Compañía
Lástima que no haya billetes para maniquíes. Para estar contenta ella necesitaba, por lo menos, imaginar que le iban a sorprender con algo interesante. Silencio, el silencio es tan elegante, tan lleno de posibilidades…, pero su marido estaba en el asiento de al lado sin parar de hablar, de sí mismo, de sus planes, de...