Era un frío emocionante, eran ganas, pero aún no se si de irme o de quedarme. No se trata de los kilómetros de distancia, es mirar una perspectiva extraña. Sentimientos inusuales frescos como una pintura abstracta, se cruzaban como rayos atravesando la materia. Al parpadear esas pequeñas luces, jugaban con el deseo de esperanza de un agujero oscuro por alcanzarlas, por poder sentir el complemento, experimentar dos lados perfectos, por un momento o por medio instante conocer la exactitud sin perder a nadie, sin preferir, es como tratar de olvidarte sin dejarte ir.

Pude llevar un cargamento infinito, también ahí incluyendo mis mil razones, pero me fui vacía con el fin de poder vivir, porque de que vale hacerlo de instrucciones.

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