DESDE LAS CENIZAS… 
Semillero de historias de cuarentena
En la noche oscura quisiera percibir el sentir del universo.
Busco la luna como agua necesaria,
es su luz, la que abre los poros
de mi piel,
como fuente que mana,
fluye la imaginación…
en nirvana y enternece.
Dame alas para mis sueños, fuera las pesadillas,
serenos vengan los tiempos,
traigan rosarios de luz,
mudos los sueños.
No rompa la cadena,
el desazón,
eslabón tras eslabón,
motor de sensaciones.
Haga efecto búmeran, sólo de las buenas vibraciones.
Sean lección, al fin también, tantos mundos hundidos, de tantos niños perdidos…
Y por corazones
entrelazados
se reparta la buena suerte y la cordura.
Extendamos semillas de buen augurio.
Broten y resurjan como los buenos proyectos.
Vayamos reteniendo los buenos recuerdos y bebiendo, tan solo,
de ideas nuevas, como los brotes de la buena viña, que no se cansa, cada primavera.
Resurjan, como el AVE Fénix renacer desde
las propias cenizas.
Florezca lo puro,
en algo bello.
¡Tendremos que cuidarla!
La tierra ¡es nuestra cuna!
Mientras continúen las guerras en el mundo… cuanto universo desperdiciado, perjudicado ¡desprotegida,
tan bella esfera!
La paciencia, gran virtud; hagamos la alquimia al reunir todos los ingredientes necesarios, para hacer un buen caldo, de conductas, ante las vicisitudes que trae la vida.
La maternidad me enseñó ternura , para comprender que las fórmulas entran mejor con suavidad; así quizás, él sentido común apareciera,ante la dificultad.
El dolor me enseñó amor;
así, aspirar a no perder la cara a la propia verdad; casi siempre la trae la calma – sea la complementaria- y no la opuesta- y también los mundos; cuando están unidos.
Y los amigos que no te halagan.
La práctica de la meditación
del día a día -como acción
muy necesaria- para caer en la cuenta a vivir despiertos.
Paciencia ante cualquier sorpresa para afrontarla.
-existe la calma tras cualquier tormenta- fomentar
la buena mezcla de
cabeza más corazón.
Todo lo que nace muere.
Renacer: la lección.
¡El símbolo!
a tener en cuenta;
LA SIEMBRA inevitable.
Añada tras añada.
A veces dejar en barbecho.
Abierta, siempre, ante las inclemencias de
¡LA NUEVA ETAPA!
¡TODO PARA CRECER!
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