Pregúntale al silencio

Pregúntale al silencio

Gina Leal

22/02/2018

Hace tiempo ya de ésto, sin embargo lo recuerdo como si fuera ayer.

Tal vez tendría tres o cuatro años me encontraba triste por la muerte de mi pollito, mi madre me dijo que para esos asuntos tendría que hablar con El Creador, que Él y solo Él tenía el poder sobre la vida y la muerte

-No temas dijo- Cristo siempre escucha y te indica que hacer…¡Confía!

Me acuerdo que hable,hable y hable por muchos días, semanas…¡Meses! De una marera u otra pero la respuesta siempre fue la misma: SILENCIO.

Al pasar el tiempo, mi tristeza se volvió enojo, después frustración y con los años apatía e incredulidad.

No puedo decir que fuera atea, no, solo una creyente hipócrita que visitaba la iglesia por algún evento social repitiendo: ¡Él no me escucha!

Recuerdo que buscaba por todos los medios, preguntas y discusiones, algo que me indicara que Dios existe, pero invariablemente solo encontraba respuestas incongruentes y… SILENCIO

Tiempo después murió mi madre y mi apatía e incredulidad se transformaron en: ¡Resentimiento! No volví a pisar un templo por ningún motivo

El 21 de agosto para festejar mi cumpleaños número setenta , uno de mis nietos me invitó a comer al centro de la Ciudad de México, un lugar lleno de nostalgia para mi. Pero cuando llegamos al restaurante no había una sola mesa, intolerante mi nieto expresó -¡Nos vamos!_

Quise decir que podíamos esperar, platicar pero él estaba muy ocupado en su teléfono y no encontré alguna manera de captar su atención; había estacionado el auto a varias cuadras y me preguntó si quería esperarlo en la capilla de la esquina mientras él iba por el vehículo, le dije que si y me senté en la escalinata ¡No pensaba entrar! A los pocos minutos llego una persona muy sucia, desaliñada y se sentó en el mismo escalón que yo pero del otro lado,me replegué un poco más, casi podía tocar su obscena apariencia

De pronto todo quedo extrañamente en silencio, recuero que gire la cabeza para mirar al indigente pues súbitamente él levanto los brazos y grito:

-¡Escuche! Oiga ( bajo la voz como si fuera a molestar a alguien) ÉL Señor nos está hablando pues en una fecha como hoy 21 de agosto, a las 12:00 del día ¡Nació Jesús! Si sabe que es mentira que «Él» nació un 25 de diciembre ¿Verdad?

Ya no pude responder, todo se volvió luz y …esa voz, la más hermosa que jamás había escuchado, me hablaba y dentro de todo ese éxtasis,comprendí que nuestro Creador nos oye, nos ama, nos contesta pero nuestros pensamientos son repetitivamente necios y no dejan de parlotear ni un segundo, a una vibración tan baja que nuestros oídos no alcanzan a escuchar la voz del todo y solo percibimos: SILENCIO.

Cuando subí al auto mi nieto estaba muy molesto, pues a pesar de tocar el claxon como loco, yo no reaccionaba, trate de explicar mi comportamiento, mi maravillosa experiencia.. su respuesta fue,

-¡Wouu! Que gran imaginación abuela ¿Que, te llevo a otro lado?

Conteste que no, pretextando dolor de cabeza y opté por quedarme callada, que caso tenía tratar de dialogar con alguien que tiene pereza de escuchar

Llegue a casa, me preparé un té y pensé ¿Me estaré volviendo loca?

Por la tarde llegaron mis tres amigas de siempre con bocadillos y algunos presentes, no pude evitar platicar mi experiencia, pero quedé asombrada ante su indiferencia e incredulidad.

-¿Te sientes bien?

-¡Porque no es normal eso de andar oyendo voces!

– Ahora resulta que la Virgen te habla!

-Tienen razón, ¡Tienen razón! -les dije- Ahora si me permiten, quiero estar sola, no me siento bien.

Estaba a punto de dormir cuando timbró el teléfono.

-¿Te sientes bien ma? Me platico Poncho que tuviste alucinaciones ¡Ay ma! -dijo mi hija con fastidio- Mira, ya hice cita con el neurólogo para el lunes, comprende que no es normal escuchar fantasmas que charlan con nosotros ¿A tu edad esquizofrenia? No, tal vez sea demencia senil pero que yo sepa no da así: solo que…bla, bla, bla.

-¡Es patético! Aun la gente que dice quererme no me presta atención y mucho menos me cree.

Lo primero que preguntó el médico después de revisar mi boca, pulmones y tomar la presión arterial fue:

-¿Qué clase de voces escuchó? ¿Estridentes? ¿Lejanas? ¿Le dejó sorda por un momento? ¿Zumbidos?

Con miedo contesté que no eran “voces “solo una y más bien era como si pudiera escuchar con mi mente, con mis sentidos. El Doctor me miró preocupado, no contestó y escribió largamente algo en una receta que entregó a mi hija.

Después de ver todos los estudios, el neurólogo llegó a la inteligente conclusión de que todo en mi cerebro estaba normal.

-¡Tal vez fue el calor! –Dijo el médico-

– ¡Dr.! No hacía calor, más bien estaba fresco.

-Pues entonces fue el aire contaminado de la Ciudad, o la edad, ¡Ya tiene más de medio siglo!

Tímidamente le pregunté, ¿Piensa que todo lo imagine? ¿Usted cree en Dios? Tocó su barbilla y dijo:

– ¡Mmm!… tal vez hay algo, tal vez, pero si no se puede comprobar, es difícil ¿Conoce mi historial? Porque tengo una especialidad en…

– ¡Qué horror! Como es posible que alguien hable de sí mismo durante una hora ¡Sin dar respiro!

Desde ese día evito hablar de mi experiencia, es inútil ¡A nadie le interesa escuchar! Están convencidos de que no existe nada más allá, nada más importante que sus teléfonos ¡Y que un Like!

A mí me gusta pensar que fue un maravilloso regalo de cumpleaños, una oportunidad de ver más allá de lo evidente. Si, lo sé, para el mundo estoy senil, fuera de realidad “¡Que tedio hablar con alguien de mi edad!” Nadie, nadie se pregunta por qué paso tanto tiempo sonriendo en silencio, tranquila a pesar de estar sola.

Si tan solo… se permitieran escuchar… “ESCUCHAR EL SILENCIO

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