El despertador sonó como todos los días, seco, solo recordándome que otro día seguiría siendo simplemente eso: otro día. Hice lo que hace alguien que no espera más que otro día más. Me incorporé como siempre en el borde de la cama, me froté los ojos intentando desprenderme de mis legañas de la noche, alcé...
El hombre vestido de negro se tambalea, sus ojos desorbitados lo dicen todo. Sirenas, destellos azules iluminan la noche. Lo buscan. No tiene escapatoria, no puede huir...
Enero se consumió lento y pesado, como un espiral de cuyo recuerdo solo quedan algunas cenizas por acá y por allá. Intenté hacer de cada crepúsculo matutino una nueva oportunidad para nutrir -y distraer- la mente y el espíritu. Leí Orgullo y prejuicio (Jane Austen). Vi Orgullo y prejuicio (Joe Wright). Me subí a subtes...
Me costaba abrir los ojos, sentía que mi corazón aceleraba, cada vez más, algo me impide moverme y gritar. Traté de mover mis piernas, pero no logré conseguir fuerzas para ello, cerré los ojos e impulsé mi cuerpo hacia delante para poder moverme, pero mis intentos fueron inútiles, procuré estar en calma y no funcionó,...
Durante más de cuarenta años he trabajado en una compañía de seguros y he tratado con muchos abogados. Siempre, en todas nuestras negociaciones, han utilizado algún latinajo, a veces rematado con algún consejo pomposo e inútil, o dejado ir como sutil advertencia. Pero he de reconocer que a uno de ellos, a uno de esos...