Entre carros y relojes
infraleve Entre carros y relojes CLARAmente, para evitar que te salPIQUEn, debes mantenerte lejos de las mermeladas que encuentres en las neveras ajenas.
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
infraleve Entre carros y relojes CLARAmente, para evitar que te salPIQUEn, debes mantenerte lejos de las mermeladas que encuentres en las neveras ajenas.
En el tramo que va desde mi casa hasta la urbanización de los pinos están construyendo un centro comercial que albergará tiendas de ropa y electrónica, franquicias de comida rápida, un gimnasio y una sala recreativa de realidad virtual. Todas las mañanas, cuando voy a trabajar y aún está oscuro y hace frío, paso por...
INFRAORDINARIO. Ana era una joven que parecía sonreír siempre y nunca se veía tristeza alguna en su rostro. Tenía unos dientes anchos y amplia mirada marrón, piel trigueña y cabello castaño oscuro y siempre lo mantenía corto, como si fuera un niño, su mamá le decía que era para ahorrar tiempo y dinero, cosa que le disgustaba mucho y contra lo...
Y es entonces, sólo entonces, cuando ella se inclina sobre sí misma y ríe, que todo se vuelve dolorosamente fácil, sencillo. En ese momento parece mentira decir que el mundo es un lugar tan cruel y peligroso. Que el amor ya se perdió de vista bajo capas y capas de mentiras, engaños y violencia. ¿Qué...
infraordinario. Jugando que era una niña, cerré los ojos ante la pequeña manito de mi hijo que olía a babita y chocolate . Por un instante me llevó a mi niñez, perdida en el delantal de mi madre mientras ella cocinaba y me hablaba para que yo no llorará. Me invadian los olores de aquella...
Iba a salir a dar un paseo, pero llovía. O quizás no, caían tan pocas gotas que costaba llamarlo lluvia. Aun así, decidí ponerme los zapatos viejos que conservo para estos casos insólitos. Me vestí, me puse los calcetines y saqué los zapatos de su caja. Al ponerme el izquierdo, siempre me pongo primero el...
Infraordinario. No fue un beso como esperaba, suave, caliente y resbaladizo. Fue un beso de arena, un beso de labios pequeños, y aún así no pude evitar querer cogerte fuerte la cabeza y traerla más hacia mí, más dentro de mí.No pude evitar un suspiro —un aullido casi— que te pilló desprevenido, creo. Un suspiro...
Infraordinario. Estuvo viniendo a morir a la entrada de casa. Venía todos los días, o casi (sabía si había estado por el montoncito de ceniza de la entrada, camuflada entre las hojas del prunus que caían igual en verano que en otoño y en invierno). Venía despacio, apoyando sus pocos kilos y su vida larga...
Infraordinario. Hoy me he sentado a tomar mi café frente al mar. Esta terraza con olor a verano, a mi infancia, a viejillos pescando, a vida salpicada de salitre, me gusta y me duele al mismo tiempo. Esa felicidad de los tiempos vencidos, cuando analizar era un verbo casi inexistente, tiñe de ocre la nostalgia. Pero hoy...