En la cima del Vinicunca
Mi primer pensamiento al llegar a Cuzco fue que me iba a reventar la cabeza. Ni siquiera el increíblemente amargo té de coca pudo aminorar el efecto que los 3,400 metros sobre el nivel del mar provocaban en mi organismo. Y para colmo, solo había una habitación lista. Siendo nosotros un grupo de catorce personas,...