El vicio oculto
El veintidós ya es historia. Solo a tres de conseguir el objetivo fijado. El siguiente sería rubio: tenía intención de lanzarlo por un acantilado. Al veinticuatro lo visualizaba negro: lo seccionaría lentamente en mil pedazos. Para el último pensaba ir a Cuba y conseguir un auténtico cubano: le prendería fuego sin piedad. «Debes acabar con...