Había una vez un niño muy mimado, consentido y sobreprotegido que se llamaba Brayan. Desde los dos años, como si se tratara de fantasías inocuas, se había acostumbrado a ver en el celular los a veces violentos dibujos animados que se alojan en el YouTube, pero aun así sus padres lo dejaban ver mañana, tarde...
Seguir leyendo
43
0