Jose Antonio
Su barba y su melena expuestas al viento evocaba la fiebre del deseo. Ojos grises, un metro ochenta de estatura, manos grandes, hombros de nadador y labios perfectos para comerlos. No le faltaba detalle para dejar con la boca abierta a cualquier mujer que se pusiera en su camino. Sólidamente documentado tenía una verborrea efímera...