CONDENA AL INOCENTE
Llora la niña en un cuarto oscuro, la angustia a flor de piel.Lágrimas filosas hieren sus mejillas de pétalo. ¡Cuánto dolor prisionero en un cuerpo que apenas florece a la vida!«¡No te deshagas de mí, madrecita!»El amargo gemido no logra colarse entre las rugosas paredes del habitáculo. No existen palabras que describan su dolor. Una...