Infraleve II
La guillotina de la noche con el caer de la persiana.
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
La guillotina de la noche con el caer de la persiana.
…la sinfónica estalla en la sala, confluyendo la interpretación de los músicos bajo la batuta del director, concibiendo una sublime melodía; al escudriñar en el todo orquestal, AFINANDO EL OÍDO SE PERCIBE LA LEVEDAD DE LOS SONIDOS, que uno a uno cada instrumento produce…vivenciarlo es un singular placer !!!
El pisar una baldosa quebrada al andar con prisa.
Infraleve: cuando está a punto de oscurecer se forma un lindo atardecer, pero detrás de ese hermoso atardecer se encuentras las luces que iluminan tu calle se encienden tan rápido y es tan común que no te percatas de lo hermoso que se ve.
El aplauso de la lluvia para el músico de la calle.
Amigo mío inseparable. Tu amor incondicional me salva la vida. Tu tibieza llena mi alma. Pero tu olor me perfuma. Mi querido amigo. Mi perrito adorado. Tu cola inquieta sonríe y tu aroma me empapa. Mi alma entera se parte de solo imaginar que llegará el día en que mi nariz no podrá adorarte.
El resoplido profundo de mi perro a punto de dormirse a mi lado.
La huella del aliento atrapada en la ventana.
La miré, como esperando que iniciara en una conversación de noche entera, pero ninguno de los dos se animó a decir nada. Me miró, como esperando que le hiciera todas esas preguntas para las que no tenía respuesta, pero estaba dispuesta a escuchar. El manto terciopelo de una reseca noche blanca, nos miraba...
Día tras día la monotonía se impone, los mismos que haceres, la misma rutina, todo parece confabular para terminar en un día sin sentido, entonces oigo un maullido, así es, son mis michitos; como de costumbre me aproximo a ellos, los sujeto en mis manos «son tan suaves» pienso, para luego colmarlos de besos… ¿besos? eso...
Las nubes, algodones del cielo, se deslíen en gotitas, y caen a tierra.
Un centenar de sonrisas ansiosas antes del último timbre.