Y, al fin… SIN MIEDOS.-DN
Después de meditar en el rato del café y el cigarro, esperando a que partiera el autobús de regreso a casa, encontró la excusa perfecta para empezar. El inicio que siempre estaba esperando para colocar cada cosa en su lugar, acababa de tocar al timbre encefálico. La respuesta fue clara, concisa y rápida. “Quiero, luego,...