En esta maleta no cabe casi nada, el equipo de buceo, ropa para el calor y frío …

Camino a mi destino, me acecha el fantasma del ruido.

Viajo en busca de aventuras.

El arrecife me envuelve en el murmullo natural del agua.

Buceo hasta mi maleta, meto mi conciencia ecológica, luego la música machacona de los taxis, restaurantes, excursiones, el ruido de la civilización: aviones, aeropuertos, voceros en playas y mercadillos.

Regreso, por fin silencio en mi jardín.

Si vuelvo a viajar tendré que abrir esta caja de Pandora y me perseguirá el ruido hasta encontrar el silencio.

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