BAJO LA ALMOHADA
Venía molido, se le notaba en la respiración agitada y la cara demacrada. El Ratoncito Pérez estuvo ayer por la noche en mi casa y estuvimos de cháchara un rato largo. Le saqué un Cabrales auténtico que le levantó el ánimo. Nadie le había facilitado un salvoconducto para ir a trabajar y los controles policiales...