No es de este mundo

No es de este mundo

Julio Díaz

14/12/2017

Pues si, a lo mejor pensaba que nada fuera de este mundo existía, pero, pues no, se equivoco, lo conoció y se sorprendió.

Te pregunto lector, crees que existe la posibilidad de conocer algo fuera de este mundo terrenal?

Esta extraña historia es de Alejandro, un joven nacido y criado en La Azulita, un pueblo de montaña en Mérida – Venezuela, quien frecuentemente en compañía de sus amigos lo fines de semanas visitaba una cascada oculta en el bosque, el acceso a ella solo era a pie, y la duración desde la carretera era unos 30 minutos, algo alejada, pero la caminata valía la pena, es un paraíso.

Un día de semana, Alejandro decidió ir con «Mosquetero», su perro, visitar «La Escondida», así le llamaban a ese bello lugar, todo iba muy bien en el camino, hasta que estaban llegando y mosquetero comenzó hacer movimientos extraños y aullar, comportamiento atípico en el, sin embargo, siguieron hasta llegar a la cascada.

Situación curiosa, que el agua estaba agitada como si alguien acabara de bañarse pero no había nadie y el sitio era poco frecuentado solo por algunos chicos del pueblo, y el único camino que existía para salir de ella, era por el que Alejandro estaba llegando, el animal seguía inquieto y escondía su cabeza entre las piernas de su amigo, la rara actitud de mosquetero, acompañado de una extraña sensación que hizo erizar la piel de Alejandro fueron motivos suficientes para abandonar la cascada al instante.

Pasaron los días, sin embargo, la curiosidad del joven por lo sucedido en la cascada estaba presente, siguió visitando la cascada como de costumbre con sus amigos, pero ningún evento fuera de lo normal se presentaba, aunque toco el tema con sus compañeros, muchos aseguraron que podría ser un animal, hasta algunos mencionaron que podía ser un oso, y que tomara precaución de visitar la cascada nuevamente solo.

Pero la curiosidad, a veces nos es una buena compañera y tomo la decisión de ir nuevamente a La Escondida pero sin mosquetero, sentía que algo estaba en la cascada y tenia que saber que era, pensó en muchas cosas hasta en animales, no en el oso pero si en zorros o serpientes, entonces llevo previsiones se armo de un tubo y una navaja, para ahuyentar cualquier animal, al estar cerca de la cascada, por un momento empezó a sentir sonidos que nunca escucho, por lo cual se paralizo, automáticamente recordó a mosquetero, y en ese estado inmóvil empezó a escuchar una alegre risa de mujer que venia de la cascada, lo cual fue tranquilizándolo y siguió su caminata hasta la orilla.

Sus ojos no podían creer lo que veían, a una linda y joven mujer, de esbelta figura con largo cabello color negro azabache, y con facciones en su rostro muy bien definidas; al fin consiguió lo que su corazón tanto le pedía, pero ahora su corazón era el que quería salir corriendo del sitio, pero las piernas no lograban ni moverse.

Ella se da cuenta del joven y se queda observándolo, pero sin gran asombro y solo llegar a decir una palabra: Paz.

A lo que el joven privado del susto con poco aire, logra responder con un gesto levantando la mano, y entre los dientes la palabra: Paz

Ella desde el agua le pide que no se acerque, que no entre al agua, el seguía observando a la mujer detalladamente y sentía que el entorno de la cascada estaba distinto, era mas boscoso, el agua prácticamente brillaba, como si en ese preciso instante dos mundos estaban cruzados y el estaba ahí.

Por un momento, el encanto del momento lo impulso a entrar al agua, y ella le dio una advertencia final, diciéndole: «No entres al agua, si lo haces, nunca mas volverás a tu mundo».

Suficientes palabras para desistir a la idea de bañarse, mientras que ella se sumergía y desaparecía en el agua, volviendo nuevamente la cascada a su estado natural, al igual que el entorno del bosque.

Ese fue el ultimo día que Alejandro visito «La Escondida», sin embargo, sus compañeros al igual que el restos de los chicos del pueblo siguen disfrutando de ese hermoso lugar.

No llego a existir otra historia parecida a la contada por Alejandro, pero mas nunca nadie volvió a visitar solitariamente este impresionante lugar.

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