El inmigrante, ingeniero o estudiante que lleva una lucha constante,

Ese que sin pensarlo es candidato para llenar cualquier vacante,

Que desde que pisa tierra extranjera solo espera seguir hacia adelante.

Ese a veces tratado como un ser insignificante.

El inmigrante serio no se toma foto en restaurantes

cuando sabe que en su tierra muchos pasan hambre.

No obstante, muchos piensan que los olvidamos porque estamos distantes,

Y solo pensamos en cómo será el día de reencontrarse con su familia como antes,

Es desesperante tener que recordarles los días y madrugadas,

También es frustrante el querer abrazar una videollamada,

Y un poco reconfortante, saber que consigues buenas amistades donde menos lo esperabas.

Inmigrantes asesores,

Inmigrantes caminantes

Inmigrantes aseadores,

inmigrantes maleantes,

Inmigrantes constructores,

Inmigrante… una lucha constante.

Hay que ver salir el sol sin poder haber dormido,

Y salir de la zona de confort, sin límites a lo que hemos venido,

El inmigrante es un señor, que solo busca un motivo,

Para encontrar lo mejor para su familia bien habido.

Esa sensación que te pone la piel de gallina cuando escuchas esa canción,

Que te recuerda a tu tierra y tú familia todos en concepto de unión.

Y la pasión

que causa escuchar cuándo dicen que el inmigrante hace las cosas con buen corazón.

Hay que ser paciente,

muchas veces callar,

otras hacerse el fuerte,

No sabes lo que se siente

el dolor de pensar

en lo que vaya a pasar

el día que vuelvas a estar con tu gente.

Mente abierta corazón también,

Cosa cierta, que cada acción vaya con bien,

Las revueltas se hacen chismes para quienes no ven,

Mantén tus ganas al cien, que si el ave regresa a su nido el inmigrante también.

Tengo cuatro años viviendo como inmigrante, cuatro años sin regresar a mi tierra destruida por el poder absoluto de un gobierno corrompido, cuatro años sin abrazar a mi madre…

  • Carlos Yumar.

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