Las dos espadas
El niño corría por el jardín entre canteros de agapantos, hortensias y margaritas arrugadas. Llevaba en su mano, bien alto, una espada de plástico, mientras sus piernas volaban sobre los matorrales, tan aladas y livianas. Todo su cuerpo destellaba su inmensurable fantasía. Por momentos se escondía detrás de las frondosas plantas, o corría alrededor de...