PARA PERDER LA CABEZA, … VIENDO BAILAR

PARA PERDER LA CABEZA, … VIENDO BAILAR

Ciertamente que la historia del baile en cada uno de nosotros como seres humanos ha marcado, marca y marcará uno de los más íntimos momentos de goce, deleite, disfrute, plenitud, amores bienvenidos como también aquellos que se fueron bien idos, de instantes inolvidables como de segundos, minutos y horas imperecederas; porque al son de la música, hemos entretejido una parte gigante de nuestra historia que cuando los evocamos llegándonos a veces sin quererlo ni pensarlo sabemos retrotraernos desde la profunda como recóndita biblioteca desempolvada de nuestra existencia musical.

El tango, la milonga, el vals e igual el pasodoble siempre provocan en mí un elixir tanto inigualable como incansable… capaces de hacerme perder la cabeza, … bailando o viéndolos bailar, enfatizando que solo se bailar el pasodoble.

Mi historia para compartirles girará en torno y a dos bandas para provocarlos como dejarlos endulzarse con El Perfume de Mujer, que a todos a su vez, en menor y/o en mayor escala nos han atrapado entre aquellas dilectas fragancias de las mujeres que han sido la parte mayormente sublime de nuestros días, ayer, hoy y mañana.

El tango “Por Una Cabeza”, letra original del compositor Alfredo Le Pera, que lo inmortalizara Carlos Gardel, el Morocho del Abasto; aún hoy día y me atreveré a afirmarlo sin ninguna duda, que lo será igualmente el día de mañana y también el de pasado, ha sido y lo será un tema principal de hermosas películas, como “El Perfume de Mujer”, protagonizada por Al Pacino y Gabrielle Anwar, la actriz británica.

Al Pacino, interpretando magistralmente al teniente coronel Frank Slade, un amargado hombre ciego, baila de manera excepcional con Gabrielle, Por Una Cabeza, y el solo dejarnos llevar como cautivar por los compases y los pasos de la escena con sus figuras tanto fuertes como delicadas, a mí siempre me provocan una sensación absoluta de radiantez, plenitud y muchísimos aplausos.

Igualmente el actor británico Colin Andrew Firth, también lo baila con la actriz estadounidense Jessica Biel, en la película “Una Familia con Clase”, en otro magistral momento de encanto, de sublimidad, de ternura, de gracia, de deleite como de complaciente y esplendorosa sensualidad.

Y el final de la historia lo protagonizan una excepcional pareja de bailarines espectaculares, el bailarín al que fraternalmente le se llamar “El Gordito”, (Aoniken Quiroga) quien baila a placer con una escultural Rubia, (Alejandra Martiñián) aquella sentida milonga Parque Patricios, saben ellos, igualmente sustraerme de la rutina y la monotonía, llenándome de solaz, delicia, gusto, agrado como diversión feliz.

Qué excelso es para mí ver bailar y cuando lo puedo hacer, igualmente me lo disfruto. Es otra bella manera de sentirnos amados y bendecidos.

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