David Bowie: Esto no tiene luna, ni final
Su barba y su melena expuestas al viento; El esmog pegándose a su melena facial, en completa armonía con imponentes calles vacías. Hacía ronda con habitual tranquilidad de héroe, llevándose los cuerpos que aún podían mover el pecho de forma vertical, aunque esforzada. El viento le hacía llorar. Pero reciamente, aborrecía pensar que diminutos ojitos...