Pretérito (no tan) perfecto (no tan) simple
Cuando es se convierte en fue. (infraleve)
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
Cuando es se convierte en fue. (infraleve)
Le miraba , su pelaje subía y bajaba mientras que de su nariz salía una brisa que tocaba sus patas sobre la cama. Los niños jugaban con nuestro amigo peludo, con sus movimientos hacían airear las almohadas, los peluches… Todo lo que se les ponía por delante dentro de toda la habitación, los libros hacían...
Esto es un infraleve. Oí algo que no era un ruido, como si el silencio cantase gregoriano.
Las hebras de lino negro — sus cabellos —, Y los faros de jade y ónice — sus ojos —, Para los pétalos de agua de mar — mis ojos —, Tanta generosidad me asombra — soy muy afortunado —. Las perlas nacaradas — los dientes en su sonrisa —, Y las nubes carmesí en...
Cuando parí a mi hijo nació un monstruo. Era aterrador verlo tan pequeño, tan frágil e indefenso… Cualquiera podría haber entrado por la puerta, quitármelo de malas maneras y estamparlo contra el suelo. Lo abracé y lloré. ¿Qué había hecho? Había traído al mundo a alguien que no lo había pedido sólo por mi egoísta...
Cilindríca, inoxidable, mágico túnel que me eleva y me nutre. De vos succiono la esencia de la tierra. Frutal néctar de yerba mate. La sangre del planeta. Sabia pura. Pura sabiduría. Fálica amiga inseparable. Tu brillo en mis pupilas y tu calor en mi boca. Cada día mi fe te convoca. Tunel accesible para mi...
Infraleve: cuando está a punto de oscurecer se forma un lindo atardecer, pero detrás de ese hermoso atardecer se encuentras las luces que iluminan tu calle se encienden tan rápido y es tan común que no te percatas de lo hermoso que se ve.
En mi andar diario, reniego del modo de conducir del resto del mundo, consciente de que ellos, no me regalan flores.
El primer sorbo de cerveza.
Lo recuerdo con su mirada lejana, moviendo sus dedos al aire cual director de orquesta al compás de su música. Eran las hojas de la memoria que releía entre lágrimas de alegría… Era su musa que regresaba del laberinto, a su encuentro.