DOS DE MAYO
Ya he experimentado sobradamente la libertad de no tener opinión, de permanecer siempre callado, a no ser para responder a la autoridad, de ser políticamente correcto, de consumir y competir sin fin, de exhibir mi coche tuneado ante perfectos desconocidos pavoneándose ante mí, montados en sus gigantescas cabinas divorciadas de su camión y rodeados de...