Fugaces
Se termina una extenuante jornada. Entre el tumulto de gente, logro ingresar al vagón caluroso que me llevará a la estación más cercana a mi preciado hogar. Acomodo mi diminuto cuerpo en una esquina, que permita mantener el equilibrio y así evitar caer en las piernas de algún señor dormido en los asientos. Espero sumar...