– Una buena actitud y una enorme sonrisa en tu cara, eso te abrirá las puertas Alex –

– Una buena actitud y una enorme sonrisa en tu cara, eso te abrirá las puertas Alex –

CESAR LORQU

16/04/2020

Alex llegó tras ocho horas en avión a Barajas Madrid, eran las 11 am hora local.

Nadie le esperaba, el muchacho de 17 años llegaba a un mundo nuevo donde sus sueños se curvaban en un universo longilíneo de elementos fríos y egoístas en su alrededor.

Recordó que en su maleta Totto traía un sánduche de pavo ágilmente guardado por Doña Ana, la mujer inspiradora y motor de éste viaje,  la mujer que diariamente le hablaba  de la importancia de darle vida a sus sueños y tragarse los resentimientos y frustraciones a secas y de un solo trago, sin otra intención diferente.

– ¡Abre los ojos, recuerda quien eres ! –

– ¡Recuerda a qué viniste ! –

– ¡Recuerda, Quién eres y …! 

– ¡Recuerda, en quién te quieres convertir ! –

Motivación suficiente había tenido en los últimos tiempos en la observación de sus vecinos para desear escaparse de ese ambiente dormido y hostil, un mundo de enanos con sueños diminutos y miopes planes como Miguel, su primo, quien se empinaba una media de ron y decía que él era el nuevo gallo del gallinero, que se prepararan las chicas porque su testosterona estaba a prueba de cualquier polvo;

de Mariana, la vecina, quien le había contado que se saldría del curso antes del fin de año porque quería escaparse con su primo Manuel y parirle 5 pelados, valiente decisión en un mundo atestado de gente.

Al vecino Juan, le habrían jodido la vida al mandarle al ejercito a enfrentarse como carne de cañón a los asesinos del monte, los que se hacían llamar guerrilleros y que prometían paz y pan para los pobres, pobres que como Juan perderían partes de su cuerpo y de su orgullo como esa mañana que le explotó una mina bajo su pata y le puso a caminar sobre muletas para siempre.

Alex llegaba, buscaba en esa nueva tierra la oportunidad que sabía se merecía,

lo tenía muy claro,

– No vuelvo a mi pueblo ni siquiera por María (Su traga de niño) –

Un baño de agua fría, un puñado de esperanza y una sonrisa plena para presentarse ante su jefe quien le pondría a trabajar limpiando baños, los mismos cagados baños de borrachos y putas que le empujaban estúpidamente dentro del bar cuando se disponía a caminar entre ellos.

– ¿Quién ha dicho que no hay oficios dignos ? –

– ¡La dignidad no llevará comida a tu boca muchacho! – Como decía mamá cuando le veía llegar aburrido por una frustración o la indiferencia de María en una tarde de colegio.

– Una buena actitud y una enorme sonrisa en tu cara, eso te abrirá las puertas Alex –

Esto lo recitaba diariamente al meter mi cabeza al agua fría para irme al trabajo.

Sigo trabajando sin pausa, ahora ya he ahorrado unos euros, estoy tramitando mi permiso de residencia, dentro de poco podré iniciar mis estudios técnicos en construcción. Ya me parece más liviano el trabajo, hasta estoy cambiando mi acento. Ahora entremezclo los refranes, ya cuento con suficientes amigos para tomarme unas cañas antes de arribar a mi cuarto, he conseguido una novia que me hace más tranquila la estancia.

Ahora, me alisto en mi cuarto, visitaré el centro de migración, me estoy labrando mi permanencia en esta tierra, sigo recordando con regocijo en mi pecho la principal lección de Doña Ana, casi una oración para mí:

– Una buena actitud y una enorme sonrisa en tu cara, eso te abrirá las puertas Alex –

Mi dedicatoria a Alejandro y su arribo a España (2016).

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