once dioptrías
Paramos en Zaragoza a hacer la compra. Seguro que estará todo más barato que en la playa, dijo mi padre. Todos teníamos once dioptrías y nos habíamos comprado lentillas desechables. Yo tenía dieciséis años y pensaba pasarme el verano mirando a las chicas y a los chicos en la playa, escondido tras mis gafas de...