Mi paraíso
Infraleve. El cielo existe cuando llego aqui
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
Infraleve. El cielo existe cuando llego aqui
El silencio cuando se posa el mosquito cojonero
Esto es un INFRALEVE: «Suave terciopelo del durazno que deseo masticar».
Clandestina canta sin voz la sombra del ruiseñor.
Que agradable, comenzar a sentir tus manos sobre mi cuerpo, las caricias que brotan flores y mariposas, el nacimiento de las palabras y emociones. Manos amplias y pequeñas, juntos en una historia de amor ¿o desamor? Aún no conozco tus intenciones pero tus manos lo denotan, el deseo y el amor presentes en una caricia...
Extraño las manecillas del reloj, esas que, con una simple mirada, me permitía saber cuánto faltaba para que concluyera un minuto. Ahora, los relojes digitales se olvidaron de los segundos, y cada minuto me parece interminable, mientras vigilo que el sonido del electrocardiógrafo de mi hijo, no se vuelva un triste zumbido monótono.
(infraordinario) Cejas medio fruncidas, ojos levemente entornados y una mirada similar al sufrimiento o al dolor, pero no es ninguna de la dos cosas. La cabeza girada un poco hacia adentro y hacia adelante, ofreciendo la oreja, como única ayuda. Tampoco es perplejidad. Lo que noto en todas esas caras es siempre fastidio. Al principio pensé...
Me levanté a la misma hora de siempre, justo antes de que sonara el despertador. Como todos los días, decido quedarme un par de segundos observando el techo de mi habitación, pero no demasiado. Los años me han convertido en un experto para calcular las consecuencias del tráfico al no aprovechar el tiempo como es...
Me pregunto si me seguia o tal vez era mi imaginación, pero ya hace bastante tiempo que lo sentia sobre mi, aquella sombra revelaba una esbelta figura, me sentia pequeño ante ella y aun asi no me atrevia a moverme, mi mente queria correr pero mi cuerpo me lo negaba era posible este sentimiento encontrado...
La eternidad de la pinza suicidándose en el patio de luces.
Putéalo. Digo puntúalo.