Estoy terminando mi último libro, tan solo quince páginas para saber el final de la novela. Tengo otro libro preparado a mano, de Enrique Manuel Hidalgo, Manuelita la Turista tiene quien le escriba como título, creo que este documento me suena. Acabó de llegar al trabajo.

Empiezo hacer mis tareas laborales, en la vía pública al lado del contenedor del reciclaje de papel y cartón, se encuentra una gran caja, no le doy importancia, hasta que voy a tirar unos cartones de unos vecinos, me los dejaron en su puerta.

La curiosidad me incita a abrir las solapas del recipiente, encuentro unos treinta libros de diferentes autores y títulos algunos no son tan viejos. En un principio pienso dejarlo en su sitio y me marcho.

A los diez minutos vuelvo a recogerlos, cogeré algunos y otros se los daré a unas mujeres extranjeras, que están aprendiendo el idioma y son amantes del saber. Así que esta tarde cuando llegue se los entregaré. Me quedan diez minutos para mí descanso y retomar » La sexta Galería».

En la segunda parte de mi horario laboral, por fin terminé el tomo.

Así que cogí rápido el ejemplar de Gabriel García Márquez y salí corriendo al metro para irme a casa.

Perdí el tren por un minuto que me costó en bajar por las largas escaleras hacia el andén, se cerraron las puertas, que rabia, me senté en unos de los bancos del andén a la espera del siguiente convoy, abrí la mochila, saqué mi breviario con la intención de empezar a leer, pero mi intuición me dijo que los buscara en la página web «tú qué leés» donde subo mis recopilaciones y extractos de mis vademécum interpretados hasta el momento y visualizar por la ficha que en su día fue leído, pues no fue la primera vez que otro documento se leyó dos veces, y de esta manera me evito de leerlos por segunda vez, aparte de escribir en la primera página del texto con lápiz la fecha leída, pero como este libro me lo regalaron la única manera de adivinar si lo tenía ya interpretado era metiéndome en la web.

Y así fue como entré en la ficha, contaba cómo instruido y valorado en puntuación, le dí un seis en su momento.

Que rabia pensé, mientras se acercaba el metro a la estación.

  

El País de la Piel de Toro

Han solo.

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