cuando iba al baño.

– ¿No te dio miedo? – Contesto su papá.

-Para nada. Responde Monica y prosigue.

-Es más, él tenía misteriosos planes para infectar al colegio con un extraño virus, pero bajé al subsuelo del colegio, derroté a sus agentes y detuve el ataque.

-¿Y la profesora Beatriz no se enteró de que bajaste? Pregunto su mamá.

-Nopi. Dijo Monica un poco preocupada.

-ay, Monica. Ya sabes que no tenés porque bajar a ese lugar. No esta permitido y punto. Te lo dejamos pasar solo porque nadie se enteró. Dijo su mama algo enojada.

-Para el futuro estaría agradecida de que hicieras caso a lo que te decimos.

Monica Capítulo 8: La muñeca maldita

Como sabrán, en cierta parte de las cloacas de la ciudad se encuentra el portal inter dimensional oscuro que encontró Monica. De este portal brota energía y a veces criaturas que entran en contacto con cosas cotidianas. Como animales, insectos u objetos…

-Porque garbanzos me siento así, quisiera hablarle, pero no me animo. No tengo idea de porque no puedo. ¡No lo entiendo! Dijo una frustradísima Monica. No podía creer que toda su determinación era insuficiente para esta complicada tarea. Hablarle a un chico del colegio.

En el día de ayer, a la hora del segundo recreo, Monica estaba sola en el aula jugando con sus dos peluches de Lycku y un soldado de plástico. Se trataba de un juego de rescate de rehén.

Con mucha valentía, el Lycku macho de color amarillo rescataba a su amada bola rosada del hombre de mosquete con bayoneta, dándole un golpe sorpresa que sacó de su bolsillo. El soldado continuó el combate mortal cargando contra Lycku, pero fue apresado por el aro llavero del peluche y finalmente fue derribado. Para que las dos bolas peludas pudieran juntarse una vez y para siempre. En el eterno romance.

-¿Por qué estás sola todo el tiempo?

Una voz interrumpió el juego de Monica, se trataba de un muchacho de unos 15 años, un poco más alto que el promedio y de pelo negro.

-Siempre paso cerca de acá y te vi muchas veces hablando sola. ¿No te llevas bien con las compañeras? Continuo el chico.

Monica se sorprendió. Ella no recordaba, hace meses o semanas que no tenía una conversación con alguien de su edad. Algo más le sucedió. Sintió un temblor en sus piernas y su corazón latía con rapidez. Se encontraba muda. Se levanto y dio unos pasos con mucha torpeza, su respiración era algo agitada y con mucha velocidad salió corriendo del aula hacia las escaleras. Sintió confusión por lo que había pasado.

Como una letra al azar, perdida en un diccionario, la chica estaba muy desorientada con toda esta situación. En dos ocasiones intento acercarse para hablar con él y no lo logró, siempre notaba como salivaba un poco de más y la sensación de que algo le hacía cosquillas por dentro y era imposible hacer que las palabras pudieran salir de ella.

En su primer intento por acercarse, Monica trato de ir hasta el aula y esperar por él.

-Vamos, nada me puede intimidar. Solo tengo que acercarme al banco donde se sienta y preguntar su nombre.

Monica habló para si mientras caminaba a su aula. Estuvo tan distraída que no prestó atención a su alrededor y chocó con alguien, al mirar de frente se dio cuenta que era él.

-Ah, hola, Monica. ¿Cómo estás? Yo me llamo Fernando, pero mis papás me dicen “Fernando de León”. Un gusto.

Monica dio unos pasos hacia atrás y de nuevo salió corriendo para las escaleras a ocultarse. Se sintió muy avergonzada. En su segundo intento planeo hacer lo mismo que en el primero, ella se encontraba en las escaleras que dan a la planta baja, tomando valor para su complicada tarea. Hasta que fue sorprendida por Fernando que se acercó y le extendió la mano con una mirada llena de confianza, no obstante, Monica se asustó y se escondió en las profundidades del subsuelo del colegio y salió luego de cinco minutos de espera viendo que el chico se había marchado.

Durante los siguientes días ninguno trataría de acercarse al otro. En el aula, Monica sentía algo raro, no era la alerta de su percepción oscura, sino la sensación de estar siendo observada por detrás, pero no se atrevía a mirar. Así fue durante tres días hasta que Monica dejo sentirlo, es más, se dio cuenta recién pasados cuatro días. No se había percatado de que Fernando ya no estaba en el aula.

El lunes, al inicio de un nuevo día de clases, había algo de alboroto en el curso, Monica escuchaba hablar a algunos chicos sobre Fernando y sentía mucha curiosidad en saber. Sentada en su banco oía la conversación.

-En su casa no atiende nadie. ¿Será que sus papás y su conejo también desaparecieron? Dijo uno de ellos.

-No. Pasamos a la noche con Daiara y las luces de la casa estaban prendidas. Respondió otro.

-Puede que solo estén sus papás. Agrego una chica que se integró a la conversación.

-Tenemos que insistir con la policía, aunque ellos no quieran. Dijo otro chico.

Al escuchar eso. La Profesora Andrea dejo su labor de escribir en la pizarra, se acercó al grupo y dijo con mucha tranquilidad.

-Escuchen. Para que dejen de estar preocupados. Cosa que no nos gusta. La familia de Fernando podría estar enferma de una mutación de fiebre y… hay que tomar precauciones. Estarán apartados hasta que se los analice como corresponde.

-¿Y cuánto tiempo es el que corresponde? Dijo la chica.

-Solo tomara unas semanas. Ahora dejemos ese asunto y pongamos la mirada al pizarrón que hoy tenemos una muy interesante clase sobre empresarios de golosinas, con foco especializado en el chicle.

Mientras tanto, Monica reflexionaba en su mente sobre lo que escuchó.

-Creo que Fernando estuvo el mes pasado cuando el hombre G gigante trato de infectar el colegio y lo resolví con mi gas oscuro sanador. La inmunidad dura por poco tiempo o la profesora está ocultando algo.

Dejó de darle vueltas al asunto y se quedó toda la clase pensando en que hacer durante los recreos.

Durante el martes, Monica se sintió sin muchas ganas para entretenerse, cuando tenía una idea, al instante la rechazaba por pensar que era aburrido. No lograba percibir que era la causa de su gran insatisfacción y ni siquiera ir a la planta baja le parecía una buena idea. Hasta que, a la noche y en casa, se pone a pensar. Algo que le hacía estremecer un poco su estómago y era pensar en la desaparición de Fernando, no entendía bien por qué, pero extrañaba su presencia, el solo hecho de pensar en el evocaba esta sensación de que algo se movía en su en su interior. Le hacía acordar a películas de terror de alienígenas que crecen en el estómago de personas.

-Suficiente! Acabaré con esto, lo buscaré y lo traeré sano y salvo a su casa para poder estar tranquila de nuevo. -Dijo Monica con irritación.

-¿Pero cómo voy a encontrarlo? Podría empezar por observar a la policía o al director ellos deben tener la información.

Al día siguiente, Monica preparó su percepción oscura para enfrentar lo desconocido una vez más.

Después del colegio, se dirigió a la comisaria a buscar pistas sobre Fernando. Al entrar, pregunto por el oficial Zapala y le informaron que se encontraba en su oficina ocupado como para hablar con niños. En ese instante, aparece un empleado de menor rango, Massi.

-Saludos, Monica. ¿Viniste para hablarnos de otro vegetal agresivo? -dijo el agente.

-Nada de eso. Estoy recolectando información sobre la desaparición del alumno de mi colegio. Respondió Monica.

-Ya veo. Mira, el oficial Zapala se ocupa del caso, pero solo se trata de unos posibles contagios de fiebre lituana. Debe estar en su oficina hablando con el director del colegio y con gente del regimiento de sanidad. Eso es todo lo que se sabe. No hay nada más.

-Oh, bueno. ¿Podría usted decirme dónde el baño? Porfis. Suplico Monica.

Una vez en el diminuto baño, usa la traba de la puerta para no ser molestada. Prepara su percepción oscura para mirar más allá del baño, concretamente en la oficina de Zapala. Su visión lejana atravesó la cerradura de la puerta y se movió por los pasillos de la comisaría hasta dar con la oficina. Se podía ver al oficial sostener un teléfono inalámbrico y parecía estar hablando con alguien.

-Claro, claro. Sí no lo encuentran en la planta abandonada, empiecen de inmediato con el desagüe. Hay varios huecos por donde se lo pudieron haber llevado, recomiendo que primero registren el acceso cercano al otro lado.

-Fin de la comunicación.

Aprieta un botón del teléfono y lo deja en su base. Monica también corta su visión lejana y saca conclusiones sobre lo que escuchó.

-Así que algo o alguien se llevó al pobre de Fernando y la policía lo oculta junto con el colegio. Creo que también revisaré el desagüe, pero ellos en este caso no tienen la pista. Se debe tratar de algo de oscuridad y solo yo puedo detenerlo. Por desgracia, Fernando tendrá que esperar un día más. Mis papás se enojan si me tardo mucho en llegar después del colegio.

Hubo un minuto de silencio incomodo. Sentía algo raro en su estómago. Como si algo revoloteaba en su interior.

-Ay. Tengo que aguantar estos extraños sentimientos. Dijo haciendo mucho esfuerzo.

-No me queda otra. Tendré que rescatarlo hoy si o si. Para acabar con esto de una vez. Me preocupa Fernando. Muchísimo.

Rauda, sale de la comisaría para dirigirse al desagüe. Luego de 10 minutos trotando, llega a su destino, la olvidada y escondida cámara del desagüe, cuyo laberinto oculta el portal oscuro. Descansa durante 7 minutos y se mete por la compuerta para buscar a Fernando. Explorando la mazmorra, Monica no detecta señales de energía oscura, parece que ella acabó con la población de insectos, murciélagos y ratas poseídas. Preparó su percepción oscura, haciendo que su cinquedea aparezca, sus colmillos crezcan y sus ojos cambien de forma.

Continuaba caminando por los pasillos junto a su espada luminosa, uno amplio de 14 metros, dos estrechos de 7 metros, tres amplios y unas escaleras hacia abajo. Recorrió unos 7 metros más, aún lejos del portal, hasta que de repente, sintió el aviso de su percepción oscura, había algo más adelante y se detuvo al ver una silueta oscura. Tenía la forma de una persona de su edad. Era difícil de verla se mantenía la mancha oscura pesa al brillo de la cinquedea.

-Fernando. ¿Eres Fernando? Dijo Monica en vos baja.

Repentinamente, la silueta empieza a moverse con lentitud para revelar al joven Fernando y este se iba acercando poco a poco, caminando como una persona normal, pero con una mirada inexpresiva. Seguía acercándose y la percepción oscura de Monica estaba muy alerta y le indicaba que había oscuridad en el, no obstante, ella no le hacía caso, se sentía paralizada el verlo de nuevo y con ello, volvían aquellas sensaciones. Fernando para, estando frente a frente con Monica y la toma de las muñecas. Mientras que ella seguía petrificada, con la respiración agitada y temblando.

Monica balbucea varias veces la letra “E”, hasta que las palabras empezaron a salir.

-¿Estás bien Fernando? -pregunta con mucha dificultad

Comenzó a sentir como las manos del chico le estaban haciendo daño, como si tuviera puestas unas esposas hechas con dientes afilados de ratas. Logra espabilar y con una gran velocidad se libera y da unos pasos hacia atrás. Se da cuenta de que algo malo estaba pasando y que algo aún más oscuro estaba detrás de Fernando, se trataba de una niña de piel muy blanca, lleva puesta un vestido que parece de la época victoriana y las puntas de su cabello están rizadas. Su sonrisa, mezclada con la falta de luz forman en ambiente muy inquietante.

-Bien hecho, mi querido sirviente. Aunque pensé que me traerías a uno de tus compañeros que tienen mucho vigor. Bueno. Esta nena me puede servir como sillón. Jujuju.

-Esta “nena” pregunta. ¿Quién eres? ¿Qué le hiciste a Fernando?

-Solo lo hice mi sirviente personal, una damita como yo necesita uno o varios.

Extiende su brazo para apoyar su mano cerca de su boca y deja ver su extraño codo, tiene un pequeño hueco alrededor y no parece de carne y hueso, en realidad es madera.

-No parece del todo humana, su cuerpo es raro y solo percibo mucha energía oscura dentro de ella. Puede que se trate de una muñeca tirada a la basura que está poseída. Incrementó su poder absorbiendo la energía del pobre Fernando.

-¡Suficiente! Acabaré contigo.

-¡Sirviente, agárrala! Jujuju. Quiero sumar otro a mi colección. Exclamo la muñeca.

Fernando se mueve con los brazos extendidos hacia Monica, con rapidez, ella lo encara para rodearlo y dice con suavidad.

-Espero que esto no te deje tirado todo el mes. Monica le da un fuerte golpe en la cabeza y lo deja inconsciente.

-¡Déjame mostrarte algo! Volvió a exclamar la muñeca

Extiende su mano derecha hacia Monica, con una mirada cuyas extrañas y diminutas pupilas delatan la inhumanidad de la materia oscura en ella. Empieza a brotar energía oscura en forma de pequeños rayos y se materializan en una pelota perfecta de oscuridad, lleva su brazo para atrás y con tremenda velocidad lanza la pelota contra Monica. Con el poco tiempo que tuvo y muy sorprendida, reacciona sujetando su espada con todas sus fuerzas frente a la pelota. Esta última se corta en dos mitades y el fuerte impacto hace retroceder cuatro pasos a la chica de forma desequilibrada. Ante esto, Monica responde lanzando su cinquedea con objetivo a su oponente. La muñeca también es tomada por sorpresa y la punta impacta en su garganta. Se queda de pie unos momentos y luego cae rendida al suelo. Monica respira aliviada.

-Pude rescatarlo a tiempo. Quién sabe qué tipo de cosas le hacía este monstruo.

La muñeca se levanta, se saca la cinquedea y la arroja al piso junto a los pies de Monica.

– ¡Tontita! No soy débil como ustedes. Yo estoy hueca por dentro, a diferencia de las otras nenas como vos, no tengo nada que perder. Advirtió muy alegre.

-Yo soy la reina de este lugar y mi orden dice que perderás la cabeza, pero no de mentiritas.

Monica levanta su espada y se pone a jugar con la punta

-Entonces, no tienes órganos, ni sangre. Solo energía oscura.

-Voy a golpear más fuerte. Dijo con mucha determinación.

Un aura de oscuridad cubría el lugar pese al brillo de la cinquedea, ya que se trataba de un enfrentamiento entre seres de mucha penumbra. El combate se torna formidable. Monica encara a su rival, mientras que la muñeca lanza tres pelotas de oscuridad, las esquiva y se acerca lo suficiente para hacer una estocada, apuñalando el abdomen, Monica cree que le hizo mucho daño, pero para su sorpresa, la muñeca sigue como si nada y esta le propicia cinco bofetadas cerca del ojo y la hace retroceder adolorida con el ojo medio cerrado. Con rapidez, la muñeca saca unas cuerdas negras de su interior que apresan a Monica y la van traccionando poco a poco.

-Jujuju. Consumiré toda tu materia oscura. Luego serás una nenita más, por poco tiempo me temo y es porque te convertirás en mi juguetito especial.

Están cada vez más cerca y le cuesta poder librarse, ya frente a frente a Monica se le ocurre algo, pone su cabeza para atrás, como si quisiera retroceder con desesperación.

-No podrás salir nunca más. Tu hogar y miserable existencia estarán en mis manos. Replicó la muñeca con mucha malicia.

Usando toda su fuerza, Monica lanza su cabeza para adelante, cochando con la de la muñeca maldita y ambas sufren un fuerte golpe. Sin embargo, Monica reacciona con lo último de su concentración para sacarse de encima sus ataduras. Mientras que la muñeca tarda unos segundos más en reponerse. De la nada surgen unos platitos y tazas para té que vuelan a una increíble velocidad e impactan sobre las rodillas de Monica. Raspándolas y por el dolor queda sentada en el suelo.

-Ahora si me hiciste doler.

– Hasta que llegan tus destrezas. Mi pobre juguete se lastimo las rodillitas jugando, tranquila, mami te sanara y te chupara la energía. Jujujuju.

-¡Mentirosa! Aun no viste todo. Exclamó Monica

Aparece en su mano derecha una pistola de juguete, pero no es cualquier arma, se trata de la pistola de monedas malditas. Se levanta con cuidado y apunta a la cabeza de la muñeca.

-¿Me estás apuntando con un juguete? El hermano de mi ex dueña tenía una de esas. Ni siquiera me harás cosquillas.

Monica tiene una mirada amenazante, de pronto cambia a una sonrisa y aprieta el gatillo. Hay un minuto de silencio, mientras la muñeca espera un poco impaciente el ataque de Monica, un pequeño portal aparece medio metro por arriba de su cabeza y esta mira hacia arriba muy sorprendida, boquiabierta. De pronto, una fuerte lluvia de monedas malditas choca y cubre a la muñeca, muchísimos balazos caen sobre ella. En total fueron setecientos disparos de gran rapidez.

Cuando se dispersa la balacera y las monedas desaparecen junto a la pistola, se puede ver a una destrozada muñeca. Su cabeza está abollada y le faltan trozos de su torso y ya no tiene su brazo y sus dos piernas. Monica esboza una mirada complaciente con su triunfo. Repentinamente, cambia a una furiosa va corriendo donde estaba la muñeca y la toma de lo que queda de su cuello y la levanta. La muñeca la mira con el único ojo que sobrevivió, mientras que Monica la contempla con mucha malignidad y poco a poco empieza a consumir la energía oscura de la muñeca, dicha energía viaja por el cuello hasta su mano. Como consecuencia, la muñeca está recuperando su tamaño original y luego de unos momentos, Monica deja la pequeña muñeca en el suelo y se tranquiliza poco a poco.

Quince minutos pasaron hasta que Monica pudo relajarse y paró su percepción oscura. En ese momento, Monica saca una linterna de su bolsillo y justo Fernando recupera el conocimiento. Este abre los ojos y se levanta asustado y confundido.

-¿Dónde estoy? ¿Monica?

-Hola, Fernando. Parece que ya te despertaste. El golpe que te di fue bien medido.

-¿Me pegaste? ¿Y Cómo me encontraste?

-Lo hice por tu bien. Déjame explicar. Estabas perdido desde hace un tiempo y mi percepción oscura me dijo que tal vez estabas acá, en la parte maldita desagüe.

-Ahora recuerdo un poco. Unas semanas atrás hiciste una exposición sobre unas criaturas oscuras del desagüe que capto mi atención y me dio curiosidad en saber si eran reales. Además, de ser cierto, quería impresionarte trayéndote uno de esos “bichos poseídos” que mencionaste. Pero no recuerdo que me hizo desmayar.

-¿En serio, lo hiciste por mí? Dijo Monica algo impresionada.

-Es que fuiste emboscado por una muñeca maldita que te hechizó y te usó para luchar. Lo siento, pero no eres rival para mi poder oscuro. Jijiji. Dijo Monica mientras extendía el puño al techo.

-Es hora de irnos, la gente allá afuera está preocupada y se sorprenderá de verte de nuevo.

Al salir, ya está oscureciendo y Monica ve que Fernando está cansado.

-Creo que debemos ir a mi casa, está más cerca que la tuya.

Caminan los últimos veinte minutos y llegan a la casa de los papás de Monica, tocan la puerta y los padres al abrir se sorprenden de ver a su hija con Fernando.

-Monica, llegas tarde y me parece que la razón esta frente a mis ojos. Dijo su mamá con asombro.

-Tranquila, mamá. Estoy bien y Fernando también. Se regocijaba Monica.

Será mejor que llamemos a la policía. Agrego su papá.

En cinco minutos llegó el oficial Zapala y también quedó estupefacto al ver a Fernando.

– ¿¡Cómo es posible!? Estabas perdido.

-Yo no sé bien que me pasó. No recuerdo bien.

-Yo lo explico, oficial. Monica interrumpe

-Lo que pasó es que Fernando se adentró en las cloacas y justo fue a parar en la parte maldita. Lo secuestró una muñeca poseída por materia oscura que lo retuvo por varios días. Como verán, ya me encargué de todo.

-No es momento para tus inocentes y feos juegos de terror, Monica. Dijo su madre.

Tranquila señora, puede que sea algo infantil como para entender. Además, es algo complejo. Qué tal si vamos adentro a meditarlo mientras los agentes se llevan a Fernando a su casa.

Monica está sentada en la cama de su pieza comiendo un alfajor, mientras espera a sus papás que están en el living hablando con el oficial Zapala.

-Si que fue una batalla complicada. Esa muñeca y Fernando me hicieron enfadar más de la cuenta. Al menos ya todo termino y ya no siento esas cosas raras. Cuarenta minutos de aburrimiento más tarde, los padres llaman a su hija para hablar.

-Ay, Monica. Siempre haciendo todo mal. ¿Por qué sos así? Empezó a decir su mamá entre enojo y frustración.

-No obedeces. Llegas tarde y encima te metes a lugares donde no hay por qué ir.

Monica se encontraba intranquila. Quería decir que lo hizo por Fernando y no se animaba. A cada segundo que pasaba se ponía más nerviosa.

– No tenés idea en el problema en el que te estabas metiendo. Solo sabes hacer eso. Meterte en líos.

-¡Y vos solo sabes cocinar y quejarte! -Contesto Monica perdiendo los estribos, cerca de llorar.

-¡Ustedes solo saben ser aburridos y gruñones! Nunca están contentos, siempre tienen un pero a todo lo que hago.

-Si somos así es porque queremos protegerte y queremos lo mejor para vos. Será mejor que te contemos lo que hablamos con el oficial para que dé una vez entiendas. -Dijo su papá con firmeza.

-Ya estás algo grandecita para tantos juegos.

-La ciudad está dividida en dos zonas muy diferentes. Lo que tenés que saber es que ahí vive gente muy mala y que no está bien de la cabeza. Existe un grupo de personas que se dedica a llevarse a los chicos da esta zona a la otra. Ellos encontraron a Fernando solo y a la noche y quisieron secuestrarlo.

-¡Lo sabía! Sabía que era real le leyenda de los secuestradores. Una vez me encontré a dos sujetos extraños volviendo del colegio.

-¿Ah si? Que horror. Esa gente suele hacer sus persecuciones a esas horas, en especial cerca de invierno que anochece temprano. -Dijo la mamá de Monica, abrazándola.

-Te queremos hija. Te queremos proteger de lo malo que pasa allá afuera.

A partir de este punto las cosas para Monica cambiarán y no volverán a ser como antes. De momento.

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