Sonrisas Ansiosas (Infraleve)
Un centenar de sonrisas ansiosas antes del último timbre.
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
Un centenar de sonrisas ansiosas antes del último timbre.
El crujido del blíster al entregar el ansiolítico.
El aroma exhalado por el primer café de la mañana.
infraordinario. Esa grieta en la pared está atentando contra mi cordura, ni siquiera sé cuanto tiempo lleva ahí vigilándome en silencio, cuando la descubrí era una simple línea de apenas unos centímetros, pasados unos meses imperceptiblemente se trasformó en una crisálida, pero ahora que la observo ha crecido y tomado forma de mariposa ¿tendrá vida propia...
Nací en un hogar humilde. Me engendró y parió un hombre ambicioso con el único fin de tener ayuda en el trabajo que desempeñaba para dar de comer a su numerosa familia. Como cualquier recién nacido fui pequeño pero ya se entreveía que duraría mucho por la estructura sólida con que me formaron. Cuatro patas fuertes...
infraleve: las minúsculas gotitas que se mantienen suspendidas un momento en el aire al estallar una pompa de jabón.
Su vida dejó de tener sentido cuando descubrió que el libro del cual era protagonista había perdido parte de sus páginas.
Estoy terminando mi último libro, tan solo quince páginas para saber el final de la novela. Tengo otro libro preparado a mano, de Enrique Manuel Hidalgo, Manuelita la Turista tiene quien le escriba como título, creo que este documento me suena. Acabó de llegar al trabajo. Empiezo hacer mis tareas laborales, en la vía pública...
Hay miradas que matan…y otras que son eternas.
La anciana sentada en un viejo diván, en medio del salón vacío, mirando la ventana abierta, por donde se cuelan las brisas del otoño, y los aromas de los abrojos húmedos. El sol de la mañana apenas se muestra por sobre las montañas, saludándola y escasamente entibiando el magullado pellejo de su frente. La somnolencia le...
Y entonces, esa noche me sentí nerviosa sentí como mi corazón se aceleraba y casi con exactitud, podía sentir el tic-tac de mi válvula mecánica. No supe dónde ubicar mis brazos así que sólo los entrecrucé. Al pasar los minutos me apoyé en tu pecho, escuchaba latir tu corazón, calmado. Me propuse internamente focalizar mi...
Jamás cambiaría de opinión. Pasear por el bosque, lejos del ruido, luces y aire contaminado de la ciudad era la mejor forma de pasar la tarde y despejarse. Especialmente en otoño, cuando, con cada pisada, podías escuchar el suave pero adictivo crujir de las hojas secas romper el silencio. Paso, ¡crac!, paso, ¡crac!, paso, ¡crac…! ¿Cuánto tiempo...