Sincronicidad, no coincidencia.

Sincronicidad, no coincidencia.

Pats

09/03/2020

El veintidós ya es historia desde que me persigue el treinta y tres.

Así, todo el día. Mire lo que mire, tiene mínimo dos números iguales seguidos. Matrículas de coches, relojes digitales, números de teléfono, cuentakilómetros, tickets de compras … cuyas cifras están perfectamente sincronizadas con mis ojos para mostrarse repetidas en perfecta armonía.

Todo terminó y por fin todo empezó cuando recibí mi nueva tarjeta bancaria. Se podía leer seis veces sucesivas el número tres.

Le miré. La respuesta era «si». Ya no le quería.

Salí de casa sola. Las 13:33, la hora perfecta para empezar mi viaje.

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