¿CUARENTENA? ¡Dentro de la Lámpara de Aladino!

¿CUARENTENA? ¡Dentro de la Lámpara de Aladino!

Gritos de auxilio reflejando angustia, me sacaron del entramado de la lectura hasta percatarme que algo pasaba en mi vecindario.

Amaneció presto el día para mi esposa y yo, adultos mayores a meses de cumplir 70 años, y que a pesar del factor cronológico, esa realidad de senectud, en lo psicológico pasa desapercibida; ¿a decir verdad?, no la sentimos. Hemos hablado al respecto y somos conscientes de la bonita magia que nos jugamos con nuestra presencia de ánimo… Y es que allí radica el detalle; es el paso a la alegría, y tranquilidad, que es una forma de felicidad más duradera; es la puerta a la ¡Fortaleza de la Lámpara de Aladino! que nos hace verdaderos genios a quienes entramos en ella, y sin límite de deseos, pues estos, los deseos, están acompañados de ¡Poder Adquisitivo!, fundado no en dinero, pero si en autoconfianza; dicho de otra manera: tengo la suficiente voluntad y entereza para lograr los objetivos que me proponga.                                

Por ser ambos buenos aprendices en cabeza ajena, descubrimos en base a ensayo-error, que según como asumamos nuestras dolencias naturales, físicas y espirituales, tanto mayor o menor será el impacto con la realidad en lo personal.

Ejemplo de nuestro argumento es la ineludible cuarentena en aislamiento obligatorio, convertido en desencadenante de consolidaciones positivas o dificultades interpersonales.

Sirva como advertencia, a solo diez días de iniciada la cuarentena, el registro de la realidad vivida en el vídeo adjunto, filmado desde el balcón de mi apartamento en la ciudad de Cúcuta, Colombia, cuando vecinos del lugar, abandonando su seguridad, salieron a proteger de la fúrica agresión a que era sometida en su hogar, una mujer por su pareja.

Dependerá entonces, y únicamente de cada persona, el salir favorecidos en esta muy rara oportunidad, verdadera prueba de nuestra grandeza y capacidad humana, para, y a futuro, mediante un proceso Psico-socio-pedagógico, lograr un cambio social, integral, integrado e integrador, que nos enrumbe, conduciéndonos por el camino de la humanización verdadera.

José Gabriel Pinilla Gómez.

Cúcuta, 14/04/2020

Scripta Manent.

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