Perder la inocencia Aniversario de Ana María Matute

Convocatoria cerrada

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Perder la inocencia

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Mi niña bella 

Adriana Lima

26/01/2025

Mi niña, mi niña bella, eternamente riendo y eternamente feliz. Si el viento sopla muy fuerte despliega sus alas y puede volar, si la lluvia cae se pone a cantar y en el barro no para de chapotear y bajo el sol más cálido no se cansa de correr. Busca tesoros ocultos en islas misteriosas,...

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23

136

10

Almendros en la vereda 

Guadalupe creció jugando en la vereda junto a su hermano Nicolás y sus primos, entre almendros, acequias y castillos de barro. Su infancia tenía el aroma de la tierra mojada, el sabor dulce de los duraznos y el sonido de risas al sol. Soñaba con ser arquitecta y construir ciudades de vidrio en lugares lejanos. Pero, sin aviso, todo empezó a cambiar: los primos dejaron de venir, los juegos quedaron olvidados y las palabras de los adultos adquirieron un peso nuevo. Una tarde, su abuelo la miró y dijo: "Ya pronto serás una señorita". Esa noche soñó con trenes, mares y puentes. Al día siguiente, al salir a la vereda, sintió que el mundo era más grande. Como la oruga que se encierra en su capullo, supo que estaba a punto de transformarse.

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32

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2

La llave de las cosas que ya no existen 

René Moya

21/01/2025

"La llave de las cosas que ya no existen" es un relato sobre el poder de los recuerdos y la pérdida de la inocencia. Alejandro, un niño curioso, descubre una misteriosa llave dorada que lo transporta a un lugar donde las memorias de su mejor amigo, Mateo, cobran vida. Pero lo que comienza como un viaje lleno de nostalgia, se convierte en un rito de paso que lo enfrenta con la imposibilidad de aferrarse al pasado. Una historia breve, emotiva y mágica que explora lo que significa crecer y encontrar sentido en la ausencia.

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14

97

5

Chispita 

Tao esperaba cada tarde junto al limonero, donde el pequeño petirrojo llegaba puntual a picotear las migas que él esparcía en el suelo. Le había puesto de nombre “Chispita” porque su canto parecía iluminar los silencios del jardín. Esa tarde, la paz del momento se rompió. Un águila majestuosa descendió veloz del cielo y atrapó...

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135

611

29

Perritos 

Miguel Perez

06/02/2025

Nunca había visto que el cuero pudiera correrse así. No había tanta sangre, pero lo que me llamaba la atención eran los músculos y cómo le brillaba la grasa, su mirada dolorida, esa respiración agitada. No entendí de qué era esa inyección que le pusieron; pensé que le iba a ayudar. Cuando abrieron el baúl,...

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16

112

6

El Abrazo de los Recuerdos 

Tatiana Marquez

01/02/2025

De: Mamá  Para: Hija 7 de la mañana, la caldera sonaba y yo estaba sentada en la mesa esperando a que mamá termine de hacer el mate. Me peinaba mi largo cabello tarareando una vieja canción, mientras mis ojos aun dormidos visualizaban aquel café con leche humeante recién hecho para mi, junto al pan calentito con manteca que alegraba mi...

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17

61

1

PIEDRA,PAPEL O TIJERA 

Sabina

14/02/2025

Son las doce y bajo corriendo por la calle Alta desde el colegio hasta nuestra casa. Debo llevarle comida a padre al monte, por los alcuerces. Va camino del puerto, despacio, al ritmo del rebaño. Comerá en la cruz cubierta. Han empezado a construir la presa. Dice padre que no la verá rebosar de agua...

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44

106

8

Una chispa misteriosa 

Marte encendido

14/02/2025

Desde que éramos niños, siempre supe que había algo extraño en mí. Algo oscuro que no podía entender ni controlar. Cuando te conocí, fue como si una chispa se encendiera en lo más profundo de mi ser. Había algo en ti, una luz, una paz, que me atraía con una fuerza incontrolable. Pero también me...

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28

65

7

niña mujer 

thany diju

06/02/2025

Como flor en primavera, llegó a sus vidas y, de seguro embelleció aquel desierto en sus interior. Como abeja, quizo cultivar su panal; cuanta miel se desprendía de aquel que era su hogar. Pero luego, mamá espabiló y ya eran 32. Como hoja que en otoño se desprende del árbol,  de niña a mujer pasó. Una...

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12

62

2

Laila 

Fanny Romero

15/02/2025

Soy Laila en aquel entonces tenía 8 años, vivía en el campo con mis padres, pues eran propietarios de un pequeño terreno. Allí cultivamos gran parte de nuestros alimentos. Nuestros días transcurrían tranquilos y alegres, entre risas y labores cotidianas. Mis pasatiempos favoritos eran correr, jugar y también me divertía alimentar las gallinas y recolectar sus huevos. Poco a poco en el sector como en otras partes del país empiezan los enfrentamientos entre grupos armados al margen de la ley. Y es así como nuestra tranquilidad y la de los demás habitantes es interrumpida debido a los abusos por parte de estos grupos, tales como extorsiones, violaciones, asesinatos, reclutamiento de niños y amenazas. En un abrir y cerrar de ojos estos grupos empiezan a disputarse el control del territorio. Todos quedamos atrapados en medio del fuego cruzado, no había presencia del estado ni quien nos defendiera nuestra única esperanza era "la misericordia de Dios" decía mí madre. poco a poco los habitantes del sector empezaron a abandonar sus viviendas por el miedo y la sozobra de caer en el juego cruzado algunos salieron sin nada más que sus prendas de vestir. Mi padre un hombre fuerte y trabajador, y un poco terco por defender lo que con sudor y sacrificio había conseguido se negaba a abandonar su parcela, aquel terruño que nos proveía el sustento. Sin embargo después de evidenciar varios asesinatos, solo por amor a su familia, un día tomó la decisión de decirle a mi mamá, con aquel cariño con el que le hablaba, susurro "mija escoja lo mejorcito de la ropa, nos vamos aquí ya no hay cómo vivir" . Pude ver su dolor y tristeza en su mirada. Sin tener claro cómo, y dónde íbamos a llegar, con mucho dolor tuvimos que abandonar nuestra casita. Llegamos a la ciudad y con ayuda de algunos familiares y con mucho sacrificio de mis padres, aunque pasamos muchas necesidades, logramos ubicarnos y empezar de cero. Hoy 15 años después puedo hablar de este suceso tan doloroso, y aunque en aquel entonces era muy pequeña para entender muchas cosas, solo sé que esa guerra sin sentido nos arrebató más que un terreno con una vivienda, y dejó secuelas para siempre. "Hoy veo a mis hijos y le pido a Dios que no sufran lo que yo sufrí".

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