Era una tarde de verano,

Sentada en la segunda mesa,

Brillaba su bonita piel canela,

Mucha más que fina seda,

Y hasta Dios admiraba su belleza.

Su nombre era Ximena,

Bella cual sirena,

Con esa larga melena,

Que brillaba más que el sol,

Ella, la más bonita canción.

Escribo esto para agradecer

Que con ella puedo ser

Lo que los demás no pueden ver,

Con ella vuelves a creer

Que el mundo no está al revés.

Aunque a veces se pone triste

Y llora hasta dormirse,

Sé que un día se irán sus penas,

Sus lagrimas se convertirán en perlas

Y ganará todas las apuestas.

Que se levantate y mire el cielo,

Que recuerde que a su belleza,

Hasta los ángeles le tienen celo,

Un día se derretirá todo su hielo,

Y se acabará su duelo.

Un día todo su llanto

Va a hacer florecer el campo,

Los girasoles la mirarán,

Mientras irradia felicidad,

Que hasta el arcoíris envidiará.

Ella puede ser primavera e invierno,

Y no tiene miedo ni al infierno,

Es más bella que Afrodita,

Sí, así es mi Ximena bonita,

Así es mi morena bendita.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS