Los tiempos imposibles
I Mis pasos rozan temblorosos la acera desconchada. De entre los rotos de baldosas se escapan los fantasmas de nuestras ilusiones infantiles. Fuimos niños felices sentados en la acera estirando la tarde, esperando que llegara dios, que llegara el camión de la basura, o un alemán con caramelos o chocolatinas. Entre charlas y risas y...